La sangre "roja" de Macías Retes, mito del carnaval antifranquista, vuelve al Falla con el debú de su nieta

Marcado por “comunista” y por el fusilamiento de su hermano, resistió "el estigma" para pasar a la historia como uno de los mejores coristas de todos los tiempos, esencial para que la fiesta regresara tras la guerra civil

Lidia Macías, nieta del autor legendario, este domingo en los camerinos del Gran Teatro Falla.
Lidia Macías, nieta del autor legendario, este domingo en los camerinos del Gran Teatro Falla. REYNA

Si el carnaval de Cádiz tiene una gran novela biográfica pendiente es la de José Macías Retes (Puerto Real 1909-Cádiz 1979). Ojalá se animara el brillante Felipe Benítez Reyes, ya que su Rota natal tiene presencia en el relato de una vida que dibuja una época de la fiesta local con trazo exacto.

Avisado por su cuñado, guardia civil, de que un batallón de soldados llegaba a Cádiz desde Marruecos con la orden de matar a "todo rojo que encontrara", Macías Retes emprendió huida en julio de 1936 hacia la casa-cuartel dirigida por ese pariente, marido de su hermana, en Rota.

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Bisnieta, hijo y nieta de Macías Retes, ante la estrella que tiene el corista a la entrada del Falla.  REYNA

El benemérito se ofreció a protegerle y lo consiguió. Cuando los primeros meses, los más violentos, del golpe de estado de 1936 pasaron y la ciudad de Cádiz se volvió algo más segura, Macías Retes regresó de Rota a pie, por etapas.

Regresó caminando y durante el recorrido "simulaba ser retrasado o tener una enfermedad mental grave, como bien decimos ahora, así le hacían menos preguntas en cualquier control que tuviera que pasar".

"Temía utilizar cualquier coche, camión, tren, lo que fuera, porque en plena guerra se identificaba a cada pasajero cada poco tiempo". Su hermano Manuel tuvo menos suerte. En uno de los desplazamientos desesperados, nada más producirse el golpe del 18 de julio, fue detenido y acusado de "comunista".

Los archivos de la Agrupación Socialista de Puerto Real recuerdan a Manuel como afiliado fundador del PSOE local y concejal, además de miembro del sindicato UGT. Esas condiciones eran equivalentes al comunismo bolchevique y a la revolución más violenta durante el primer tercio del siglo XX en España.

La documentación fija el nacimiento de Manuel en 1904 ó 1905. Por tanto, era mayor que José. El asesinato por fusilamiento está fechado el 22 de septiembre del 1936.

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Neno Macías, uno de los seis hijos del autor represaliado, recuerda a su padre en el bar La Casapuerta de Luisa.  REYNA

El partido calcula que tendría 31 años. Consta como "chófer municipal, presidente de la Sociedad de Gas, Agua y Electricidad de UGT Puerto Real".

José Macías Retes, con la misma militancia, pudo huir del destino de su hermano pero quedó marcado por la condición de "rojo" hasta su muerte en 1979, con 70 años. Nunca se consideró una víctima, ni renunció a su ideología. Tuvo que callarla, ocultarla, y no del todo. Ni siquiera se escondió todo lo que le habría interesado.

Su enorme afición por el carnaval de Cádiz le venía de niño. "Desde muy pequeño perseguía al Batato, su coro, estaba todo el día hablando de él y se colaba en sus ensayos, iba de lavadero en lavadero", recuerda José Macías, Neno, hijo del legendario corista.

"Tanto admiraba a Batato que hasta que fue cuarentón, muchos amigos y familiares le llamaban Batatito". Macías Retes, aún adolescente, en los años 20, "reproducía los tangos con amigos, o con niños más pequeños, en cualquier casapuerta, hasta que se animó a hacer coros propios".

También llegó a participar con murgas, porque las chirigotas aún se llamaban así, en los concursos. Algún año, antes de la guerra civil, participó con los dos grupos a la vez, era un precursor de lo que hoy se llamaría "un jartible, era un aficionado obsesivo, le gustaba con locura".

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Lidia Macías, durante su debú en el concurso, con el coro de Paco Martínez Mora 'Los malhablados'.  REYNA

Tanto, que ni el golpe militar, ni el de su hermano, ni las fugas a pie o el crónico pánico de la posguerra le calmaron esa pasión. Los archivos de los historiadores del carnaval gaditano han glosado ampliamente su trayectoria, su carrera, los nombres de todos sus grupos, coros, sobre todo.

