La autopsia realizada a la profesora malagueña, que impartía clase en el IES Guadalpín de Marbella, fallecida tras recibir la primera dosis de AstraZeneca revela que la vacuna no tiene relación con su defunción, según informa el diario Sur. La hemorragia cerebral que acabó con la vida de la docente se debió al aneurisma que sufrió, por su predisposición a sufrir un accidente cerebrovascular.
Los estudios realizados al cuerpo de la profesora, de 43 años, no detectan indicios de trombo. La autopsia, realizada en el Hospital Costa del Sol de Marbella, fue ordenada por el Juzgado de Instrucción número 1 de la ciudad, a petición de la familia, que se mostró interesada en conocer las causas de su fallecimiento. El juzgado ha abierto diligencias previas tras la denuncia presentada por el marido de la profesora.
"Los últimos acontecimientos nos obligan como representantes del profesorado de esta provincia a exigir la investigación por parte de las autoridades sanitarias, y la implicación de nuestros referentes en salud laboral, que son la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales de Delegación y la Inspección de Trabajo, del alcance real de los efectos de la vacunación con AstraZeneca entre el personal educativo, ya que la muerte de nuestra compañera en Málaga convierte todo este asunto en un tema de salud laboral de verdadero riesgo", expresaba la Junta de Personal Docente de Cádiz en un comunicado.
La Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía aseguró, tras la muerte de la docente, que se había actuado "conforme a los protocolos establecidos siguiendo en todo momento la Estrategia de Vacunación Nacional frente al covid-19". Según el Ministerio de Sanidad, la profesora sufrió un ictus isquémico con transformación hemorrágica. "Se trata de un caso de eventos trombótico que por sí mismo, aunque infrecuente, puede ocurrir en la población general".
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