Los ciudadanos de Cádiz, los residentes en toda la Bahía y en buena parte de la provincia tienen derecho a preguntarse, como espectadores forzados, por qué siempre aquí, por qué siempre así.
Más allá de algún episodio leve y pasajero en Galicia, País Vasco y Sevilla, España apenas registra episodios como la huelga en Acerinox (la más larga registrada en lo que va de siglo) o revueltas laborales como las de este miércoles, que se viven en las calles gaditanas de forma cíclica.
Con el temor de que los disturbios reaparezcan este jueves, segunda y última jornada de huelga antes del inicio de los paros indefinidos previstos para el lunes 23, esas dos dudas esenciales siguen donde estaban.
Sindicatos y patronal inician ya la tradicional partida de reproches cruzados e invitaciones al diálogo que, hasta ahora, tienen escasas posibilidades de prosperar.
"La patronal gaditana es la única en España capaz de provocar situaciones como ésta por menos de 60 euros al mes para cada trabajador. Es una actitud irrespetuosa que viene de lejos y no tiene ningún sentido", afirma un representante de UGT.
"Secuestran a toda la ciudad, amenazan e intimidan con unos métodos intolerables y siempre son los mismos", responde la federación de empresas Femca.
El argumento de que la actitud combativa de los trabajadores del sector (unos 28.000 en la provincia) supone un lastre y un perjuicio para el sector tampoco parece convencer a nadie.
Después de 40 años de conflictividad recurrente, todos los astilleros de Navantia y las grandes plantas de Dragados, Airbus o Acerinox presentan las mayores cargas de trabajo conocidas, incluso con desesperadas llamadas a la mano de obra especializada para poder atender tanto encargo.
Las barricadas incendiadas no parecen espantar a nadie, según los hechos. Los trabajadores, en cambio, denuncian la incapacidad de las empresas, grandes o pequeñas, para repartir esa prosperidad en forma de mejoras (son tres las peticiones básicas) para socializar las ganancias.
Seguimiento masivo, esperanzas en el viernes
Mientras llegan las respuestas o una estabilidad laboral que no se incendie cada tres o cuatro años, las partes han hecho balance de la primera jornada de huelga en el sector del metal de la provincia de Cádiz.
Para sindicatos como Comisiones Obreras, la protesta ha recibido "un 100%" de apoyo, "en todas las plantillas afectadas", incluyendo los grandes astilleros, Airbus, Alestis e incluso el puerto de Algeciras. Respaldo a la búlgara, sin un sólo discrepante.
"La patronal está a tiempo de retomar las negociaciones", insiste UGT mientras culpa a la representación de las empresas, "por su actitud", de la "tensa" jornada que se ha vivido en Cádiz y Puerto Real con momentos de batalla campal entre manifestantes y Policía.
Pedro Lloret, responsable sectorial de CCOO, fija "el momento de mayor peligrosidad" en las cargas policiales que ha realizado en la rotonda del Trocadero de Puerto Real, "con lanzamiento de pelotas de goma contra los manifestantes".
"Se ha puesto en peligro la integridad física de las personas que estaban allí no solo de forma directa, sino porque algunas pelotas han caído en los surtidores de gasolina cercanos", detalla.
El secretario general de Industria en UGT Cádiz, Antonio Montoro, incluso achaca a la parte patronal de lo que pueda ocurrir este jueves o a partir del lunes si no media un acuerdo: "Es responsable de lo que pueda ocurrir en las calles de Cádiz, de la Bahía y de la provincia".
"Femca quiere quitar a mi gente de las calles y yo quiero que mi gente trabaje pero con un convenio nuevo y digno por el que estamos peleando", añade.
"Es una verdadera vergüenza" y fija como el motivo de la protesta "54 euros al mes para algunas personas que no tienen el plus de tóxico penoso", uno de los tres puntos reclamados por los sindicatos junto a la actualización laboral según el IPC y la mejora de los fijos discontinuos.
"Es una verdadera vergüenza, y todo por 54 euros al mes para personas que no tienen el plus de tóxicos"
Montoro incluso desliza que "grandes empresas han reconocido el error en la negociación" de la patronal por lo que espera "una llamada" para volver a la mesa de negociación y alcanzar un acuerdo.
Ese encuentro está previsto este viernes en el Sistema Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales en Andalucía (Sercla) con el objetivo de acercar posturas y desbloquear la situación de conflicto desatada este miércoles.
Montoro aún confía en un acuerdo "entre viernes, sábado y domingo, el día que sea. No queremos huelga ni mañana [por el este jueves] ni a partir del lunes", cuando está prevista la indefinida.
"Nuestra disposición a seguir negociando está desde el minuto uno, pero veremos qué ocurre a partir de mañana", remata con cierta esperanza.
La responsable de CSIF Cádiz, Mercedes Amézaga, se suma al llamamiento a negociar para que no se vean más escenas como las de este jueves, para buscar "un acuerdo justo" sobre el convenio colectivo.
"Esperamos que no sea necesario recurrir a la convocatoria de huelga indefinida, a partir del lunes, que haya altura de miras y serenidad para evitar una situación que afecta a otros sectores públicos y la ciudadanía paralizando u obstaculizando actividades comerciales, servicios públicos y transportes".
CSIF se posiciona contra la violencia mientras los vecinos de Cádiz y la Bahía vuelven a las mismas preguntas: ¿Por qué siempre aquí? ¿Por qué siempre así? ¿Es la más intransigente patronal del metal de España? ¿Son los trabajadores más conflictivos del sector en España?
