Hasta hace escasamente unos días, el cronista no podía evitar que un leve sudor le recorriera la espalda al ver cómo se van posicionando ciudades de toda España con el tema navideño y el Ayuntamiento de Jerez sigue tan pichi, como si siguiéramos en verano. Es que seguimos en manga corta, como en verano, podría pensar algún lector desaprensivo, alguna lectora ligera de cascos, pero el cambio de estación está a la vuelta de la esquina… y si no, pregúntenle a los castañeros, que llevan ya varios días a la suyo, ajenos a la manga corta y a la ausencia del factor ‘tener las manos calentitas’, algo que para los habituales consumidores de castañas asadas siempre ha sido tan importante al comprar un cartuchito como el deleite de dicho manjar al paladar.
Todas las ciudades andan –decía- justificándose de cara a las Navidades, hablando de las medidas de ahorro –ja, ja, ja- que van a implementar en el alumbrado habida cuenta de la que se viene encima en cuanto al problema energético causado por la guerra –por ahora- de Putin en Ucrania y la habitual falta de previsión de los funcionarios de la Unión Europea (mascarillas, semiconductores, componentes, repuestos, cereales, girasol, gas… aquí, a la espera de la próxima), todas las ciudades, ya digo, excepto Jerez y su gobierno municipal, que por ahora ni siquiera ha arqueado una ceja.
Pero no teman, amigas y amigos, esta vez seguro que no se trata de molicie paralizante producida por más de treinta grados a mediados de octubre, no, qué va. Este cronista está en disposición de avanzar que el gobierno de Mamen Sánchez y su nutrido grupo de tenientes de alcaldesa está jugando bien sus cartas, viendo lo que hacen y dicen los enemigos –así es queridos lectores, estimadas lectoras, hay que empezar a hablar con propiedad: enemigos, no dejemos que el adjetivo ‘navideño’ nos nuble la razón… Chencho apareció y, en el peor de los casos, hoy está a la espera de que le suban el 8,5% la pensión- y lo está haciendo antes de sacar la escalera de color, el póker o al menos el full victorioso en el momento indicado, que suele ser cuando menos se espera.
¿El motivo? Con doce plantas fotovoltaicas –vulgo, huertos solares- haciendo cola para su instalación en distintos puntos de la campiña, la municipalidad podría anunciar mañana mismo, si quisiera, que Jerez ha alcanzado su independencia energética, así, en un periquete, como quien dice solo con abrir la ventanilla… y eso sin tener que recurrir al parque eólico del Barroso (sí, el que se está levantando junto a Macharnudo, en pleno viñedo), que no es plan de andar ahora removiendo conciencias ni responsabilidades, que no son fechas.
Ya puede decir Vigo, la gran rival, la archienemiga navideña, lo que quiera… que ya lo ha dicho, por cierto. Su popular (de popularidad) burgomaestre, Abel Caballero, ya ha anunciado que las luces de Navidad estarán encendidas en su ciudad una hora menos, pasando de siete a seis diarias, para un ahorro de un 14%... un ahorro de obtención estrictamente analógica, como pueden comprobar los lectores con una simple operación. Qué quieren que les diga, decepcionante, sobre todo si tenemos en cuenta que en la ciudad más poblada de Galicia los trabajadores de Ximénez llevan dale que te pego con el alumbrado desde agosto, no precisamente disfrutando de las ostras de la Piedra o del concierto de Iggy Pop en el muelle más allá de sus horas libres, cuando por aquí, si han aparecido, ha sido de paisano…
Vigo encenderá el 17 de noviembre –joder, como haga bueno también le pilla a alguno volviendo en bañador de Samil o de Patos, no se crean-, Sevilla habla del 5 de diciembre… y de Jerez no sabemos nada, pero esta vez es porque no hace falta. Doce huertos solares como doce ases en la manga, ahí es nada… Ya, que no van a estar en mes y medio, que esto lleva su tiempo… pero eso es lo de menos, al final todo viene a ser cuestión de confianza. Jerez, demostrando que va en serio, se la merece y más…
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