La tradicional cita del calendario litúrgico ha vuelto a reunir este domingo a multitud de personas en las calles de Jerez. El Corpus Christi ha salido un año más para recorrer las calles decoradas con las coloridas alfombras de sal. Nadie ha querido perderse esta procesión que ha salido con cierto retraso.
La jornada, marcada por la devoción y el calor, arrancó en la Catedral de Jerez, tras la eucaristía oficiada por el obispo de la diócesis asidonense, José Rico Pavés.
Según la normativa un corpus vespertino, como es el caso, debe de recogerse antes de la puesta de sol. Según el horario oficial la entrada en la Parroquia de San Miguel estaba prevista en torno a las 22.15 horas. Sin embargo, en torno a las 22.10 horas estaba saliendo de la Alameda Vieja. Finalmente, se ha recogido una media hora más tarde del horario previsto.
Al igual que el año anterior, el cortejo no ha finalizado en la Catedral, rompiendo con la tradición original. La organización de la procesión ha corrido a cargo de la Hermandad de la Misión Redentora, que este año ha asumido la responsabilidad de coordinar este importante evento religioso.
Uno de los elementos más destacados fue la custodia realizada por Manuel Gabella a mediados del siglo pasado. Esta pieza histórica procesionó sobre la parihuela del paso de palio de Nuestra Señora de la Esperanza de la Yedra, cedida para la ocasión por su hermandad. El paso incluía además los respiraderos y faldones del palio, sumando así un componente estético y simbólico de gran valor para los devotos.
Un itinerario por el corazón del centro histórico
El recorrido del Corpus Christi abarcó algunas de las principales vías del casco histórico, incluyendo Reducto Alto, Plaza de la Encarnación, Cruces, Plaza del Arroyo, Plateros o Plaza del Arenal, entre muchas otras. Las calles, adornadas para la ocasión, fueron escenario de un cortejo compuesto por hermandades, entidades religiosas, autoridades civiles y eclesiásticas, que acompañaron el paso hasta su destino final, justo antes del anochecer, tal como marca la tradición.
La custodia fue llevada por un grupo de costaleros, bajo la dirección del capataz Miguel Ángel Jaén, que imprimió su sello característico al ritmo y solemnidad del desfile. La participación ciudadana fue notable, con cientos de personas que se congregaron en las aceras y plazas para presenciar el paso del Santísimo Sacramento.
