El laboratorio de Jerez o Jerez del laboratorio

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

Ediles de Cs, durante un pleno, con el gobierno local socialista al fondo.
Ediles de Cs, durante un pleno, con el gobierno local socialista al fondo. ESTEBAN

Se acerca la primavera y todo se revoluciona. La política, una mezcla de ciencia social y esgrima –bueno, esgrima con sus dosis de navajeo— no permanece al margen, en absoluto. Desperezarse, salir de la hibernación, oler la flor del azahar y, hala, subidón. Lo que vienen siendo los Idus de Marzo. Que le digan a Cayo Julio César —vulgo, Julio César— cómo se pone el personal mediado el mes de marzo, que no te puedes confiar lo más mínimo. Miren lo de Murcia y Madrid o, lo que es lo mismo, lo del PP y Ciudadanos: de la fusión por absorción a directamente la abrasión… pero ya saben que en esta sección solo se aborda tangencialmente la política nacional e internacional, Marca Acme nació con una intención claramente localista y así va a seguir, pero una vez más hay tema para relacionar la política desde distintos ámbitos…

Es un clásico recurrente de la prensa local (con el beneplácito en privado de algunos de sus prohombres y promujeres de la política y la economía) afirmar que Jerez, por los motivos que sea, ha sido frecuentemente una especie de campo de pruebas de determinados aspectos de la política nacional, sobre todo cuando hablamos de cambios, modificaciones e introducción de medidas inéditas varias. El abanico de porqués es muy amplio, y va desde la mera percepción tirando a errónea de una prensa que en general se comporta de manera ombliguista hacia lo que acontece en su ciudad (por lo que habría encontrado aquí una justificación al, digamos, infortunio en el que lleva tantos años), al hecho cierto de que Jerez tiene unas características muy determinadas que podrían prestarse a determinadas prácticas: tiene nombre en toda España y buena parte del mundo (vino, motos, caballos, fiesta) pero no es capital de provincia; tiene bastantes habitantes pero ni es ni funciona como una gran ciudad; tiene una economía acendrada en sectores seculares y a la vez soporta altas tasas de paro… son solo unas cuantas peculiaridades que hacen que, efectivamente, en algunas ocasiones haya podido ser elegida –esa es la hipótesis— por fuerzas ajenas para realizar lo que podríamos denominar como experiencias piloto en las que se observaría la respuesta social a la implementación de medidas en temas como las distintas reformas laborales —como ocurrió en el sector bodeguero— o a la realización de ERE en los ayuntamientos y otras corporaciones públicas, por poner solo dos ejemplos evidentes y no muy lejanos. Como ven, en general, se trata de una tesis en la que Jerez se concebiría como laboratorio: ver cómo funcionan determinadas medidas en un área limitada con una serie de características y extraer conclusiones que puedan extrapolarse a unidades superiores.

Insisto: ¿Una realidad irrefutable o una paranoia colectiva, de corte narcisista, que podría leerse perfectamente en una novela –desde luego imposible— que estuviera a mitad de camino de Pálido fuego (Vladimir Nabokov) o La saga/fuga de JB, de Torrente Ballester? Pues vete a saber… el caso, avisados lectores, perspicaces lectoras, es que una vez más hay elementos para pensar que algo de esto ocurre en Jerez… o este cronista precisamente es el primero que emula al narrador psicópata de Pálido fuego. Si hacemos un pequeño cronograma reparen que lo de Murcia y su réplica en Madrid estalló el miércoles –aunque en Murcia, qué hermosa eres, el martes ya había ruido de sables—, es decir, ambas crisis de Gobiernos autonómicos se produjeron después de que se anunciara en Jerez la intención de Ciudadanos de acercarse al PSOE para negociar los Presupuestos municipales sin cerrar, en absoluto, la puerta a una posible entrada en el gobierno municipal de la ciudad en la segunda mitad del mandato en curso. Sí, sí, conforme… no es lo mismo romper pactos (Murcia y Madrid) que forjar acuerdos (Jerez); también hay que tener en cuenta el desapego creciente del PSOE local hacia lo que tiene a su izquierda –salvo Ganemos, e incluso ahí habría algunos matices— hasta el punto de llegar a la acusación de pinza y “pactos secretos” con el PP que se han lanzado desde el gobierno municipal contra Adelante e IU… Son factores locales a contabilizar para acertar en el análisis, pero no deja de ser significativo que estos titulares de prensa en la quinta ciudad –una vez más la teoría de ser muy importante pero no clave- hayan antecedido la ‘mar gruesa’ que vendría después y lleva tres días abriendo los medios de comunicación nacionales.

¿Estos temas de calado nacional condicionarán al final ese acercamiento PSOE-Ciudadanos en Jerez? ¿Habrá acuerdo grande entre ambos partidos (coalición), medio (apoyos externos) o por el contrario todo quedará en agua de borrajas? No sabemos. Lo que sí podemos decir es que, ateniéndonos a la tesis de partida de este artículo y la cronología de los hechos, no cabe tanto hablar de condicionar como de retroalimentar… a no ser que este cronista vuelva a las páginas de Nabokov —¿o mejor de Torrente?— de las que nunca debió haber salido.

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