Heredero de la locura de la edad de oro del pelotazo, de esa época donde se levantaban enormes mamotretos de pisos junto a la Ermita de Guía —hoy tratando de ser comercializados por la Sareb— o se proyectaban miles de viviendas cada vez más alejadas del núcleo principal de la ciudad, lo que muchos denominaron el ‘rascacielos’ de Corredera no ha tenido uso desde que se construyó. En las ruinas del antiguo hostal Imar, el promotor local Basilio Iglesias, que acabó dejando el ladrillo y con su empresa, Inverhauss XXI SL, en liquidación, levantó un imponente, y llamativo, edificio de oficinas de fachada totalmente acristalada que nunca tuvo inquilinos.
Corría 2008 y lo que parecía una inversión segura acabó, como tantos otros proyectos, en manos de los bancos. En este caso fue Solvia, la filial inmobiliaria del Sabadell, la que tuvo que cargar con el pufo al que ha estado intentando dar salida por todos los medios, como todavía puede comprobarse si se hace un mínimo rastreo por portales inmobiliarios de internet. Sin embargo, la primera comisión local de patrimonio histórico del presente 2021, celebrada la pasada semana, daba luz verde al anteproyecto de adaptación de este edificio de oficinas a uso residencial, con el objetivo de promocionar seis viviendas y un local en una zona privilegiada del centro de la ciudad.
El Ayuntamiento no ha informado quién está detrás de la inversión, pero sí ha mantenido que la iniciativa se suma al inesperado resurgir residencial que parece estar vivienda el corazón de la ciudad de un tiempo a esta parte. De hecho, estas seis nuevas viviendas se suman a otro sorprendente proyecto de promoción inmobiliaria que se ha proyectado en el antiguo edificio de Rianal, clausurado hace una década, donde se adaptarán sus diferentes plantas a un total de once viviendas. No muy lejos de allí, en la calle Barja también se prepara la rehabilitación del antiguo colegio religioso de las monjas de la Caridad para otro proyecto residencial con nueve apartamentos.
En palabras del teniente de alcaldesa de Urbanismo, José Antonio Díaz, “empezamos el año como terminamos el anterior, dando el visto bueno a nuevas inversiones en la zona centro de Jerez, de reformas de locales e inmuebles que adaptarán a usos residenciales o comerciales, lo cual representa una estupenda noticia para impulsar el desarrollo económico de la ciudad, teniendo en cuenta los tiempos tan difíciles que estamos viviendo y las dificultades que están atravesando muchas familias”.
El gobierno local ha recordado, en este punto, que de las 472 viviendas de obra nueva autorizadas el pasado año en la ciudad a través de licencias urbanísticas, 147 iban destinadas al centro histórico, frente a las 24 para las que se concedieron licencias en 2019.
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