Antonio y Ana salen cada día para que las 900 ovejas que cuidan puedan comer en pleno estado de alarma. Ellos no pueden quedarse en casa porque "los animales no entienden de eso"
Antonio y Juan salen cada mañana a pastar con sus ovejas, aunque confiesan que cada vez es más difícil: menos vías pecuarias por las que pasar y más zonas rociadas con herbicidas, sus principales enemigos