Antonio Martín Benítez (Montijo, Badajoz, 1952) lleva más de 20 años vinculado a la RTVA, la radio televisión pública andaluza. No es raro, si se tiene en cuenta lo que cobra, según ha publicado Confidencial Andaluz. El veterano periodista conocido como Tom Martín Benítez cobra cada día 657 euros al frente de La Hora de Andalucía, que se lanza de siete a diez de la mañana en la radio pública andaluza. Cada hora de programa le reporta la friolera de 291 euros.
Martín Benítez ha facturado este año 2018 la cantidad de 96.405 euros, según ha podido confirmar Confidencial Andaluz a través del Portal de Transparencia de la Junta de Andalucía, concretamente en la Plataforma de Contratación, y el Gobierno andaluz justifica la estratosférica cifra en la necesidad de evitar que lo fiche otro medio. Tampoco extraña, si cualquiera oye cualquier mañana el programa de Martín Benítez, al que apodan el masajeador oficial de Susana Díaz por el grado de complicidad y ausencia de crítica en sus entrevistas. El periodista cobra más de 32.000 euros más que la propia Diaz, cuyo sueldo oficial asciende a los 64.446. En la RTVA, según denunciaron en su día representantes sindicales, hay un plantel de una veintena de profesionales que cobran más que la jefa del gobierno andaluz.
Martín Benítez factura a la RTVA a través de su productora Corral de Comunicaciones S.L., empresa constituida el 16 de noviembre del año 2000, hace 18 años, y de la que el periodista es accionista único. Según información del Registro Mercantil, Corral de Comunicaciones, tiene “entre 10 y 49 empleados” y en su objeto social aparece “producción, realización y coordinación de programas de televisión, radio o en cualquier otro medio de comunicación”, según recoge Confidencial Andaluz.
La audiencia obtenida en los sucesivos EGM por el programa de las mañanas de Canal Sur Radio – en la oleada de junio pasado la cota máxima de audiencia la alcanzó Martín Benítez de 8 a 9 con 99.000 oyentes – "tampoco justifica un pago tan elevado por el trabajo del periodista". Un coste al que además hay que añadir el pago a los tertulianos que, diariamente desde hace años, ocupan una franja importante del programa de la emisora pública, siempre claro está, en una vertiente pro gubernamental.
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