Cádiz: una campaña como si Kichi siguiera, como si Ciudadanos nunca hubiera existido

Nunca antes habían participado 11 candidaturas en una campaña por la Alcaldía de Cádiz, con el bloque de derechas encabezado por Bruno García como presunto beneficiado

Abrazos al término del cierre de campaña de Adelante.   GERMÁN MESA
Abrazos al término del cierre de campaña de Adelante. GERMÁN MESA

Ese momento de duración elástica llamado precampaña, a veces se estira hasta cuatro años, pareció tener en Cádiz a Kichi y los suyos como hipotéticos vencedores morales. Los 15 días oficiales de pugna electoral han bastado para demostrar que ese tipo de triunfos retóricos, como en el deporte, son humo. Lo que diga el marcador es lo que cuenta. Y las casas de apuestas figuradas han girado hacia Bruno García, quizás en compañía de otros, como supuesto beneficiado de la versión local de este teatro de fotos, saludos y discursos reiterados.

Durante los tres primeros meses del muy electoral 2023, en la ciudad de Cádiz resultaba evidente un clima de comprensión hacia el alcalde, José María González Santos. Aunque hizo algún amago y pasó los pies por encima de la pelota, sin tocarla, cumplió con la palabra dada. Se iba. Ocho años son suficientes como siempre defendió. Tardó en convertir esas palabras en hechos pero lo hizo. La cara visible de IU, Martín Vila, también había renunciado a seguir meses antes.

Kichi, en su último mitin como alcalde de Cádiz.   GERMÁN MESA
Kichi, en su último mitin como alcalde de Cádiz.   GERMÁN MESA

La ventaja de la coherencia y la seriedad, del desapego al sillón, era suya, de los suyos. Los mejores momentos de la ciudad en algunos años, con el Congreso de la Lengua, la entrega de los Premios Max o la precipitada apertura de la Casa del Carnaval también jugaban a favor del alcalde y sus herederos.

Sin embargo, la reincidencia de sus compañeros a la hora de cerrar coaliciones pareció minimizarla. Tardaron, otra vez, hasta que sonó el timbre para confirmar el acuerdo entre Adelante Cádiz y el bloque de Izquierda Unida. Podemos quedaba fuera en un gesto previsible que puede restar algún millar de votos, suficiente para fastidiar.

El Partido Popular a su ritmo

El Partido Popular resolvió el calentamiento con discreción. Tardó en elegir a Bruno García como candidato frente a José Manuel Cossi, finalmente número dos. El efecto Juanma Moreno se imponía frente al disparate, siempre remoto y breve, de pedirle a Teófila Martínez que saltara la valla del puerto para volver a San Juan de Dios. El objetivo era remedar, cuanto más mejor, al presidente de la Junta porque todos imitan al que gana y esa teoría se ha impuesto.

Fin de campaña de Bruno García.   GERMÁN MESA
Fin de campaña de Bruno García.   GERMÁN MESA

La táctica de los populares en la ciudad de Cádiz ha sido actuar como si Kichi siguiera en lo alto de una papeleta, como si Ciudadanos nunca hubiera existido. Como si los de Rivera y Arrimadas hubieran sido un sueño chungo. Como si nada hubiera pasado en 2019. Hace cuatro años, los del PP se pegaron un golpe considerable con Juan José Ortiz al frente. Bajaron hasta los 13.397 votos y se dieron de boca contra el suelo de seis concejales (la mayoría absoluta está en 14). Casi la mitad que el kichismo, triunfante como nunca, que se quedó a 300 votos del décimo cuarto edil.

