"Mariconas"

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

Francis Arcila, alcalde de Torrecera, con el bastón de mando tras su toma de posesión.
Francis Arcila, alcalde de Torrecera, con el bastón de mando tras su toma de posesión.

Cómo están los ánimos en Torrecera. Vaya con los audios… con su contenido, claro. Pero hombre, si en estos tiempos todo se graba: si no es un vídeo, aparece un audio, incluso en Torrecera. Por eso amenazar, insultar e incluso agredir –de la acusación de la que hablaremos más adelante se desprende que también hubo un empujón— te puede salir muy caro. Ignoro a qué se debe esta pérdida de… iba a decir de nervios, pero no me parece la palabra adecuada, así que vamos a decir mejor los papeles, o incluso la compostura, sí, mejor la compostura, por parte del alcalde socialista de esta pedanía jerezana con un grupo de vecinos, especialmente con un vocal de IU que se da el caso que hace años fue alcalde de la localidad.

Se trataba de una protesta por la falta de agua de algunos vecinos de la localidad, de la denuncia del hecho por parte de IU, de la espera para ser recibidos por el alcalde y la tramitación formal de la misma… pero todo ello no parece de alcance suficiente para que nadie pierda la compostura (e incluso los nervios) de esa manera. Seguro que hay algo más, y lo ocurrido por este tema concreto no es más que el reventón de una situación, de cosas y hechos que deben venir de más atrás. Con lo que acabo de decir –en modo del dicho aquel ‘pueblo pequeño, infierno grande’— no quiero quitar hierro en absoluto al asunto, qué va. Es más, el alcalde de esta pedanía tiene un doble compromiso de servicio al ciudadano, primero como actual primera autoridad de la localidad y, segundo, como agente de la Policía Nacional, lo que viene a añadir gravedad a su proceder, por descontado.

Por eso, de la escucha de los audios cabe establecer varias reflexiones, sobre todo dirigidas hacia la actitud del alcalde, ya que del vocal de IU y del resto de vecinos presentes poco hay que decir salvo que en todo momento guardan las formas; si hay algo por ahí que se haya podido cortar en el audio porque no interesa, eso ya… pero no parece ser el caso (por cierto, el lector singular, la lectora simpar, se habrá percatado ya de que se está obviando de manera plenamente consciente andar dando los nombres de los protagonistas, al entender que poco o nada aporta a la solución del conflicto).

De la disección, decíamos, de los audios, cabe inferir que el alcalde, policía nacional como se ha comentado más arriba, está perfectamente al día de la terminología actual de la calle en materia de peleas, ya que habla de “reventar” (escuchado, como todo lo que se comenta de ahora en adelante, en el audio) a su adversario político. El otro día, un amigo de este cronista también fue objeto en Jerez de la Frontera, literalmente, de un intento de “reventón” a hostias que, por fortuna, como el caso que nos ocupa, no se produjo. Eso sí, hace mal el alcalde en citar a “la noche” como un momento idóneo para que se produzca dicho reventón o reventamiento, a elegir. Como agente de la autoridad ha tenido que estudiar en su día nociones de Derecho, las suficientes para saber que la nocturnidad representa un agravante. Ya sabemos que de noche todos los gatos son pardos, que es el momento habitual para la francachela y el amor… pero también, al parecer, de su reverso, el odio. Total, que el señor alcalde no repara en que no le tiene cuenta la noche, y menos cuando se avisa, lo que incluso nos puede llevar a pensar en premeditación. Hay cosas que, hablando legalmente, mejor hacerlas a las doce del mediodía, a pleno sol, como diría Patricia Highsmith.

Por último, y tal vez más importante, habría que destacar el uso en dos ocasiones del término “maricona” que hace el alcalde para referirse a su rival (por ahora político). No conozco de nada al vocal de IU receptor de dicho epíteto, por lo que ignoro en términos absolutos su condición sexual (o de género), es decir, no sé si el alcalde quiere ofender su condición de homosexual o utiliza este término despreciativo simplemente como lenguaje de la calle. Da igual. El colectivo LGTBIQ+ (creo que no me he dejado ninguna sigla) seguro que va a poner al alcalde a caldo, eso si no hay acciones legales de por medio, bien por el menosprecio a una persona en concreto bien por el menosprecio precisamente a todo el colectivo. Profundizando más en “maricona” —una palabra que, por cierto, veo en la RAE que todavía puede ser tanto nombre como adjetivo— le diría al alcalde que es un término que yo evitaría siempre en términos absolutos en caso de tener una discusión, como de la que estamos hablando, que amenaza con derivar en agresión o riña callejera, según él mismo manifiesta. Imagínese por un momento, señor alcalde que, efectivamente, un día va usted y agrede al edil de IU. ¿Qué habría ocurrido? Pues por usar sus mismos términos, que le habría dado una hostia a una “maricona”, ya ve usted, qué poca cosa para alguien que maneja su marco lingüístico (y cabe entender que también mental). Pero vamos a pensar en la situación contraria: vuelva a imaginarse que usted se anima, va a por su rival –recuerde que la pelea siempre la empieza usted, en eso hemos quedado… lo dice usted mismo— le da más o menos una hostia, técnicamente conocida como la primera, y el concejal no solo repele la agresión, sino que va y le da a usted lo que viene siendo en español dos hostias bien dadas. ¿Qué habría ocurrido? Joder, esto sí que deber ser duro (para usted): ¡Ha perdido una pelea con una maricona!

Por todo esto, hará bien en sosegarse, señor alcalde, y pedir disculpas, ahora que todavía está a tiempo… Ah, y no lo tome como consejo, personalmente este cronista, por no repartir (y ya sabe a qué me refiero) ni eso reparte: cuando me oía hablar de niño de que si el uno en el colegio o en el parque iba a pegar al otro y cosas así mi padre decía siempre, como sin importancia, una frase de esas para no olvidar: “El que se pone a dar, se pone a recibir”. Qué verdad…

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