¿Es Zambomba todo lo que vende Jerez en estas fechas? Esa pregunta y no otra es la que tiene lugar cada año en la ciudad creando un debate que nos hace vivir aquello que se conoce como 'el día de la marmota'. Qué es una Zambomba y qué no es una Zambomba es la eterna disyuntiva existente en Jerez cuando llega la Navidad. Y en este artículo vamos a hacer una serie de consideraciones que diferencian esta fiesta que se celebra en diciembre en Jerez de lo que podríamos denominar 'Espectáculos Navideños'.
El debate tiene un claro punto de partida. Desde que la hostelería y diversas entidades asociativas vieron que podían obtener pingües beneficios en torno a una celebración que hasta hace relativamente poco tiempo estaba extinguida, el rastro de olor que deja siempre el dinero ha provocado que aparezcan esos listos de turno que tratan de sacar tajada a cualquier precio y venden sucedáneos que poco o nada tiene que ver con la realidad, provocando que quienes visitan la ciudad se vayan para casa con una sensación insípida y desilusionante más que otra cosa.
Para evitar que os den coba o gato por liebre, como decimos por aquí abajo, os vamos a dejar una serie de connotaciones con las que podréis diferenciar lo que SI es una Zambomba como Dios manda de lo que NO lo es, por muy grande que lo ponga en el cartel que lo anuncia.
Según la Real Academia Española, una zambomba es un ''instrumento rústico musical, de barro cocido o de madera, hueco, abierto por un extremo y cerrado por el otro con una piel muy tirante, que tiene en el centro, bien sujeto, un carrizo a manera de mástil, el cual, frotado de arriba abajo y de abajo arriba con la mano humedecida, produce un sonido fuerte, ronco y monótono''. Por tanto, condición indispensable para que alguna fiesta navideña pueda llamarse Zambomba es que este instrumento esté presente. Faltaría más.
Además, otro factor determinante para que una Zambomba sea determinada como tal —esta fiesta coge su denominación precisamente del instrumento— es que las canciones que se cantan son coplas que pertenecen al histórico libreto del cancionero popular, a las que el paso del tiempo les va añadiendo nuevas composiciones haciendo buena esa frase de Manuel Machado que dice que ''hasta que el pueblo las canta, las coplas, coplas no son, y cuando las canta el pueblo, ya nadie sabe el autor''. No es difícil encontrar libretos en la red con las más populares y aprendérselas es bastante sencillo.
Otro aspecto fundamental para saber si no están tratando de 'dar coba' o no es la posibilidad de poder participar en la Zambomba. Esta fiesta tiene su sentido en los cantes a coro y en reunión así que, si usted ve a un grupo sobre un escenario, microfonía o cualquier otro equipamiento donde seguramente no esté presente ni el instrumento que le da nombre, usted está viendo un espectáculo navideño.
Si bien antiguamente las Zambombas se celebraban de noche, en la actualidad estas han pasado de ser una celebración familiar o privada a un evento cuasi público, por lo que todos los años se dicta un bando por parte del ayuntamiento con la normativa a cumplir por parte de aquellos que quieran celebrar zambombas en la vía pública y, por mor de la ley de celebraciones en espacios públicos, el ruido y demás, de un tiempo a esta parte suelen tener 'toque de queda' a las dos de la mañana.
Por regla general, si usted está en una Zambomba de las de toda la vida podrá degustar los típicos dulces de sartén - pestiños, roscos, buñuelos- y podrá afinar la garganta con un poco de aguardiente o anís, además claro está, del servicio de barra de comida y bebida que tendrán montados quienes la organizan porque, hoy en día, las zambombas son un elemento más mercantil que cultural, desgraciadamente.
Así que, si usted está por las calles de Jerez del 1 al 24 de diciembre – o incluso hasta antes- y se encuentra en algún rincón de la ciudad a un coro con personas cantando, con una candela en el centro para calentarse del frío, una, dos o tres zambombas con su correspondiente cubo de agua al lado para mojarse unas manos con las que hacerla sonar, la posibilidad de poder degustar platos típicos de la tierra, personas repartiendo dulces de sartén o una copa de aguardiente y, sobre todo, un coro donde hasta usted puede ponerse a cantar los villancicos, usted está en una Zambomba. Si. Con mayúsculas. De las de toda la vida.
Cualquier otra cosa que le enseñen será lo que ustedes quieran pero no será una Zambomba sino un espectáculo navideño, que están muy bien para que en esta fechas quien pueda se gane unos 'cuartos', se puedan mejorar las arcas de entidades sociales y benéficas y demás, pero poco o nada tienen que ver con lo que son las formas y maneras con las que Jerez celebra la pronta venida del Mesías al mundo, que fue declarado como Bien de Interés Cultural por parte de la Junta de Andalucía en el año 2015 y que no es otra cosa que una Zambomba. Con la Z en mayúscula y sin tilde en la segunda ‘a’.
Por cierto, usted que lee este artículo puede ir a donde usted quiera, faltaría más, pero después no diga que no se lo advertimos. Búsquenlas porque haberlas, haylas.
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