El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha desmentido a Pedro Sánchez apenas 24 horas después de que el presidente del Gobierno dijera que España no tendrá que incrementar su gasto militar a los niveles que se pedían inicialmente. Como si fuera una comedia de enredos, parece que nadie se pone de acuerdo sobre quién dijo qué.
Desde hace días, España está en el centro de la polémica por la necesidad de incrementar el presupuesto de la OTAN. Un esfuerzo que deberá hacer cada país y que responde a una nueva concepción impulsada principalmente por Donald Trump: se acabó que EEUU sea el 'garante' de seguridad en Europa. Así, los socios de la Alianza Atlántica deberán hacer un mayor esfuerzo.
Toma, Alberto.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) June 22, 2025
Que alguien te la traduzca. A ver si eso aclara tus dudas. pic.twitter.com/Dg5D9nrl2t
Trump sacó una cifra de la chistera, sin base, parece, más allá de ser un número redondo. El 5% del PIB será lo que cada país deba dedicar a lo militar. España ya anunció en abril una importante subida para llegar al 2% de gasto, el mayor en mucho tiempo, decenas de miles de millones de euros.
Pero Estados Unidos ha seguido presionando y a las puertas de la cumbre de la OTAN de esta semana, España se enrocaba en el 2%. El propio Trump se refirió al asunto y dijo que los españoles o bien no habían hecho su trabajo o bien habían sido unos hábiles negociadores hasta ahora, pero que Rutte debía meter en cintura al Gobierno español, liderando una rebelión de países 'díscolos' que rechazaban recortar en otras áreas para priorizar el gasto en defensa.
Una carta abierta a interpretaciones
El domingo, Pedro Sánchez anunciaba un acuerdo con la OTAN para reducir esas metas de gasto. Lo dijo en rueda de prensa sin preguntas en la Moncloa -o lo que es lo mismo, un 'mensaje a la Nación'-. Además, ante las dudas de la oposición sobre ese acuerdo paralelo y específico para España, esa excepción con el país, Sánchez hizo pública una misiva firmada por Rutte.
Pero ese mensaje, en inglés, también dio lugar a confusiones. Rutte hablaba de que había conocido por carta las pretensiones de España de pagar menos del 5%. Y confirmaba que se le podría dar a España "la flexibilidad para determinar soberanamente su camino para alcanzar los Objetivos de Capacidad y los recursos anuales necesarios como porcentaje del PIB, y para presentar sus propios planes anuales". Eso sería "revisado en 2029", teniendo en cuenta el que sea para entonces el clima geopolítico reinante.
España ha logrado un acuerdo histórico con la OTAN que le permitirá seguir siendo un miembro clave de la Alianza y contribuir de forma proporcional a sus capacidades, sin tener que aumentar su gasto en defensa, ni alcanzar el 5% del PIB.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) June 22, 2025
Tenemos que proteger Europa. Pero también… pic.twitter.com/jYc2Ilneaw
Pero Rutte ha desmentido a Sánchez y, en parte, a sí mismo, o a las imprecisiones de la carta, o a lo abierto que podía ser a interpretación lo que en ella se señalaba. "La OTAN está absolutamente convencida de que España tendrá que gastar el 3,5%" del PIB, ha dicho Rutte.
Sin vueltas, sin especulaciones. La cuestión es que dentro de ese 5% del PIB hay un 3,5% que es, digamos, gasto 'duro', en defensa pura, dedicado a lo militar -armamento, ejércitos, etc.-, y otro 1,5% que puede ser más estratégico -póngase, desarrollos tecnológicos que puedan tener uso militar indirecto, o renovación de infraestructuras de uso militar y civil, refuerzo de un cuerpo 'mixto' como pudiera ser la Guardia Civil-. Es decir, que hay margen con un 1,5% para una justificación más 'creativa'. Pero el objetivo del 3,5% no está en duda para la OTAN. De hecho, buena parte del 2% anunciado por Sánchez se correspondería con ese gasto 'creativo', el de imputar a lo militar mucha inversión que pueda tener otros fines.
El problema es que el PSOE y Sumar, los dos partidos del Gobierno, justificaban su no rotundo al objetivo del 5% porque supondría recortes. La OTAN ya le ha dicho que flexibilidad sí, pero que el gasto es indudable, que deberá abordarse. Es decir, la Alianza será un pacto de derechos y de obligaciones.
