Las misas se han llegado a oficiar en lugares insólitos a lo largo de todos los tiempos. Hasta en medio del mar con una colchoneta hinchable. Sin embargo, en esta ocasión, el párroco de la Iglesia de San Miguel, Paco Castillo, en Algeciras, no lo hace por voluntad propia sino porque no le queda más remedio.
El edificio religioso ubicado en la barriada de La Granja lleva catorce meses clausurado por las grietas en sus muros y en la escalera. Por ello, para continuar ofreciendo el sacramento, decidió instalar un altar improvisado en un barracón de los scouts repleto de juegos y libros. Así lo ha detallado Europa Sur, donde el sacerdote explica que "de aquí salen ratas como conejos".
En el módulo que solicitó al Ministerio de Educación, perteneciente al antiguo colegio Adalides, pronuncia la homilia rodeado de botes, entre los que se encuentran cajas de lata en las que guarda las obleas, el Cuerpo de Cristo.
Él mismo fue maestro de ese colegio durante más de 25 años, cuando militaba en la CNT e impartía clases. Ahora, vuelve al espacio con otros mensajes que transmite a los 30 feligreses que acuden a la sede. La mayoría, prefiere desplazarse a otras parroquias, donde se celebran los bautizos, comuniones y bodas que desde septiembre de 2021 esta iglesia no puede acoger.
Los vecinos han enviado 900 firmas para arreglar el inmueble, sin embargo, no hay respuestas por parte del Obispado.
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