Zambombas, en su justa medida

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

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Este bando ‘restrictivo’, por ponerle un adjetivo, contrasta con algunas declaraciones que se produjeron en su día desde el gobierno municipal.

El Ayuntamiento ha emitido ya el bando en el que regulará las zambombas de este año. Ha llamado la atención que dicho bando, el primero en el que la Zambomba jerezana —y arcense— funciona como BIC (Bien de Interés Cultural), que dicha ordenanza sea relativamente restrictiva en comparación con años anteriores, tanto por lo que se refiere al tiempo de Zambombas —del 1 a 25 de diciembre— como a su duración, con la obligación de que deben concluir sobre las 12 horas de la noche, quedando al margen las celebraciones estrictamente privadas y familiares en recintos adecuados. Este bando ‘restrictivo’, por ponerle un adjetivo, contrasta con algunas declaraciones que se produjeron en su día desde el gobierno municipal, en las que se abogaba por ampliar el tiempo de Zambombas durante toda la Navidad, e incluso con algunas prácticas hosteleras, ya que no era raro que se celebrara ya alguna Zambomba el último fin de semana de noviembre.

Bien, este evento es un fenómeno que se ha convertido en clave para la hostelería de Jerez, los fines de semana de diciembre son desde hace un par de décadas ‘temporada alta’, sin duda, con los bares y restaurantes llenos, incluso sin organizar Zambomba. Incluso los hoteles se llenan, sobre todo durante el puente de la Constitución, de turistas que llegan a Jerez entre otras razones para vivir esta celebración. Su consideración como BIC hace que haya que trabajar más si cabe en su preservación, sobre todo desde que su extensión y crecimiento ha hecho que se detecten ‘efectos secundarios’ peligrosos para la calidad de la fiesta tal y como ha sido reconocida, como por ejemplo la proliferación de botellones anexos, sobre todo en el centro (las siglas de BIC también pueden significar Botellón Intenso en el Centro, como recogió este cronista hace unos meses). Veremos cómo transcurre este año la Zambomba, una fiesta que ha crecido tanto tanto… que comienza a dar síntomas de desparrame.

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