El transporte público se ha convertido en un medio esencial de sostenibilidad de nuestras ciudades y pueblos. Su conectividad permite la relación social necesaria entre personas y el obligado conocimiento de nuestro mundo rural.
Una parada de transporte público ha de tener en cuenta las "adversidades o inclemencias" climatológicas de su ubicación, por relevancia ante el usuario. La construcción protegida por sus lados y dotada de cubierta, destinadas a guardar del sol y la lluvia, tiene que ser un espacio habitable.
El cristal lateral permite visualizar al conductor que no haya nadie en la trasera, huyendo de la quema, esperando al resguardo del seto de la Escuela, aunque ningún responsable en su competencia, desde diseño, detalles como ubicación, vientos predominantes, proyección de su sombra, información del servicio, fluidez en subida y bajada de todo tipo de usuarios -especialmente Personal con Movilidad Reducida-, pasando por su ejecución a fácil mantenimiento en su limpieza, revalúe su idoneidad y adaptación a la realidad de los que esperan.
Necesitamos sombra de hojas, el sobreradiante sol y sofocante calor envuelto con una cristalera a modo de cortavientos o lluvias generan una atmosfera abrasiva e irrespirable incrementada por el efecto lupa provocando un espacio no apto para humanos en los asientos o de pie. Un gran árbol a diez metros, cobija a decenas de personas ante la solitaria marquesina que quema. Solución inadecuada al emplazamiento elegido.
Soluciones en base a jardinería vertical y de techo natural con apoyo de cortinas de agua recirculadas, reutilización del sistema jardineras vivas tipo Expo 92, plantaciones de trepadoras tipo vid silvestre para pérgolas, uso de materiales aislantes como el ladrillo de taco de Coria del Río, fomento de la micropulverización de agua en el microambiente y aljibes climáticos que recojan su lluvia para uso de la misma, complemento de juego de grandes sombras usando bambúes no invasivos en parterres cercanos, acompañado con fuente pública para favorecer la hidratación, son recursos más adaptados a las necesidades actuales de aquí, convirtiéndose en microoasis o refugios de control climático.
Estar a gusto es esencial para el devenir de tu vida, en todo lo que rodea, incluso en la parada del bus.
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