Las esclavas de entre los esclavos

Ojalá que en un futuro el 8 de marzo sea un día de celebración para el recuerdo de todos los logros conseguidos.

Un momento de la manifestación del 'Tren de la dignidad'.
Un momento de la manifestación del 'Tren de la dignidad'.

El pasado domingo se pudo presenciar la unión del feminismo andaluz ante los recortes en el Instituto Andaluz de la Mujer. La convocatoria de manifestación por parte del Tren de la Dignidad tuvo un seguimiento más que notable. Más de 150 asociaciones participaron en la marcha que empezó en los Jardines de Murillo de Sevilla y terminó en el palacio de San Telmo, pasando por la calle San Fernando. A ojo puedo calcular que asistimos mínimo unas 2.000 personas.

La participación en las manifestaciones del movimiento feminista nunca defrauda. Recuerdo que en el 8M de hace un par de años la cabecera ya había llegado al final del recorrido mientras nosotros nos preguntábamos qué pasaba para que siguiéramos en la salida como dos horas después de iniciada la manifestación. En parte, la gran participación es gracias a la pluralidad de la convocatoria. La verdad es que es agradable poder saludar a mis viejos excamaradas y a su vez estar con compañeros de otras provincias, reunidos de nuevo por fin.

En general fue una marcha animada. No faltó la batucada feminista para llevar el ritmo de la manifestación. Aparte, fue curioso ver la diversidad de pancartas de las asociaciones y partidos, el ingenio a veces utilizado para su elaboración y hasta como visten los participantes. En este sentido, lo más llamativo y simbólico fueron tres mujeres que asistieron vestidas tal y como si fueran sufragistas de los años 20. Un hecho para reflexionar acerca de que estos problemas y reivindicaciones vienen de muy largo.

Obviamente hemos avanzado mucho desde las sufragistas, pero nuestros problemas siguen siendo casi los mismos que en 1990, solo que ahora somos más conscientes de ellos. Al respecto, John Lennon y Yoko Ono como primera canción de su álbum de 1972, Sometime in New York City, incluyeron una canción de alto contenido político. Woman is the nigger of the world (La mujer es el negrata del mundo). Ha de entenderse que en el inglés americano negrata es de los insultos más fuertes que hay debido a su vinculación con el esclavismo.

La canción pide reflexión acerca de la situación de la mujer, “las esclavas de los esclavos”. Describe la situación de tal forma que parece que hubiera sido escrita ayer con frases como “Si es auténtica, decimos que trata de ser un hombre”. Su mejor argumento: si no me crees mira a la que está contigo. En nuestra sociedad siempre se ha invisibilizado el trabajo de la mujer y se la ha forzado a asumir tareas de cuidado, aunque sea de forma inconsciente por puro rol de género. Es por ello por lo que no se puede permitir que se hagan recortes en el IAM. Si este instituto mejora la situación de un colectivo bastante perjudicado, trabajando por una mejor integración y estatus, no se le pueden retirar fondos.

Una viva declaración de intenciones del Gobierno de la Junta apoyado por la extrema derecha, con una línea muy clara. Lo que faltaba encima es que la mitad de los niños y niñas no recibieran charlas sobre igualdad por culpa del pin parental. Si ya de por sí la situación deja muchísimo que desear, esta combinación es pura dinamita. No es difícil encontrar a hombres, y sobre todo a chavales de entre 13 y 25, que parece que creen que viven en una peli porno. Piensan que las mujeres se ponen ultra receptivas dispuestas a todo si se les roza el brazo o se les dice dos tonterías de play boy.

Un pequeño ejemplo de esto son las últimas declaraciones de Bertrand Ndongo, autodenominado como el negro de Vox. Declarar que las mujeres de izquierdas tienen mayor deseo sexual porque no hay “empotradores” en la izquierda, es de pensar con la cabeza equivocada. También me gustaría que me enseñara de que parte del INE ha obtenido sus estadísticas. Esta distorsión de la realidad hace que merezca la pena que se estudien las propuestas de regular el porno tal y como ocurre ya en Reino Unido.

Todos estos hechos hacen que el lema del Tren de la Dignidad sea muy significativo: Ni un paso atrás. Esta frase ha recuperado el peso que no debía de haber perdido nunca por su sobreexplotación en lo referido a los avances a una hipotética revolución. Terminada la jornada, desear que ocurra lo mejor posible, que no muera ninguna más asesinada, que se rompa el techo de cristal y que llegue la igualdad. Nos volveremos a ver las caras el 8M para luchar por lo mismo. Un año, y otro, y otro y así con todos los que haga falta. Ojalá que en un futuro el 8 de marzo sea un día de celebración para el recuerdo de todos los logros conseguidos.

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