Un paso de cebra en una imagen de archivo.
Un paso de cebra en una imagen de archivo.

Civismo se aprende desde pequeñito, en la guardería, escuela y sobre todo en actos cotidianos. Es la palabra clave, convivencia y respeto a los demás en contraposición a la ley del más fuerte que rige en nuestras calles y carreteras. Pasear por aceras y cruzar siempre por pasos de cebra debidamente señalizados, con el muñequito en verde, es el primer paso de una educación en sociedad.

Cruzar una calle no debería ser una aventura y además peligrosa, resultando raro el día que no cuente uno anécdotas al respecto. Hacemos del peligro costumbre, lamentable y muy preocupante.

En este ritmo de vida con velocidades, las tentaciones se vuelven costumbres, y claro si vamos con prisa, miramos a ambos lados, cruzando por mitad de la calle o con el peatón en rojo. Los niños nos copian totalmente, vayan cogidos de la mano o como meros espectadores, detalles o formas de actuar, replican de manera automática. Sistemas inteligentes pro-peatón han de implementarse e investigarse innovaciones técnicas – mayor seguridad vial frente a automoviles, texturas antideslizantes con lluvia - con mayor énfasis, con el fin de no paralizar el inigualable paseo, el ejercicio social más completo.

Siguiendo con la educación, si el envoltorio - la basura no tiene patas - no cae dentro de la papelera y no nos agachamos a recogerlo para dejar limpia la calle, como la encontramos antes de nuestro paso, estamos cometiendo un error fatal. Los malos modales atraen a peor comportamiento de otros, y a la inversa los buenos modales tienen más dificultad en ser emulados. El árbol torcido ya ni Confucio lo pone derecho; y quizás aún las Diosas de las montañas japonesas tendrían dificultad en enderezarlos; como dice la tradicional leyenda. Así es la vida.

Reconozco muchos tipos de pasos de cebra: Los que están tras semáforos - incluso con cámaras - respetados al máximo por conductores, los sobre elevados - el miedo al lanzamiento o partir el cárter se hace respetar -, los señalizados a través de destellos ante presencia cercana de peatones, los señalizados con señales verticales y horizontales, y los pasos de cebra no mantenidos, sin pintura ni señales verticales por el paso del tiempo. Estos últimos dan lugar a confusión, errores y juegan mortalmente con la seguridad vial.

Está claro que se ha de velar por su correcto mantenimiento y conservación en nuestras calles, para no tener que cambiar la definición. Paso de cebra según RAE se define “en una vía pública, espacio marcado con rayas anchas paralelas a la acera, por el que, en ausencia de otra señal reguladora, pueden cruzar los peatones con preferencia sobre los vehículos”. 

“El hombre es un animal de costumbres”, de buenas para tener una convivencia mejor. Si no el saltarse las leyes será el siguiente paso, que no precisamente de cebra.

 

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