Una opositora a docente con discapacidad acabó en urgencias tras ocho horas en una silla inadecuada

Juana denuncia que le pasaron factura las condiciones en las que tuvo que desarrollar la prueba, sin apenas caber en la mesa y con parches para el dolor

Sillas y mesa que ofrecieron a la opositora para su prueba en las oposiciones a docentes de Andalucía. CEDIDA
11 de julio de 2025 a las 11:43h

Más irregularidades en las oposiciones a docentes en Andalucía. Juana, una aspirante con un 54% de discapacidad, ha denunciado compartido con lavozdelsur.es las condiciones en las que se examinó en Málaga y que, según afirma, han afectado directamente a su evaluación.

Esta candidata obtuvo una media de 7,27 entre ambos exámenes, pero su prueba ha sido invalidada por tildes, como la de otros muchos compañeros y compañeras. En las ocho horas que duró su examen, escribió 54 carillas "sin comer, con dolor fuerte y aguantando".

Según explica, contaba con una adaptación autorizada por la Junta de Andalucía de silla, mesa y tiempo extra. Cuando llegó al aula se encontró que el mobiliario no era el adecuado. 

La silla donde me senté estaba rota por debajo, no se podía regular en altura. Y la mesa... no entraba. Si me sentaba en la silla, la mesa la tenía que poner a distancia porque no cabía. Los brazos no entraban por debajo, y la silla no era ajustable en nada. A eso le llaman ellos silla ergonómica”, expresa con indignación.

“Hasta los propios del tribunal, cuando me vieron, dijeron ‘madre mía’. Las sillas que me pusieron son para reírse, eran lamentables”, denuncia la opositora.

Le ofrecieron como alternativa una silla verde, más adecuada en tamaño, pero, según ella, tampoco era la solución. “Era muy incómoda y no era para adultos. Ya la he tenido en el instituto y no aguantaba con ella”, dice.

Además, Juana considera que la mesa también fue un obstáculo. “No es la típica de ruedas que se eleva. Tenía un muelle en la parte inferior que permite poner el nivel casi vertical. Se me caían los folios, tuve que usar la mesa de al lado para poner mis bolígrafos, DNI, mis sobres... porque en esa mesa todo se caía”, sostiene.

Tiempo extra sin pedirlo

Entre las adaptaciones que la Administración le concedió se encontraba disponer de 45 minutos más por cada hora. La candidata explica que se la asignaron sin ella solicitarla debido a una de sus patologías. 

Para ella, esto no fue una ayuda. “Para una persona con discapacidad y con mis patologías, tener más tiempo es incluso peor. Eso no es inclusión. Ni es tener en cuenta las necesidades de las personas”, expresa recordando el tiempo que estuvo "faltal" y con parches para el dolor en la espalda.

La situación física terminó pasándole factura y, cuando le quedaba una hora para finalizar, decidió marcharse. "Estaba mala. Esa noche y al día siguiente seguí mal, y tuve que irme a urgencias”, comenta.

Juana no es la única. Según afirma, otras personas con discapacidad también han sufrido situaciones similares. Es el caso de N., una opositora de Granada, que al llegar al aula no encontró la silla adaptada prometida.

Sobre el autor

Patricia Merello

Ver biografía