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Se acaba 2014 y en Jerez, el regusto que ha dejado sigue siendo muy parecido al de años precedentes. Por mucho que los gobernantes hablen de que el final de la crisis ha comenzado, en la ciudad esto suena a chiste o a broma macabra. Lamentablemente, Jerez sigue siendo una de las ciudades con más paro de España e incluso con una de las mayores tasas de desempleo de las grandes ciudades de la zona euro. Los comedores sociales siguen teniendo colas enormes; Bienestar Social está desbordada ante la cantidad de personas que solicitan ayudas y los informes de Cáritas siguen dando miedo, llegando incluso a evidenciar esta organización en los últimos doce meses que la situación que se vivía de desbordamiento jamás se había conocido en el municipio. En estas líneas, resumimos lo que ha sido el año desde el punto de vista social y económico en la quinta ciudad de Andalucía.
Cola de personas en una oficina del Servicio Andaluz de Empleo.

1. El paro sigue lastrando a Jerez

A 30 de noviembre de 2014, y sin conocer aún las cifras que arrojará el último mes del año, en Jerez había 34.341 personas registradas en las listas del Servicio Andaluz de Empleo. Si bien noviembre se cerró con un ligero repunte de 34 desempleados más, la cifra contrasta con los más de 700 parados menos que arrojó el mismo mes en 2013. Así y todo, son 1.361 parados menos que hace un año, dato al que se agarran como un clavo ardiendo desde el PP para presumir que “Jerez ya no es el problema del paro en la provincia” o que “Jerez está mejor que en 2011”, a pesar de que en aquel año la ciudad contaba con casi 5.000 desempleados menos. A todo esto hay que añadirle que el 60 por ciento de los parados jerezanos ya no cobran ninguna prestación. En cuanto a las posibles soluciones para intentar luchar contra esta lacra, entre los ciudadanos existe la sensación de que hay más palabras que hechos. En octubre se reunía el Consejo Social de la Ciudad -casi un año después de su último encuentro-, para poner en marcha el Plan de Promoción de Empleo, más conocido como Plan Local de Empleo, que sigue sin convencer a la oposición y que genera algunas dudas en lo relativo a cómo y bajo qué criterios se buscarán incentivos para autónomos y para la contratación en empresas.
La hostelería, el paradigma del empleo precario en Jerez.

2. ¿Trabajo? O precario, o buscarlo fuera

“Puedes darte con un canto en los dientes si hoy día tienes trabajo”. Esta afirmación, muy escuchada en los últimos tiempos, no oculta que muchos de esos que tienen un trabajo lo tengan precario o de baja cualificación. Con un tejido industrial prácticamente inexistente, Jerez parece aspirar a sobrevivir gracias al sector servicios y a sus temporadas altas -Semana Santa, Feria y Navidad-, lo que hace que jóvenes licenciados no tengan más remedio que hacer las maletas para buscarse las habichuelas fuera de Jerez, ya sea en nuestras fronteras o lejos de ellas. Por eso, no extraña que incluso desde el Ayuntamiento se invite a los jóvenes a que hagan carrera en países como Alemania. En total, la ciudad tenía hasta el 30 de noviembre, 53.051 afiliados a la Seguridad Social, de los cuales, 9.042 eran autónomos, valientes o resignados ante la escasa oferta, que han decidido emprender y crearse ellos mismos su empleo ante la falta de oportunidades que encontraban en nuestra ciudad, aunque no todos con la misma suerte. De hecho, según el Observatorio Argos Local del SAE, más de 1.000 empresas han tenido que cerrar en los últimos tres años. Mientras otros, de manera irregular, también intentan ganarse el sueldo con mayor o menor suerte, está claro que la economía sumergida y los abuelos y abuelas siguen sosteniendo numerosos hogares y evitando el estallido.
Colas en el Comedor de El Salvador, en una imagen retrospectiva.

3. Jerez se empobrece

El paro y el empleo precario tienen consecuencias, y es el empobrecimiento de una ciudad hasta no hace tanto próspera -aunque hace una década esa pujanza estuviera motivada en parte por el espejismo del boom del ladrillo-. Hoy, sólo hace falta pasarse por el Comedor de El Salvador para comprobar las enormes colas de personas que buscan un plato caliente a diario. Hasta octubre, el Banco de Alimentos había repartido 306.000 kilos de alimentos a más de 8.000 familias y desde Cáritas, su presidente, Francisco Domouso, alertaba el pasado mes de junio de las dificultades por las que pasa la organización para atender a las más de 35.000 familias que acuden, en su mayoría, pidiendo ayuda para comer. En noviembre, la ONG de la Iglesia informaba además que, sólo en el centro, casi 600 familias viven en infraviviendas, días después de conocerse que el Ayuntamiento cederá, gratuitamente, un palacio en el Mamelón a la Unión de Hermandades para que instale allí su nueva sede. De otro lado, en noviembre también se conocía el borrador del Plan Municipal por la Infancia y la Familia 2015-2018, que reflejaba que en Jerez hay 12.444 niños y niñas menores de 16 años en riesgo de pobreza y al borde de la exclusión social. La situación es tal que la delegación de Bienestar Social se encuentra desbordada y del cheque-alimento ha pasado a dar dinero en metálico para abastecer a las familias necesitadas.
La alcaldesa, durante la firma del convenio con las ONG's.

