Las legumbres: cuando la comida se hace y se come en casa

En potajes, ensaladas, hamburguesas o cremas, las legumbres son las reinas indiscutible de mi mapa gastronómico. Es curioso, porque los potajes de legumbres son básicos de cualquier casa, pero luego apenas se comen en lugares públicos (como mucho la tapita de berza en temporada de invierno y muy especialmente en las viñas). Por eso, cuando poquísimas veces en mi vida encuentro un bar con lentejas, siempre las pido, da igual que sea pleno agosto, estemos en un chiringuito de playa y a la sombra asomen los 40 grados.

Hace unos años, volviendo de Portugal, decidimos parar en una playa de la zona de Punta Umbría, y para mi sorpresa, los camareros estaban comiendo lentejas, así que pregunté y me dijeron que no estaba en la carta (¿veis como es una comida de puertas pa’dentro?), pero que si quería me podía poner un plato porque la olla era grande y había sobrado, así que tras darme un bañito y aun con el pelo y el cuerpo mojado, empecé a comer un platito de lentejas a la sombra.

Con las legumbres me ha pasado como con las sopas o cremas, que cada vez he experimentado el cocinarlas con distintos tipos de verduras, enteras o troceadas, en sofrito o cocidas y con distintas especias. Pero si tuviera que comer el resto de mis días el típico potaje de lentejas, y al día siguiente hacerlas con arroz, no tendría ningún problema.

En este sentido, doy gracias al universo por habernos acercado el hummus a Occidente, esa maravillosa crema de garbanzos típica de Oriente Medio (¿Líbano, Israel, Egipto?). Aunque alguna veces he hecho tahína, la pasta de sésamo (ajonjolí) que parece ser el ingrediente esencial, me gusta más simplemente con aceite de oliva y mucho zumo de limón. Si además le puedes añadir un poco del agua de cocción de los garbanzos, mejor que mejor. Por último, hace poco probé a hacerlo con habichuelas, y queda genial también. Otras variedades (con aguacate o remolacha), me gustan pero prefiero el hummus de garbanzos, la remolacha en ensalada y el aguacate a rodajas en tostada. Este delicioso puré de garbanzos está genial con ensaladas, o directamente, a cucharadas.