Bruno García y el PP han vivido la campaña en la convicción de que recuperan los 6.649 votos de Ciudadanos en 2019

Pero Ciudadanos ya no está, es invisible por más que su candidato en Cádiz, Juan de Dios Sánchez, haya ganado el título virtual del más atractivo de los 11. Los 6.649 respaldos electorales que obtuvo el partido naranja hace cuatro años, traducidos en tres concejales, vuelven ahora al PP, según la teoría respaldada por la probabilidad. La suma superaría los 20.000 votos para Bruno García, muy cerca de la Alcaldía con poco que sea capaz de sumar unos cientos más. Adelante, con el saliente Kichi al frente, logró sus actuales 13 sillones en el Pleno con 26.498 papeletas.

Juanma Moreno y diez más

Los populares han tenido el mérito de la desconfianza en campaña. Como si ese cálculo de recuperación de voto no existiera, han tirado de lo mejor que tienen: Juanma Moreno. A unos días de celebrar el primer año de la mayoría absoluta, el tatuaje de A-58, el presidente de la Junta ha pasado hasta tres veces por Cádiz. Parador Hotel Atlántico, Teatro de la Tía Norica y barrio de La Laguna fueron sus paradas. En la última pidió, de forma directa, que voten a Bruno los que le apoyaron a él en junio de 2022.

Los candidatos de PSOE, Adelante y PP no han cometido un solo error ni han protagonizado un solo acierto llamativo en 15 días de petición de voto

Si le hicieran caso los votantes, si las mismas personas, exactamente, repitieran en la ciudad de Cádiz el voto del 19 de junio pasado, Bruno García obtendría 22.464 papeletas. Son 4.000 menos de las que obtuvo Kichi, pero casi el doble de los que sacó el PP en 2019 y suficientes para los 12 concejales, a dos del triunfo absoluto. Con un discurso sencillo, con viento a favor por el desgaste de un equipo de Gobierno algo torpe, gesticulante y endogámico, Bruno García se ha limitado a posar con Moreno, a reiterar que la ciudad se ha paralizado, que necesita un impulso en la gestión. Para una importante parte de electores de edad alta, ese concepto está asociado en el recuerdo con Teófila Martínez y, por tanto, el PP.

El candidato popular por Cádiz, haciéndose una foto.   GERMÁN MESA
El candidato popular por Cádiz, haciéndose una foto.   GERMÁN MESA

El jerezano no ha protagonizado grandes aciertos ni ha cometido ningún error. Ha dejado que el reloj le acompañe como teórico favorito. La moderación ha sido su obsesión, como dejó ver con su mejor frase en estos días: "Sobre todo me reúno con los que sé que no me van a votar". En cuanto a proyectos, lo más llamativo es el empeño genérico por la creación de vivienda. "Hasta con expropiación de fincas", repite para sorpresa de los conservadores dogmáticos. 

De la Cruz, el heredero de todo

Enfrente, David de la Cruz. Heredero del legendario, para otro sector de población, alcalde del pueblo. El delfín de Kichi. Se convertiría en el alcalde más joven de la democracia con 35 años caso de resultar elegido. Sólo el fusilado Manuel de la Pinta llegó antes al cargo de alcalde de Cádiz, con 28 años. Al médico malagueño le tocó el golpe de estado del 18 de julio de 1936 volviendo de Madrid en un tren. Fue identificado y detenido. Ejecutado tres meses después. Al propio De la Cruz le gusta recordarlo porque conecta a su candidatura con un ideología concreta, con la historia. Como hacía Kichi con Salvochea.

"De la Cruz tiene las mismas ventajas y desventajas que Kichi en 2015 con una traba añadida: su predecesor llegaba sin cargas"

La campaña del periodista De la Cruz parece haber perdido fuerza en la campaña, como los textos largos según avanzan los párrafos. Los que la han seguido usan la manida fórmula: ha ido de más a menos. Apenas ha encontrado propuestas llamativas, más allá de comprometerse a resolver proyectos que llevan mucho retraso: del pabellón Portillo a la reforma de la avenida de Astilleros, acceso a Cádiz por el nuevo puente. En vivienda, trabajo y cultura, las mismas vaguedades que todos los candidatos con opciones de estar en el Pleno sin la fuerza del omnipresente y omnipotente Carnaval, que sí jugaba en favor de su predecesor.

