Jerez se 'achicharra', Jerez se 'derrite'... en verano: ¡qué cosas!

El tiempo se ha convertido en noticia aunque no haya nada noticiable: ya ven, al parecer el verano empieza con calor en Andalucía

20 de junio de 2025 a las 19:29h
Protesta por la ausencia de sombra y el calor en el centro Gloria Fuertes.
Protesta por la ausencia de sombra y el calor en el centro Gloria Fuertes. MANU GARCÍA

Empieza el verano y… y qué cosas, hace mucho calor. Una semana de muchísimo calor en Jerez de la Fra, la muy noble, muy leal y ahora, por unos días, ardiente. No recuerdo bien en qué momento el tiempo se convirtió en noticia más allá de la página, siempre por la parte de atrás, que le dedicaban los periódicos de papel o el final de los telediarios. Probablemente, fue hace cosa de veinte años o así, algo más, tal vez, con la proliferación de esos programas de reporterismo vespertino y sin grandes complicaciones que comenzaron a implantarse en todas las cadenas.

En cualquier caso, la primera noción del tiempo como noticia pura, es decir, no las consecuencias de una nevada o una ola de calor, que no es lo mismo, sino hablar del tiempo, en este caso del calor por calor, que iba a ser el tema, la tuvo este cronista en sus inicios profesionales, un sábado tórrido en Jerez. Allí estábamos los de ‘guardia’ (nunca he entendido muy bien ese término aplicado al periodismo: no es ninguna ‘guardia’, no es un ‘por si acaso’, es simple y llanamente currar el fin de semana. ¿A que no dirían ustedes ‘camareros de guardia’? Pues eso… aunque a veces si cabe hablar de ‘bares de guardia’, con lo cual, a los que están trabajando…

Bien, dejemos la inevitable digresión que incluye cualquier Marca ACME que se precie y vayamos a turrón. Les decía que al jefe y a los tres o cuatro redactores a los que les correspondía estaban dando vueltas al tema de Jerez con el que iban a abrir la sección del domingo cuando alguien dijo que no merecía la pena hacer otra cosa que no fuera hablar sobre el calor, que la gente no estaba para leer nada de interés, para leer nada que no fuera sobre el calor. Y se hizo, claro, en plan literario, ya saben. O sea, mirar el termómetro una vez, apuntar la hora, hablar de la soledad de las calles, de los escasos negocios abiertos, del aire acondicionado, de las puertas cerradas, de la huida a la playa, un titular tipo ‘Jerez se derrite’ o ‘Jerez se achicharra’… y listo. Modo ChatGPT pero a pulmón. Claro, ya digo, para escribir ‘no-noticias’ hay que ser muy hábil, más hábil probablemente que para escribir una.

El invierno en Vitoria

Luego ya vino la popularización del tiempo, que sigue entre nosotros y que, de hecho, resulta un tanto cargante pero que a veces da lugar a ‘grandes momentos de la humanidad’, como diría el gran Stefan Zweig. Por ejemplo, este cronista recuerda tener la TV de ruido e imagen de fondo, como casi siempre, cuando en uno de esos programas vespertinos va una intrépida reportera y le pregunta a un señor mayor por el frío que hacía: era mediados de enero. En Vitoria. Al señor mayor casi le da la risa y le respondió, con vitriolo, que hombre, que si hiciera ese frío en agosto en Vitoria lo entendería como noticia, pero que lo haga en enero pues… Pues, pues claro. En el fondo es ese viejo aforismo de la profesión: la noticia no es que un perro muerda a un niño, es que un niño muerda al perro, aunque en el periodismo actual ya no está tan claro qué es arriba y qué es abajo.

Al episodio de “hace frío en Vitoria en enero” le han seguido otros similares como “qué bueno hace en Valencia en marzo, miren cómo está la playa de la Malvarrosa” y abrir el cámara el plano y haber veinte personas de paseo con tres perros y, a lo lejos, dos bañistas, de esos que les da igual ocho que ochenta o, un “pese al frío, las terrazas en Sevilla están llenas”, después de encontrar una con dos o tres mesas ocupadas.

La cuestión, claro, como ocurre tantas veces en la vida, es trabajar de una manera preconcebida, con una realidad de entrada: y es que hay muchas horas que llenar. Si a un jefe, que probablemente esté tan pichi en Madrid en uno de esos días radiantes de sol invernal con no más de diez o doce grados le da por pensar que en el sur y en levante tiene que hacer muy bueno y la gente lo está disfrutando, no teman, que terminará siendo así.

Eso sí, a veces el calor da imágenes de verdad, como la diputada de ERC que se despatarra –qué palabra, por favor– en el escaño de Ábalos aprovechando su ausencia. ¿O no fue por el calor, fue por algún motivo político, no sé, cuestionar la corrupción o, tal vez, pedir la independencia?

Esperemos que esta moda no se extienda por los ayuntamientos. No sería de buen gusto (pero quién dicta hoy lo que es el buen gusto) ver a las concejalas y concejales de la ‘muy noble, muy leal y muy elegante’ de esa guisa, aunque hay alguno ‘aficionado’ a sentarse en modo ‘despatarre machista’.

Ya saben. Entra el verano. Jerez se achicharra, Jerez se derrite…   

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