Enclavada en la vertiente sur de la Sierra del Pinar, Benamahoma es una pedanía muy pintoresca de la provincia de Cádiz, perteneciente al municipio de Grazalema. Con una población que ronda los 400 habitantes, este pequeño núcleo urbano destaca por su arquitectura de casas encaladas y su entorno natural privilegiado. Su nombre, de origen árabe, significa Hijos de Mahoma, reflejando la rica herencia cultural que impregna sus calles.
Una de las actividades más recomendadas para explorar Benamahoma es el Sendero del río Majaceite, una ruta lineal de 5,3 km que conecta El Bosque con Benamahoma. Este recorrido transita por un frondoso bosque de galería, donde chopos, fresnos y sauces acompañan al caminante a lo largo del río.
Dificultad baja en una ruta circular
La ruta circular es de dificultad baja, lo que la convierte en una opción ideal para familias y aficionados al senderismo. Durante el trayecto, es posible avistar fauna local como nutrias y diversas especies de aves. Además, el sendero ofrece varias pozas naturales donde refrescarse en los días calurosos.
Molino del Nacimiento
En el corazón de Benamahoma se encuentra el Ecomuseo del Agua, ubicado en el antiguo Molino del Nacimiento. Este centro de interpretación ofrece una visión detallada sobre la importancia del agua en la vida de la comarca, desde la Prehistoria hasta la actualidad. El museo alberga exposiciones sobre el funcionamiento de molinos harineros, batanes para el tratamiento de la lana y otras instalaciones tradicionales que aprovechaban la fuerza del agua.
Además, el Ecomuseo destaca la relevancia ecológica del régimen climático y del ciclo del agua en el Parque Natural de la Sierra de Grazalema, una de las zonas más lluviosas de España.
La oferta gastronómica de Benamahoma es otro de sus atractivos. Restaurantes como La Tasquita del Majaceite ofrecen platos tradicionales elaborados con productos locales. Entre las especialidades destacan las sopas cocías, un guiso a base de pan de leña, tagarninas, espárragos y otros ingredientes autóctonos. Este plato, de origen humilde, era preparado por los trabajadores del campo y se ha convertido en un símbolo de la cocina serrana.