Disneyland París, uno de los parques de atracciones más visitados del mundo, atraviesa estos días una situación inédita que ha alterado de forma visible su imagen internacional. Millones de visitantes acuden cada año al complejo, convertido recientemente en un escenario marcado por la acumulación de basura y el deterioro del entorno, consecuencia directa de un conflicto laboral en pleno periodo de máxima afluencia turística.
El origen de la situación se encuentra en la huelga de los trabajadores de limpieza, empleados de Onet, la empresa externa contratada para realizar estas labores dentro del parque. Los empleados decidieron el fin de semana parar su actividad tras denunciar bajos salarios, sobrecarga de trabajo y condiciones laborales precarias, unas reivindicaciones que, al no ser atendidas, desembocaron en una protesta de alto impacto visual.
Una protesta visible en el corazón del parque
La imagen idílica asociada a Disneyland París se vio abruptamente alterada cuando comenzaron a circular imágenes de papeles esparcidos, residuos acumulados y zonas descuidadas en áreas clave del recinto. Como parte de la protesta, los huelguistas esparcieron basura en puntos altamente visibles, como la entrada de Main Street, la estación central y los alrededores del Disneyland Hotel, con el objetivo de visibilizar sus reclamaciones ante visitantes y responsables del complejo.
Numerosos visitantes expresaron su malestar en redes sociales, aludiendo a malos olores, áreas descuidadas y retrasos en el acceso a varias atracciones, factores que afectaron de forma directa a la experiencia turística en plena temporada navideña, uno de los periodos de mayor afluencia del año.
La huelga en Disneyland París se enmarca, además, en un contexto más amplio de conflictividad laboral en la capital francesa, que también ha alcanzado a otras instituciones culturales de primer nivel como Museo del Louvre, donde los trabajadores votaron este pasado lunes el inicio de una huelga indefinida.


