Las recientes oposiciones para el ingreso a los cuerpos docentes de Enseñanzas Medias han dejado un panorama preocupante en gran parte de España. Los datos, detallados por la Ser, apuntan que la media de suspensos supera el 60%, una cifra que asciende aún más en comunidades como Aragón (83,5%), Murcia (82%) y Castilla-La Mancha, donde más del 80% de los aspirantes han sido descartados. En Andalucía, menos de la mitad ha logrado superar las pruebas, y en Extremadura suspenden seis de cada diez candidatos.
Comisiones Obreras (CCOO) ha calificado el proceso como “una auténtica criba” y alerta de que los resultados no solo no mejoran respecto a convocatorias anteriores, sino que podrían agravar aún más la alta tasa de interinidad, que ronda actualmente el 30% en la educación pública. El sindicato denuncia que el modelo de oposición está expulsando de forma masiva a los aspirantes sin dar respuesta a las necesidades reales del sistema educativo.
Vacantes sin cubrir y un modelo en entredicho
En Madrid, CCOO ha elaborado una primera estimación que evidencia el impacto inmediato del elevado número de suspensos: más de 325 plazas de once especialidades de Secundaria no se podrán cubrir, lo que representa el 66% del total ofertado. Una situación similar se da en Aragón, donde al menos 300 plazas quedan comprometidas, muchas de ellas en asignaturas troncales como Lengua y Literatura, Matemáticas o Física y Química.
El mayor desajuste se está produciendo en la Formación Profesional, un ámbito especialmente afectado por la falta de docentes cualificados. Desde ANPE Aragón, sindicato independiente, se ha denunciado “el alarmante número de vacantes que van a quedar sin cubrir en el proceso selectivo de ingreso a los cuerpos docentes de Enseñanzas Medias en Aragón —al menos 340 plazas desiertas, un tercio de la oferta— correspondiente a la convocatoria de 2025”.
Una primera prueba que favorece las cribas masivas
El origen del problema parece estar en el diseño del proceso selectivo. El modelo actual establece una primera prueba eliminatoria centrada en conocimientos teóricos, que determina si el aspirante accede o no a la fase siguiente, más enfocada en las habilidades pedagógicas. Este enfoque, señalan los sindicatos, favorece cribas masivas sin considerar la capacidad docente del opositor.
Según Héctor Adsuar, portavoz de la Federación Estatal de Enseñanza de CCOO, “con este modelo está constatado que el porcentaje de suspensos ronda generalmente el 15%”, mientras que con un modelo transitorio, en el que se evalúa a los candidatos en varias fases sin eliminar previamente por conocimientos, “el porcentaje de suspensos apenas llega al 1%”.
La situación ha puesto sobre la mesa un debate urgente sobre el diseño de las oposiciones docentes. Con miles de plazas sin cubrir y una creciente demanda educativa, los afectados advierten del riesgo de dejar aulas vacías o recurrir de nuevo a contratos temporales para mantener el sistema en funcionamiento.









