Aceras peatonales, valga la redundancia

Plantemos un árbol, apadrinado por cada nacimiento del pueblo y aldea, con su correspondiente cuidado, para identificarnos con el verdadero camino de la vida, momentos para el recuerdo, motivos de orgullo.

Iván Casero

Ingeniero de Montes.

Acerado con árboles.
Acerado con árboles.

Los árboles estorban en las márgenes de caminos y en cunetas de carreteras, por seguridad vial. La velocidad nos va a matar más, aún más para llegar más pronto al atasco de rigor de entrada al aparcamiento, y encima sobre acelerado. No hay sitio para tantas ruedas ni bajo tierra.

Carriles para uso de caminantes, bicicletas y caballos con iluminación, pero sin sombra está de actualidad. Creo que los datos de movilidad reflejarán que son mucho más utilizados de día, y sol no nos falta, si bien la sombra de árboles se agradece encarecidamente para los cada vez más sensibles de piel a rayos solares y sobre todo a insolaciones, con dolores de cabeza incluidos. No hay botón para accionar el "hágase la sombra", quizás sea eso por lo que no se prodigan, aun fijando el carbono atmosférico.

Tenemos un problema al ser inconscientes de lo realmente necesario, y en ocasiones percibo la estrategia del avestruz escondiendo la cabeza bajo tierra o la del mochuelo que cría bajo tierra, caso único que espero no empiecen a poner de ejemplo de adaptabilidad ante la falta de lugares naturales de nidificación.

"Niño, ve siempre por la acera y cuando vayas a cruzar la calle, siempre mira arriba y abajo" desde pequeño nos inoculan el terreno sagrado para caminar, correr y poder conversar con amigos y vecinos. Según la RAE, acera es "parte lateral de la calle u otra vía pública, pavimentada y ligeramente más elevada que la calzada, destinada al paso de peatones".

Nos quejamos entre nosotros, algunos escriben al Ayuntamiento, ante el mal estado de una acera, si bien no llamamos a la policía local ante un atentado a su conservación, como aparcamientos indebidos o limpiezas mecanizadas, pues no están ejecutadas para soportar cargas pesadas, sólo la de personas. 

Cualquier servicio de nuestra digital era, no duda si tiene que levantar un tramo, dure lo que dure, pues no se le puede poner límite a la evolución tecnológica, si bien no se osaría a cortar la calle, pues afectaría a la movilidad de 4 ruedas. Vaya desatino, cuando no hay movilidad más sana, que la de un ratito a pie y otro andando. 

Llevamos décadas primando al coche frente al peatón, y va siendo oportuno revertir este atropello, y para que no se produzcan a la salida de colegios, guarderías y parques infantiles, tendrían que accederse por calles peatonales, pues un choque entre personas, conlleva en el peor de los casos un chichón, recuerdo en la memoria y en la mayoría, un pedir perdón. 

Hay calle para todos, pero no hay aceras para coches. Es tan de perogrullo que hay que recordarlo a peatones, gestores de lo público y a los programadores de los coches autónomos. Gastemos más suela de zapato - mucha Salud y trabajo para zapateros - y menos acelerador.

 

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