La nueva entrega de La isla de las tentaciones volvió a generar un notable revuelo por la intensidad emocional de una de sus protagonistas, dejando un momento nunca antes visto en este programa. La edición de anoche estuvo marcada por la hoguera de las chicas, en la que Almudena Porras pudo ver las imágenes de su pareja, Darío Linero, besándose con una de las tentadoras. El episodio se convirtió en uno de los momentos más delicados de la temporada por la reacción de la concursante ante la conducta de su novio.
Sandra Barneda trató de calmar a Almudena
Durante la gala, Almudena rompió a llorar al observar el acercamiento de Darío con otra joven, expresando su desconcierto en frases como: "Me quiero ir, no lo reconozco. ¿Qué coño estoy viendo? ¿Eso es normal? Que he puesto toda mi puta vida en él". La participante aseguraba sentirse engañada después de más de una década de relación. “Siento que estos once años han sido una mentira. Qué fuerte, qué pena que España vea esto. Yo creía en el puto amor”, manifestó visiblemente afectada al ver las imágenes.
Antes de presenciar el beso completo con la tentadora Cristina, Almudena ya había mostrado señales de derrumbe emocional. En un momento previo, exclamó: "No puede ser, tío ¡Qué puto asco, qué puto desgraciado de mierda! ¡Me cago en tu puta nación, hijo de la gran...”.
Cuando finalmente observó el beso entre Darío y Cristina, la concursante volvió a llorar, arropada por sus compañeras. La situación obligó a la presentadora, Sandra Barneda, a intervenir para tratar de calmarla, repitiéndole: “Respira, por favor. Cariño, trata de respirar, por favor". La intensidad del momento preocupó especialmente a la conductora del espacio, que pidió asistencia para atender a la participante.
Todavía entre lágrimas, Almudena lanzó nuevos mensajes dirigidos a su pareja, asegurando sentirse traicionada y profundamente herida: "¡El cielo está llorando por ti, porque te vas a arrepentir toda tu puta vida! ¡Disfruta, que yo voy a disfrutar a mi manera, sin faltarte al respeto!", gritó en un intento de recomponer su postura mientras seguía mostrando dificultades para mantener la calma.
La situación derivó finalmente en un ataque de ansiedad, lo que llevó a la presentadora a ayudarla a controlar la respiración hasta la llegada del equipo médico del programa. Se trató de una circunstancia inédita en la trayectoria del reality, que dejó uno de los momentos más tensos y comentados de la temporada.