Partía con las mismas ventajas y desventajas que su mentor, Kichi, pero cuenta con una diferencia que juega contra sus intereses: González Santos era una esperanza, vestida con camisa blanca en su primera investidura, y ahora hay reproches que hacer, decepciones y una trayectoria con aciertos y errores. Se ha visto en la situación de defender los ocho años de gestión municipal, un trago que su predecesor no tuvo que tomarse. 

El PSOE, otra vez contra corriente

De las restantes formaciones políticas con opciones de sumar concejales en Cádiz, el PSOE fue la más llamativa en campaña. Los socialistas fueron los primeros en nombrar candidato, Óscar Torres, un profesional moderado, sereno, de 50 años. Suya era la papeleta de remontar al séptimo asalto. Los suyos pierden cada cita electoral municipal de forma consecutiva desde 1995. Siempre con una derrota mayor que la anterior excepto una tregua, mínima, en 2007.

De forma sorprendente, Torres admitía en una entrevista a lavozdelsur.es que aún pesa el derrocamiento interno al alcalde Carlos Díaz, aunque hayan pasado casi 30 años. "Mientras queden gaditanos que lo recuerden... Y es una ciudad con mucho envejecimiento", decía. Soltar esa losa parece imposible. A pesar de que los socialistas lanzaron algunas de las pocas propuestas llamativas en la campaña, como que el autobús urbano sea gratuito de forma permanente para los mayores de 65 y los menores de 25 años.

"Los socialistas hicieron algunas de las propuestas más llamativas como el autobús gratuito para menores de 25 y mayores de 65 años"

Aún así, su situación ha sido complicada en cada debate, en cada acto. Los socialistas reivindican que la ciudad ha estado mal gestionada, poco trabajada, torpemente defendida pero los votantes al oír recuerdan que su abstención ha sido la clave que ha permitido ocho años de esos gobiernos locales que ahora lamentan. El eslogan es "que la ciudad funcione" pero todos piensan al verlo que ellos estuvieron en el taller todo este tiempo.

El PSOE local viene de obtener, en 2019, sólo 10.500 votos. En la práctica, cinco concejales. Siquiera para ser complemento en una coalición de Gobierno con Adelante-Izquierda Andaluza tendría que mejorar esa cifra. Como mínimo hasta los seis para poder sumar con De la Cruz y siete de los suyos. Cualquier combinación por debajo de esas cifras resulta insuficiente. Si la modesta campaña electoral que cierra el PSOE en Cádiz aún fuera capaz de hundir más ese suelo electoral provocaría una derrota de todo el bloque de izquierdas, situado frente a Bruno García y los independientes. Además de contribuir a un descalabro en la Diputación Provincial. Su desprestigio a nivel local parecería poco menos que definitivo e irrecuperable con un octavo mandato consecutivo en la oposición.

Ismael Beiro y los demás

El resto de los partidos que han participado en la campaña a escala local, aún no mencionados, son Cádiz Sí, Vox, Ahora Cádiz, Pacma, Escaños en Blanco y Justicia Social. Sólo el primero han tenido algo de protagonismo durante los 15 días de petición de voto. Sólo Ismael Beiro, por Cádiz Sí, se ha erigido como una opción real de obtener concejalía. Su celebridad televisiva y la obstinación por aparecer a todas horas en todas partes han incrementado sus opciones. Caso de obtener acta, supondría un apoyo esencial para que Bruno García pudiera ser alcalde según la más extendida aritmética de campaña.

