Más de 30.000 personas han pasado en Sevilla delante de la Macarena durante los tres días que ha estado expuesta al culto tras la restauración a la que ha sido sometida por parte de Pedro Manzano.
El Día de la Inmaculada fueron más de 17.300 las personas que se pasaron para, durante unos segundos, mirar cara a cara cómo había quedado el rostro de la Virgen.
De la polémica restauración de Arquillo a la satisfacción generalizada
Tras la polémica intervención de Arquillo había una gran expectación por ver cómo había quedado la Macarena tras pasar por las manos de Manzano. La respuesta de los fieles ha sido impresionante, superando incluso cifras de cuando la Virgen está expuesta en besamanos cada año.
Con colas kilométricas que en algunos momentos llegaron hasta casi las seis horas, la espera ha merecido la pena para todos aquellos que han aguardado para ponerse delante de la talla del siglo XVII que es atribuida al círculo de Pedro Roldán y que es una de las imágenes más copiadas.
La mayoría de fieles ha dado el visto bueno a la restauración y ya la Macarena, como han señalado desde la propia hermandad, preside el altar mayor de su basílica tras su reposición al culto. El arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, fue uno de los fieles que también se pasó por la basílica para ver cómo había quedado la imagen. Lo hizo este pasado miércoles acompañado de José Antonio Fernández Cabrero, hermano mayor, y del alcalde José Luis Sanz.
Ahora, tras estos días ajetreados, el próximo sábado llegará la toma de posesión de la nueva junta de gobierno, que ya se ha puesto manos a la obra para la celebración del besamanos que se hará en la parroquia de San Gil entre los días 18 y 21 de diciembre.






