Del centro a La Plata

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

Un hombre caminando por el barrio de La Plata. FOTO: JUAN CARLOS TORO.
Un hombre caminando por el barrio de La Plata. FOTO: JUAN CARLOS TORO.

Pues estaba repasando la prensa local en busca de algo que no fuera Feria o motos cuando me encuentro en lavozdelsur.es con dos artículos distintos sobre temas completamente diferentes pero con puntos en común: la cercanía y su —llamémosle— decadencia. Se trata, hay que decirlo ya, del abandono del solar que albergó el cine Lealas y la incertidumbre permanente en la que vive la Atalaya (Museo de los Relojes, Museo del Vino y cascos bodegueros adláteres de diverso uso). Apenas unas decenas de metros separa a uno de otro, dos historias muy distintas, pero que tienen el hilo en común de una calle, Lealas (e inmediaciones), que sin duda ha conocido tiempos mejores.

El cine salió ardiendo hace diez años y en su día se clasificó como terreno de uso residencial sin que tanto tiempo después se haya interesado por el mismo ningún promotor (así que está todo dicho). De la Atalaya, de la gestión y el enfrentamiento político a cuenta de su rector, la Fundación Andrés de Ribera (FAR), qué decir… Desde que se aposto por la ‘puesta en valor’ (no he podido evitarlo, no volverá a ocurrir) de sus activos, una vez renovados, nunca se cumplieron los objetivos y fueron pocos los períodos en los que ha habido ‘pax política’ para alcanzarlos… Los fondos del Museo de los Relojes son indiscutibles, el giro hacia los congresos del Museo (Misterio) del Vino fue normal tras constatarse que esta iniciativa etnográfica y multimedia no se entendía muy bien (la verdad es que también los gustos de la gente que visita museos y similares ha cambiado: la gente quiere volver a tocar y ver) pero, en definitiva, las expectativas y hasta cierto punto las intenciones de partida, quedan lejos.

La Atalaya sigue ahí y el cine realmente llevaba un buen tiempo ya cerrado antes del incendio, pero es cierto que Lealas, en tránsito del centro a La Plata, con su componente bodeguero, que ahí sigue, tuvo más actividad comercial, incluso de bares restaurantes. Bien, como otras zonas de Jerez, se podría decir…

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