Los mayores 'bastinazos' de la campaña han llegado gracias a Ismael Beiro

Suyos han sido también los mayores exabruptos, como repetir que no es "machista ni hembrista", proponer la apertura de los negocios "de madrugada" o limpiar las calles "con agua del mar". También fue muy comentada su llegada al mercado de abastos Virgen del Rosario, junto a los antiguos cuarteles de Varela. Aunque el recinto, bastante concurrido a diario, cumple 20 años abierto, los propios minoristas se asombraron cuando el candidato se despachó con un "vaya, no sabía que hubiera un mercado aquí" al entrar mientras repartía publicidad electoral. Eugenio Belgrano, de Ahora Cádiz, parecía tener similares posiblidades como independiente pero ni siquiera alguna salida de pata de banco le han permitido ganar opciones teóricas en la campaña que termina.

El cierre de campaña de Adelante Izquierda Gaditana.   GERMÁN MESA
El cierre de campaña de Adelante Izquierda Gaditana.   GERMÁN MESA

En el caso de los ultraderechistas que lidera Santiago Abascal, la campaña local ha sido escasamente ruidosa, en contra de su tendencia en otros ámbitos. Manuel Gavira apoyó en este último momento al candidato Francisco Miguel Martín. Si cuando esta formación parecía en crecimiento, y su aparición institucional era llamativa en Andalucía y casi toda España, no fue capaz de entrar en el Ayuntamiento de Cádiz parece improbable ahora. Durante la campaña, los de Vox en Cádiz han transmitido la sensación de que ni ellos mismos lo consideran posible.

La amenaza del turismo: debate invitado

Los debates de campaña han resaltado por su escasa brillantez. Ni la oratoria ni la temática han resultado sorprendentes en Cádiz. A los habituales conflictos, a los recurrentes imanes de promesas -vivienda, empleo, envejecimiento y pérdida de población o infraestructuras- se ha unido uno inesperado. Al menos, sorprendente en cuanto a su fuerza, a su capacidad para mostrar giros. Es la amenaza del turismo como fenómeno invasivo, molesto y perjudicial para los vecinos. Así se ha impuesto de forma contundente.

El candidato por el PP a la Alcaldía de la capital hispalense, José Luis Sanz, se despachaba el jueves con un contundente "en Sevilla no cabe un apartamento turístico más" o con una propuesta para "regular mediante ordenanzas las despedidas de soltero en las calles". Son dos frases ajenas a la ciudad gaditana en lo geográfico pero completamente cercanas en lo argumental.

Hasta los socialistas, que en su día se aliaron con el PP municipal para rechazar la limitación de apartamentos turísticos, han admitido en campaña que fue un error. Incluso el candidato popular, Bruno García, gran valedor de la empresa privada, los autónomos y el sector servicios, da por sentado que "donde haya saturación habrá regulación". Un conflicto que parecía secundario, propio en exclusiva de formaciones a la izquierda del PSOE, se ha convertido, a base de comentarios ciudadanos, de abajo hacia arriba, en una prioridad política que no estaba invitada a la campaña.

Sobre el autor:

Afot

José Landi

Nacido en Cádiz, en 1968. Inicia su trayectoria en 1990. Columnista, editorialista, redactor, colaborador, corresponsal o jefe de área en 'El Periódico de la Bahía de Cádiz', 'Cádiz Información', 'Marca', 'El Mundo' y 'La Voz de Cádiz'. Ha colaborado en magacines o integrado tertulias de Canal Sur Radio, Cadena SER, Canal Sur Televisión, Onda Cero y COPE. Premio Paco Navarro de la Asociación de la Prensa de Cádiz en 1997 y 2012 (a título colectivo). Premio Andalucía 2008 a la mejor labor en internet (colectivo). Ganador del I Premio de Relatos Café de Levante. Autor de la obra de autoficción ("no sabía que existiera ese género", dice) 'Ya vendrán tiempos peores' (Editorial Cazador, 2016). Puso en marcha el proyecto de periodismo gastronómico 'Gurmé Cádiz' y mantuvo durante diez años blog como 'El Obélix de San Félix' y 'L'Obeli'. Forma parte del equipo que realiza el 'podcast' de divagación cinematográfica 'A mitad de sala'.

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