Leo en Viva una información durísima: la Feria del Caballo busca caseteros. Cuando solo falta algo más de tres meses para la fiesta de Jerez por antonomasia –estupenda palabra— hay casetas que no tienen todavía cerrado quién va a ser su explotador. Al parecer, el principal problema es que el último día de la Feria de Abril sevillana (este año metida en mayo) coincide con la inauguración de la Feria del Caballo, y claro, los caseteros carecen del don de la ubicuidad. Rocío Alfaro, responsable de la noticia, dice que muchos caseteros del sur de Sevilla están optando por la capital… unos inconscientes, unos imprudentes que no recuerdan que este año la Feria está dedicada a Jabugo. Fino y jamón de Jabugo… En fin.
La verdad es que el Rocío, el Gran Premio de Motociclismo, las elecciones municipales y la tardía Feria de Abril de Sevilla han terminado por encajonar a la Feria del Caballo, hasta el punto de que nadie cayó en este asunto, y si cayó, pues calló. Cabe suponer que pese a la falta de ubicuidad y desdoble de los caseteros, todo se podrá solucionar poniendo al frente a un ‘segundo’ en Jerez y duplicar parte de la tripulación y del material, porque no se trata solo de que coincidan el último sábado de Sevilla con el primero de Jerez (en Sevilla también se decidió optar por la fórmula jerezana de sábado a sábado), hay que desmontar y montar.
De todas formas, varias líneas después y a punto ya de alzar la vista del teclado, cabe hacerse una pregunta de corte casi metafísico. ¿A qué viene todo esto si en Jerez propiamente no había más casetero que el adjudicatario?
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