4. Recortes sociales. ¿Se ha tocado fondo? Puede que no

En cuanto al presupuesto destinado para fines sociales, sólo en Políticas de Igualdad y Salud el Ayuntamiento ha recortado en los últimos tres años un 24 por ciento de la cantidad destinada para este menester (de 1,98 millones en 2012 a 1,5 millones para 2014). Así y todo, en los últimos meses, y viendo que las elecciones municipales están a la vuelta de la esquina, desde el gobierno se han redoblado esfuerzos para maquillar estos datos. Así, ha destinado, precisamente en Igualdad y Salud, 88.500 euros en planes contra la violencia machista, mientras que hace escasos días se presentaba el bonobús solidario, que ofrece descuentos, entre otros, a desempleados, cuando desde la oposición se pedía desde hace años su implantación. Eso, sin olvidar los casi 600.000 euros  destinados a 51 ONG’s, sin convocatoria pública y eludiendo la Ley General de Subvenciones, lo que da a entender una premura que a algunas organizaciones no gubernamentales que se han quedado sin subvención no ha gustado en absoluto, al entender que el reparto ha sido “injusto”.
Un botijo, pintado para la ocasión contra la privatización del agua, durante una convocatoria de la Coordinadora por la Gestión Pública del Agua.

5. Las consecuencias de la privatización del agua

Junto al ERE municipal, la privatización de la gestión del ciclo integral del agua ha sido la decisión más criticada, tanto por la oposición como por diferentes colectivos sociales y vecinales. Lo que desde el gobierno del PP se vendió como la panacea que solucionaría los problemas económicos del Consistorio, al final se está demostrando que no se ha hecho ningún negocio. Al contrario, se está perjudicando en última instancia al ciudadano, algo que por otra parte ya venían anunciando desde la Coordinadora por la Gestión Pública del Agua antes y después de que se cerrara el trato con Aqualia. Así, el Consistorio ya ha gastado prácticamente los 80 millones de euros que pagó la empresa por hacerse con el ciclo del agua en Jerez. El dicho, "pan para hoy y hambre para mañana" se cumple a la perfección con lo que ha hecho el gobierno de Pelayo. Si durante estos meses el Ayuntamiento ha respirado económicamente, ahora vuelven los problemas de tesorería hasta el punto que se ha pedido un anticipo de casi 20 millones con cargo a la Participación en los Ingresos del Estado (PIE). Pero, además, la propia alcaldesa reconocía en un pleno en noviembre que se han gastado más de ocho millones del segundo pago del canon del agua para pagar a personal y proveedores, algo que el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas prohíbe a ayuntamientos con planes de ajuste, por lo que se tendrá que reponer el dinero. En cuanto a lo que ha supuesto para los ciudadanos el cambio a manos privadas de la gestión del agua, éste se ha traducido en una subida del recibo de un 4,3 por ciento en apenas un año; largas colas en las oficinas de Aqualia para pagar los recibos ante la falta de acuerdo entre la empresa y algunas entidades bancarias; cortes de agua a familias por impagos, que a su vez ha disparado el gasto municipal para evitar dichos cortes; enrevesados requisitos para acceder a las bonificaciones en las facturas; fallos y averías en el suministro, e incluso cuatro despidos por un fallo en la redacción del pliego de condiciones. Así y todo, las pedanías de Guadalcacín, Estella y Torrecera han conseguido volver a ser dueñas de su agua desde octubre tras su adhesión a la empresa pública Aguas de la Sierra, si bien ahora amenazan con medidas legales al gobierno local tras aprobarse en el pleno dos nuevas tasas que gravarán el servicio exclusivamente en estas pedanías.
Triste estampa del Jardín Escénico, otra claro ejemplo de la dejadez municipal y de los recortes en el presupuesto destinado a las zonas verdes.

6. Recortes en los servicios públicos

Otro de los temas que han indignado durante 2014 a los colectivos sociales y vecinales es el relativo a los recortes en los servicios públicos. De un lado, el Ayuntamiento, solo en limpieza viaria y mantenimiento de zonas verdes, invierte 2,58 millones de euros menos al año desde enero de 2013, pese a que a la plantilla se les rebajó los sueldos y Urbaser, la empresa concesionaria, ha recibido cuantiosos ingresos de los fondos ICO. Y esto, sin olvidar el incremento, en un 50 por ciento, del recibo de la basura. Igualmente, desde el gobierno municipal se han recortado casi un millón de euros en los servicios de limpieza en dependencias municipales y en colegios, así como otros 400.000 en la ayuda y asistencia a domicilio. Eso sí, el Ayuntamiento no ha dudado en aumentar este el presupuesto destinado para el alumbrado navideño y para la cabalgata de Reyes Magos. La escasez de reservas y los recortes del Gobierno central clausuraron temporalmente el albergue juvenil, mientras que la tijera impuesta desde la Junta y el Servicio Andaluz de Salud también ha puesto a profesionales y a vecinos de acuerdo a la hora de protestar por la situación que se vive tanto en el hospital y en los centros de salud, debido sobre todo a la falta de personal y a que no se cubren las bajas médicas. Una de las últimas protestas se producía a principios de diciembre en el Centro de Salud de La Serrana, en donde el sindicato médico denunciaba que sólo hay un pediatra, en horario de mañana, para atender a 3.500 niños. La limpieza en los centros sanitarios también preocupa, y CCOO denunciaba en noviembre un preocupante recorte en este sentido.  

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Jorge Miró

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