Según la tradición, San Cristóbal fue un gigante de fuerza imponente, llamado originalmente Réprobo, que vivió en el siglo III. Su conversión al cristianismo se dio tras buscar servir al más poderoso de los señores, y al darse cuenta de que Cristo era el único Rey eterno, se bautizó y dedicó su vida a ayudar a los demás.
La leyenda más conocida cuenta que ayudaba a los peregrinos a cruzar un río caudaloso. Un día, un niño pequeño le pidió ayuda para cruzar. A medida que avanzaba, el peso del niño aumentaba hasta hacerse casi insoportable. Al llegar a la otra orilla, el niño reveló su identidad: era Cristo, quien llevaba sobre sí el peso del mundo. Por este motivo se le dio el nombre de ‘Cristóbal’, que significa “portador de Cristo”.
San Cristóbal murió mártir durante la persecución del emperador Decio. Es invocado como patrono de los viajeros, conductores y transportistas, y su imagen suele colocarse en vehículos o en las entradas de los hogares como símbolo de protección.
Otros santos y beatos
- Santa Felicidad y sus siete hijos mártires (s. II): Madre cristiana que, junto a sus hijos, fue martirizada en Roma bajo el imperio de Marco Aurelio. Su fidelidad conmovió a muchos y es símbolo del valor de la fe familiar.
- San Pascario de Nantes (s. VII): Obispo francés que se destacó por su dedicación a la educación del clero y la caridad con los pobres. Promovió la vida monástica y la evangelización en su región.
- San Pedro Vincioli (s. XI): Presbítero italiano que reformó la vida monástica benedictina en Umbría. Fundador del monasterio de San Pedro en Perugia.
- Beato Manuel Ruiz y compañeros mártires (1860): Sacerdote franciscano asesinado en Damasco junto a otros frailes y laicos cristianos durante un ataque contra los cristianos. Fueron beatificados como mártires de la fe por su valentía al no renunciar a Cristo.
- Beata María Gertrudis de Santa Sofía (1873): Religiosa alemana fundadora de las Hermanas del Niño Jesús. Dedicó su vida a la educación de niñas y a la atención de los más necesitados.