'Kichi': en mi barrio mando yo

Que nadie dude que tras el conflicto de las terrazas la relación entre los socios de gobierno nunca volverá a ser igual porque la humillación sufrida por Ganar Cádiz tiene un alto precio

'Kichi', en las municipales de mayo de 2019, votando en su colegio electoral del barrio de La Viña en Cádiz.
'Kichi', en las municipales de mayo de 2019, votando en su colegio electoral del barrio de La Viña en Cádiz. PODEMOS CÁDIZ

Que José María González, Kichi, a la sazón alcalde de Cádiz, tiene entre sus cualidades la capacidad de sobrevolar el espacio aéreo de las cuestiones más espinosas a mayor velocidad que un F18 de última generación es una verdad contrastada tras sus casi siete años de gobierno municipal. Durante su primera legislatura fue David Navarro quien con demasiada frecuencia saltaba a la arena del debate político para salvar las vergüenzas de su jefe hasta que en la segunda, cansado de tanta ingratitud, dejo tan ardua tarea en manos de la guardia de corps podemita del alcalde, que se ha mostrado incapaz de parar los golpes con la diligencia que lo hacía Navarro.

Esto, unido a la cercanía de la precampaña electoral, ha provocado que el alcalde en los últimos tiempos esté más tiempo volando que en su despacho de San Juan de Dios, ya sea por la demora en la fecha de celebración del Carnaval o por la reciente aplicación de la ordenanza de movilidad y los efectos, a su entender nocivos, sobre la actividad hostelera en el barrio de la Viña en el que él mismo reside.

El alcalde González, poco acostumbrado a los rigores de la normativa municipal que su propio gobierno propuso y aprobó, ante el ruido de barras que llegaba desde la calle de La Palma, a punto de explosionar como la isla del mismo nombre, decidió hacer de su capa un sayo y decretar unilateralmente la excepcionalidad en tan popular barrio gaditano tal como proponía la patronal de hostelería con el socorrido argumento del bocado que llevarse a la boca cada día.

Ante tal despliegue de autoritarismo unilateral sus socios de gobierno, con Vila al timón, se han sentido desautorizados en la aplicación de la norma que el pleno municipal aprobó en su día para el conjunto del viario de la ciudad, enojados por la actuación del alcalde que había puesto en marcha, desde la soledad del mánager, el viejo aforismo de que en mi hambre electoral mando yo y al parecer en su barrio también.

No soy yo el más adecuado, por lo poco frecuente de mis visitas a la zona, para apoyar una u otra posición ya que como siempre ocurre en el medio está la virtud, pero si es verdad que el ruido de barras y terrazas ha adquirido tal potencial de decibelios que ha hecho temblar los cimientos del gobierno de coalición de la capital de la provincia acallando incluso el tema estrella del despido de Cervera.

Que nadie dude que tras el conflicto de las terrazas la relación entre los socios de gobierno nunca volverá a ser igual porque la humillación sufrida por Ganar Cádiz tiene un alto precio que, visto lo visto, Kichi no está dispuesto a pagar ahora que en el medio plazo el horizonte empieza a teñirse de electoralismo populista. Y todo esto ocurre mientras el grupo socialista se lame las heridas de su enésima batalla interna que ha terminado con la portavoz y sus dos concejales de confianza vagando en cuerpo y alma por el Campo de las Balas, y el grupo popular enredado en estadísticas habitacionales convencidos de que cualquier tiempo pasado fue mejor, cuando en verdad solo fue anterior, como se deduce de la aparición del fantasma de Teófila sobrevolando la candidatura de Ortiz.

Mucho me temo que con la declaración de excepcionalidad de su barrio el alcalde haya encendido la mecha del descontento en la hostelería del resto de la ciudad, al tiempo que haya enseñado el camino por el que debe transitar el malestar ciudadano, en este y otros temas, de ahora en adelante lanzando un bumeran que se volverá contra él mismo, al tiempo.

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído