Mudéjar para torpes: "Jerez llegó a ser centro del arte medieval"

lavozdelsur.es pasea por San Juan de los Caballeros junto a Fernando López Vargas-Machuca y José Luis Lozano, autores de un libro 'FAQ' sobre el patrimonio de la ciudad : "Hemos roto con los tópicos, lo importante es que todo el mundo lo entienda"

José Luis Lozano Romero junto a Fernando López Vargas-Machuca en el tejado de San Juan de los Caballeros con su libro sobre el mudéjar de Jerez
José Luis Lozano Romero junto a Fernando López Vargas-Machuca en el tejado de San Juan de los Caballeros con su libro sobre el mudéjar de Jerez MANU GARCÍA

A las puertas de San Juan de los Caballeros lavozdelsur.es se encuentra con el historiador del arte Fernando López Vargas-Machuca y el fotógrafo José Luis Lozano Romero. En sus manos sostienen un trabajo inédito: la primera obra divulgativa sobre el arte medieval de Jerez que dialoga "al cincuenta por ciento" entre la investigación histórica y las imágenes

"La idea parte de mi vocación docente. Si tuviera que coger entre la investigación y la enseñanza, escogería la enseñanza", explica el investigador jerezano, uno de los más reconocidos en el ámbito de la historia medieval de la ciudad. Profesor en el I.E.S. Padre Luis Coloma, Vargas-Machuca es un claro defensor de publicaciones para todos los públicos en contraposición a la endogamia académica. “Muchas veces cuando se investiga solo pensamos en nuestros colegas y no tenemos en cuenta la divulgación. Luego, los trabajos se quedan en los círculos científicos”, lamenta. El mudéjar en Jerez, preguntas y respuestas (Tierra de Nadie Editores, 2021) demuestra que es posible conjugar lo divulgativo con lo científico a través del típico formato de las FAQ (Frequently Asked Questions).

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Fernando López Vargas-Machuca explica las imágenes de 'El mudéjar en Jerez' durante el encuentro con lavozdelsur.es.   MANU GARCÍA
El historiador del arte Fernando López Vargas-Machuca es uno de los mayores investigadores del Jerez medieval
El historiador del arte Fernando López Vargas-Machuca es uno de los mayores investigadores del Jerez medieval.   MANU GARCÍA

La obra divulgativa de los jerezanos, que supera la barrera diacrónica y camina hacia lo didáctico, es un libro de mudéjar para torpes y también para listos. "Habrá personas que piensen que las primeras páginas sobran, pero para ellos están las últimas páginas, con información monográfica e información más compleja. Hay que facilitarle a un abanico amplio de lectores este tipo de cuestiones técnicas. Hemos roto con los tópicos, lo importante es que todo el mundo lo entienda", explica a lavozdelsur.es. 

Para ello, consideraban necesario buscar un equilibrio entre el texto y la fotografía, huyendo de lo que sucede habitualmente en la investigación histórica: “No queríamos solo un libro de imágenes bonitas. Tampoco queríamos que fuera solo documental. Las fotografías tienen que aclarar lo que se dice y al mismo tiempo ser atractivas para valorar nuestro patrimonio”, añade el investigador.

San Juan de los Caballeros: un legado mudéjar

El libro, que se apoya en sus propias investigaciones y en trabajos como la tesis de José María Guerrero Vega, tiene en cuenta además otros hallazgos singulares del mudéjar de la ciudad como la Capilla de la Paz de Santiago, una capilla oculta en San Lucas o las capillas de San Mateo. Pero, ¿qué es eso del arte mudéjar? "Simplificando mucho podemos decir que es el realizado en los reinos cristianos de la Península Ibérica durante la Edad Media siguiendo formas de la tradición hispanomusulmana, esto es, del arte islámico de al-Ándalus, independientemente de si la mano de obra es de origen musulmán o no". Es una de las preguntas que responde la obra didáctica sobre este arte medieval, que incluye no solo referencias a la ciudad de Jerez, sino a la de los maestros jerezanos y su entorno. 

“Esta foto de Arcos es preciosa, tiene mucho de metafórico”, dice Vargas-Machuca sobre una imagen del interior de una casa con decoraciones mudéjares desde la que se aprecia un contrafuerte de la Iglesia de Santa María de Arcos. “La metáfora es abrir ventanas para descubrir nuestro patrimonio con el filtro del mudéjar”, explica. Para comprenderlo hay que tener en cuenta dos piezas clave: la iglesia de San Dionisio San Juan de los Caballeros.