Queda por reivindicar su epopeya particular, la personalidad social y política, su papel al margen de las bateas y los escenarios, sin tangos de por medio. En esa otra carrera carnavalesca fue, por ejemplo, miembro del pequeño grupo de autores que convenció a Rodríguez de Valcárcel en 1948.

La condición de "rojo señalado y siempre bien vigilado" que le acompañó toda su vida aún da más valor a su presencia en ese improvisado comité, surgido de un encuentro casual, una muestra sin competición de coros, en una Velada de los Ángeles.

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Padre e hija, hijo y nieta, con una foto en la que aparecen Macías Retes y el propio Neno Macías en un coro de 1955.  REYNA

A pesar de vivir bajo sospecha se atrevió, en compañía de otros, pocos, a interceder ante el todopoderoso gobernador civil para decirle que quizás sería un consuelo para una ciudad espantada por los cientos de muertes de la explosión del polvorín de San Severiano -18 de agosto de 1947- la recuperación de algo parecido al carnaval de la preguerra.

La idea cuajó, el preboste franquista la defendió en Madrid y consiguió sacarla adelante con todas las limitaciones ya conocidas: nada de llamarlo carnaval, mejor fiestas típicas gaditanas, y en fechas distintas a la previa de la cuaresma, mejor en mayo, en junio.

"El estigma siempre le quedó", asegura su hijo. "Fue el corista más completo que ha existido, como mínimo, en los años 50 y 60, eso no lo puede discutir nadie, uno de los mejores de todos los tiempos".

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Foto familiar de Macías Retes con su nieta Lidia en el primer carnaval celebrado en febrero tras la guerra civil, en 1977.   REYNA

"Sus tangos están entre los mejores de la historia y sólo se llevó un primer premio en un año en que hubo tres primeros, para que nadie se mosqueara".

Su obra se extiende desde los años 20 hasta su último coro, Las figuras del ajedrez en 1977. Entre medias, Los príncipes del carnaval, Los salineros -quizás su coro cumbre-, Alí Babá y los 40 ladrones...

Eran tiempos en los que las coplas no eran el primer valor para repartir galardones y halagos. El peso político en la carrera carnavalesca es indudable para Neno Macías: "Sin esa etiqueta del comunista peligroso habría ganado no menos de ocho, diez primeros", sostiene.

Ese compromiso con la fiesta duró hasta el final de su vida. En 1976, tres años antes de su muerte, fue propuesto en el grupo de ganadores de la primera edición de los antifaces de oro. "Lo rechazó porque el carnaval se seguía celebrando en mayo-junio y bajo el nombre antiguo".

"Dijo que así no lo quería. Al año siguiente, en 1977, hubo cambio de nombre y de fechas, se volvió a febrero y entonces ya aceptó". Esos eran sus principios y si no le gustaban a quién fuera, en contra del marxismo de Groucho, carecía de otros.

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Tras una larga trayectoria en chirigoteras callejeras, Lidia actuó por primera vez en el Falla este domingo.  REYNA

Esa leyenda carnavalesca por escribir y ordenar, por reclamar, cobraba vida este primer domingo de febrero -siempre febrero- en el Gran Teatro Falla. Lidia Macías Fernández (Cádiz, 1976) debutaba en el concurso de coplas por el que su abuelo se desvivió en vida.

Es una de las nietas que le dieron a José Macías Retes sus seis hijos. Algo avergonzada por escuchar tanto de su abuelo -aunque no ha dejado de tenerlo presente desde que nació- recuerda que no es la primera de la familia en heredar participación.

"Dos primos míos, hijo de mi tío Manolo e hija de mi tía Carmen, la hermana mayor, ya actuaron en el Falla, no soy la primera. Que conste por respeto y cariño a ellos". Con ese precedente sentado -su padre, Neno, también actuó con dos coros en el Falla, Lázaros y truhanes y Sueños carnavalescos hace más de 20 años- ahora le toca a Lidia el relevo inocente y honorable que sirve de perfecta excusa para reordar la leyenda.

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José 'Neno' Macías ante la placa dedicada a su padre, que inauguró junto a Teófila Martínez en el año 2014.  REYNA

Sonríe cuando vuelve a surgir uno de los episodios más celebrados del abuelo. Un alcalde franquista le pidió subir a la batea para hacerse una foto, para canturrear con el coro Alí Babá y los 40 ladrones. Macías Retes, con la velocidad mental que gastaba, le respondió: "Claro, suba usted, total, un ladrón más o un ladrón menos...".

Lidia forma parte de la cuerda de segunda del coro de Paco Martínez Mora, uno de los autores más consolidados de las últimas décadas en la modalidad. Este 2025 presenta Los malhablaos y la nieta del mito del coro tiene muchas esperanzas: "La idea del tipo es muy buena, el repertorio está muy trabajado, yo creo que puede gustar mucho".

