La verdad es que cuando apareció el domingo por la tarde Pedro Sánchez diciendo que "España había llegado a un acuerdo con la OTAN para no tener que llegar al 5% del gasto militar" algo raro flotaba en el ambiente. Quien más, quien menos, acababa de despertar de una siesta o si acaso de una cabezadita, por lo que asistió a la alocución del presidente todavía en un duermevela, sin acabar de desentrañar del todo el alcance de las palabras del presidente.
No había periodistas –alguien se acuerda de las risas que nos echábamos, sobre todo los de izquierda, cuando Mariano Rajoy abrió el camino a lo de 'no se aceptan preguntas'... pues ya ven por donde vamos– y allí estaba el presidente Sánchez vendiéndonos un acuerdo con la OTAN menos de un día después de que Donald Trump insistiera, diciendo alto y claro la inequívoca palabra Spain, y luego que había que apoquinar.
Este cronista le comentó a su pareja que qué cosa más rara, que seguro que no era exactamente así por una sencilla razón: no hay ningún motivo para que lo sea, para que haya una 'excepción española'. Pero nada: la hora y el día de la intervención, un domingo de verano por la tarde, con lo que eso significa en estos tiempos en las redacciones de los medios de comunicación (casi casi el Sahel, 'desierto de arena, pena, pena') y nadie planteaba un contrapunto, una duda. Pasaron varias horas y, en términos absolutos, todos los medios de comunicación daban por buenas, sin matices, las palabras de Pedro Sánchez, incluidos los de derechas. Como mucho, hubo un medio que tituló "Pedro Sánchez dice que...", así, como en plan 'desconfío' pero sin más, que además estaba como indudable tema del día el bombardeo por parte de Estados Unidos de algunas de las instalaciones del programa nuclear iraní.
El lunes por la mañana giró el viento. Ya se sabe que esto no es exactamente así y cabe esperar que entre el martes y el miércoles, durante la cumbre de la OTAN, nos enteremos del 'exactamente', es decir, qué parte, en efecto, es interpretable y cuál ha sido sometida a creatividad... Estaría bien que hubiera una comparecencia conjunta, en la que el presidente Sánchez y Mark Rutte, el secretario general de la OTAN confrontaran los mail que han intercambiado. Y en directo...





