Los acuchillados de Torremelgarejo

La leyenda que envuelve esta tierra nos lleva a los días de la conquista de Jerez, cuando los moros, derrotados y en retirada, pasaron por estas tierras disfrazados como humildes criados

El castillo de Torremelgarejo, en Jerez.
El castillo de Torremelgarejo, en Jerez.

Las leyendas, en ocasiones, parecen cruzar nuestro camino de forma inesperada, como si buscaran nuestros ojos y manos para ser revividas. Otras veces, emergen de la oscuridad cuando estamos inmersos en un viaje, como si el destino mismo nos guiara hacia ellas. Así me ocurrió a mí cuando, en uno de mis recorridos, me encontré con lo que bien podría ser otro relato de las enigmáticas damas blancas, tan presentes en la provincia gaditana. 

Todo comenzó en una apacible pedanía cercana a Jerez en dirección a Arcos. Mientras circulaba por la autovía, divisé un desvío que a través de un camino lateral me llevaba hacia un pequeño y tranquilo pueblo de callejuelas estrechas y escasa población. 

Desde la carretera pude vislumbrar una torre que se alzaba en el horizonte, remanente de lo que alguna vez fue el “Castillo de los Melgarejos". Aunque el tiempo parecía haberle hecho demasiadas muescas, la torre mostraba señales de restauración en su interior, lo que lamentablemente impedía su visita. 

Este castillo, en otro tiempo, desempeñó un papel crucial como frontera entre moros y cristianos bajo el reinado de Alfonso X. Sirvió como avanzada militar hasta la conquista de Jerez y ha perdurado a lo largo de los siglos, resistiendo el paso del tiempo y conservando su historia. 

La leyenda que envuelve esta tierra nos lleva a los días de la conquista de Jerez, cuando los moros, derrotados y en retirada, pasaron por estas tierras disfrazados como humildes criados. Sin duda alguna, lograron infiltrarse en la morada de un conde cristiano y sus líderes militares. 

Esa fatídica noche, como si se tratase del famoso capítulo “La boda roja” de la popular serie de televisión “Juego de Tronos”, cometieron un terrible acto de violencia acuchillando, y degollando, a los presentes en una cena macabra. De ahí surge el nombre "Cena Amarga" o "Melgarejos", que perdura hasta hoy como denominación de la calle en la que se encuentra el castillo. Pero a pesar de la tragedia, la justicia nunca llegó a castigar este múltiple asesinato en el contexto de la guerra. Surge entonces la pregunta inevitable: ¿Residirán las energías inquietas de aquellos cristianos en busca de alguien que desentrañe la verdad? 

El lugar permanece en un relativo abandono. El castillo, y su torre original, nunca han sido abiertos a visitantes, y su propiedad y dueños son un misterio. ¿Será que este enigma esconde una fenomenología inexplicada? Es curioso cómo, al buscar en Internet, incluso se encuentra información sobre horarios de visita, lo que sugiere un intento de atraer la atención hacia este lugar cargado de historia. 

Sin embargo, mi experiencia personal en el sitio fue distinta. Mientras exploraba, me topé con un lugareño de aspecto adusto con un palillo en la boca. Tras verme, de manera poco amable, me instó a marcharme y cerró la puerta de acceso con un cerrojazo. Sus palabras rudas, y tajantes, resonaron en el aire: "Esto es propiedad privada, váyase". Quizás un capataz, quizás un guardián de los secretos que yacen en lo profundo de aquel lugar. 

Así, la incógnita perdura, como un eco del pasado que susurra sus misterios en cada rincón de esa pequeña pedanía. Aunque las dudas y enigmas persisten, la verdadera revelación aguarda detrás de la cancela cerrada, en lo que fue testigo silencioso de aquellos eventos trágicos. 

¿Quién sabe qué secretos yacen en las sombras, esperando a ser descubiertos por aquellos que se atrevan a buscar la verdad tras los muros del Castillo de los Melgarejos? 

Sobre el autor:

Antonio S. Jiménez

Antonio S. Jiménez

Investigador paranormal. Miembro del TCI. Autor de 'San Fernando paranormal' y 'Enigmas en la provincia de Cádiz'

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