Al margen de lo que suceda este año con el coro que le sirve para debutar en el Falla, celebra con perspectiva histórica los cambios en el carnaval de Cádiz. Cree que a su abuelo le gustaría la evolución.

Lo afirma con satisfacción en La Casapuerta de Luisa, un bar esencial en el carnaval y en cualquier época, con una foto colgada de un coro completo de su abuelo, Los príncipes del carnaval. "¿De 1955, puede ser?", pregunta el padre de Lidia que aparece hecho un niño en la imagen.

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Coro 'Los príncipes del carnaval', segundo premio en 1955 con Macías Retes de frac y su hijo, Neno, de niño-rey.  REYNA

"Veo muchas comparsas y coros con mujeres, cada vez más y ya no se les llama mixtas, como antes. Simplemente, hay mujeres".

"En el coro de Paco Martínez Mora hay este año 17 mujeres, sin contar a las de la orquesta, que es más habitual desde hace años. Ya no hay un coro mixto y ninguna mujer en el resto de grupos, eso va cambiando", dice con satisfacción.

Esa evolución general de la fiesta, como la afición de Lidia, comenzó en el carnaval callejero, ese que se volvió igualitario sin pedir permiso ni hacer ruido, con toda la naturalidad y la fuerza de lo inevitable.

"Salí en una callejera por primera vez en 2002, éramos Las viudas de la peseta, antes, con la charanga de mi familia, que eran muy habituales en los años 90".

Desde ese primer contacto con la chirigota ilegal, nunca ha faltado a la cita carnavalesca en la calle, salvo un par de años. Funcionaria y docente -también internacional por España en la selección de hockey hierba para mayores de 40- le tocó trabajar "un tiempo en Valencia y algún año no pude venir".

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Hijo y nieta repasan la trayectoria vital y carnavalesca de una leyenda de los coros de Cádiz.  REYNA

Incluso en las peores ocasiones "intentaba venir para salir dos días, por lo menos, a cantar con mi chirigota. El segundo fin de semana. Así da menos pena irte porque ya se acaba para todos a la vez. Si vienes el primero, tienes que parar tú sola mientras los demás siguen disfrutando toda la semana".

Ahora, en 2025, probará la sensación de la batea, ese tablao rodante, con varios niveles que recorre las calles para ofrecer, a intérpretes y espectadores, una de las experiencias más antiguas y hermosas del carnaval de Cádiz.

Ese disfrute será posible gracias a personas como su abuelo que se dejaron, textualmente, la vida por mantener una tradición gaditana con siglos de vida, a los que enfrentaron la amenaza de la violencia política.

Con su sobrina Ana (bisnieta de Macías Retes) y su padre, Neno, Lidia visita en la víspera de la actuación en el Falla, con Los malhablaos, la estrella que inmortaliza al viejo corista en la plaza Fragela, a cuatro metros de la soñada fachada de ladrillos colorados.

Fue inaugurada en 2014. Apenas hay una decena de leyendas de la copla en ese suelo que es Hollywood con más salero y ahora registra varios posados turísticos cada hora durante todos los días del año.

Si el carnaval de Cádiz es actualmente ese fenómeno viral, si permite a Lidia y otros miles de aficionados vivir un presente deslumbrante es por lo que hicieron aquellos que se fueron, en tiempos de oscuridad.

La "sangre roja" y perseguida de Macías Retes vuelve al Gran Teatro Falla. Que sea por muchos siglos.

Sobre el autor:

Afot

José Landi

Nacido en Cádiz, en 1968. Inicia su trayectoria en 1990. Columnista, editorialista, redactor, corresponsal o jefe de área en 'Guía Repsol', 'El Periódico de la Bahía de Cádiz', 'Cádiz Información', 'Marca', 'El Mundo' y 'La Voz de Cádiz'. Ha colaborado en magacines o tertulias de Canal Sur radio y tv, SER, Onda Cero y COPE. Premio Paco Navarro Asociación de la Prensa de Cádiz en 1997 y 2012 (a título colectivo). Premio Andalucía 2008 a la mejor labor en internet (colectivo). Ganador del I Premio de Relatos Café de Levante. Autor de la obra de autoficción 'Ya vendrán tiempos peores' (2016). Puso en marcha el proyecto de periodismo gastronómico 'Gurmé Cádiz' y mantuvo durante diez años blogs como 'El Obélix de San Félix' y 'L'Obeli'. Forma parte del equipo que realiza el podcast de divagación cinematográfica 'A mitad de sala'.

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