Una vez pasada la plaga de mildiu llega el momento de la verdad para la uva ‘superviviente’, la recta final para que se inicie la vendimia en el Marco de Jerez dentro de un mes, probablemente algo más. Distintas fuentes consultadas coinciden en que la vendimia de 2025 podría comenzar a mediados de agosto, estaría por ver si poco antes o después de la fiesta del 15 de agosto, ya que se estima que la uva viene con cierto retraso respecto al año pasado, entre 10 y 14 días.
La pasada campaña la vendimia comenzó a finales del mes de julio, una de las más tempraneras desde que se tienen registros. Los primeros lagares en abrir lo hicieron a comienzos de agosto, de tal forma que el Consejo Regulador emitió el primer parte de producción el 4 de agosto.
Aunque con toda seguridad habrá pagos en los que se corte uva ya la primera semana de agosto, si se toma como referencia la apertura de los lagares se podría decir que la vendimia en el Marco vuelve a fechas más habituales, si se entiende por habitual mediados de agosto, fechas en las que se ha asentado el inicio y/o la generalización de la vendimia en los últimos treinta años. Si sustituimos el término ‘habitual’ por el ‘tradicional’ deberíamos retrotraernos a comienzos de septiembre, un signo más de la influencia de la alteración del clima debido al calentamiento global.
En realidad, hablar de las fechas de la vendimia en el Marco de Jerez siempre es complejo. El año pasado en Luis Pérez se cortaba uva una semana antes de que acabara julio –aunque hay que tener en cuenta que se trataba de una experiencia de carácter experimental– y hay que tener en cuenta también que el Consejo Regulador emitió el último parte de producción el 17 de septiembre, la duración de la vendimia en la comarca se va casi a los dos meses. Es lo que tiene no solo la diferencia en el tiempo de maduración entre los viñedos de interior y los costeros, sino efectuar distintas experiencias o ceñirse al canon.
Respecto a la producción, es muy difícil hablar de cifras, ya que hay que tener muy en cuenta la incidencia que haya podido tener la plaga de mildiu de la pasada primavera. La federación de cooperativas hace cosa de un mes estimó que los daños causados por la plaga podrían alcanzar al 40% del viñedo del Marco de Jerez… lo que no quiere decir que esa cifra sea extrapolable, sin matices, al hablar de producción. En primer lugar, viñedo dañado no quiere decir que lo estén todas las viñas y, en segundo, hay que tener en cuenta que esta campaña se venía hablando de cosechón, por lo que incluso, de confirmarse ese 40% o una cifra similar, la disminución de cosecha que habría traído la plaga no sería aplicable a la producción de la campaña pasada (62,5 millones de kilos de uva), sino a la que venía, que después de las importantes lluvias del invierno y del comienzo de la primavera se estimaba, en efecto, una gran cosecha.
La posibilidad de otras plagas
Al respecto, por ahora nos quedamos con las palabras de Diego Ramírez, de Vara y Pulgar, que el jueves afirmaba que “la uva lleva cuatro o cinco días metiendo caldo”, una buena noticia y aunque el fuerte calor –y la repetición de los tratamientos con fungicida– terminó finamente con el mildiu, esta campaña el tema de las plagas va a estar presente hasta el final. El propio Ramírez alerta de la posibilidad de botritis precisamente por la carga de uva con la que han quedado las cepas tras el mildiu.