Al interior de este último nos acompaña Manolo Báez, hermano mayor de la Vera Cruz, que abre las puertas de su casa a lavozdelsur.es. “Le hemos puesto muchas ganas y mucho empeño, pero el dinero hay que buscarlo de debajo de las piedras” reconoce Baéz sobre las costosas tareas de restauración y conservación que se llevan a cabo en el templo. Una de ellas concluyó hace algo más de cinco años y es un ejemplo único de la arquitectura gótico-mudéjar española: la Capilla de la Jura.

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Fernando López Vargas-Machuca durante la entrevista.   MANU GARCÍA
La Capilla de la Jura, uno de los legados del arte mudéjar de Jerez
La Capilla de la Jura, uno de los legados del arte mudéjar de Jerez.   MANU GARCÍA
A la derecha, el color que impregnaba la Capilla de la Jura antes de ser restaurada. Las pinturas murales mudéjares no eran visibles.
A la derecha, el color que impregnaba la Capilla de la Jura antes de ser restaurada. Las pinturas murales mudéjares no eran visibles.   MANU GARCÍA
La obra cuenta con una cuidada selección de fotografías de José Luis Lozano Romero como esta vista del contrafuerte de la iglesia arcense
La obra cuenta con una cuidada selección de fotografías de José Luis Lozano Romero como esta vista del contrafuerte de la iglesia arcense.   MANU GARCÍA

“Es el primer caso documentado (1404) de fusión entre dos tipologías: una gótica y una mudéjar. Es decir, una planta centralizada cubierta con bóveda estrellada que aparece en muchas salas capitulares y, al mismo tiempo, la tipología de la quba islámica asociada a lo aúrico y lo funerario, con sus trompas de arista viva y su ornamentación de lacería”, explica Vargas-Machuca. En la bóveda esconde una joya también inédita: un conjunto de pinturas mudéjares. “Es muy singular porque es muy raro encontrar pintura mudéjar en las bóvedas. Casi siempre se encuentran en las paredes y en los zócalos. Hay casos muy concretos”, aclara. Este vestigio, que ha sido conservado “milagrosamente por su olvido”, seguramente tiene un "competidor" debajo de la cal de San Lucas y de la capilla bautismal de San Mateo.

Sin embargo, no es lo único que sorprende en San Juan. Las laudas sepulcrales de origen flamenco ubicadas en el ábside, objeto de numerosas investigaciones y debates historiográficos, son otra de las singularidades del templo y hablan del comercio con Flandes. “Se trata de puro gótico internacional y fueron encargadas por la familia de Lorenzo Fernández de Villavicencio”, sostiene Vargas-Machuca. Según el investigador, este importante señor jerezano estuvo asociado con Pedro I El Cruel en su lucha contra Enrique II. “Pedro I fue acuchillado en Montiel por su hermanastro, luego todos los nobles que le habían apoyado se largaron. Como él se llevaba muy bien con los reyes nazaríes se fue a Granada. Cuando el nuevo rey dice que pueden volver, volvió a Jerez e incrementó su poder”, explica. Al estilo de Pedro I y de sus gustos estéticos con maestros alarifes nazaríes, el noble quiso construir un enterramiento suntuoso en una ciudad que todavía no tenía importancia. “En su testamento dejó por escrito que quería delante del altar maior una obra e labor de azulejos. Unos alicatados mudéjares que podrían recordar a los de San Marcos”, añade.

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Los autores, con su libro en las manos.    MANU GARCÍA
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El fotógrafo José Luis Lozano Romero en el techo de Jerez.    MANU GARCÍA

No obstante, poco o nada nos ha quedado de la decoración de aquel tiempo. Vargas-Machuca responsabiliza al falso re-vival de lo plenamente medieval que se vivió en el siglo XIX: “Hemos perdido algo esencial para entender el arte medieval, el revestimiento. Ahora vemos una arquitectura desnuda y manipulada”, dice. Ante ello, se enorgullece del camino emprendido por los historiadores jerezanos en los últimos años. “Hacía falta que fuéramos a las fuentes originales, hemos avanzado mucho”, indica. En esa línea, reconoce que hay aún mucho camino por delante. “El arte medieval de Jerez es muy importante, complejo y valioso. La ciudad no fue un centro secundario, aquí se empezaron a crear formas y eso solo se hacía en Córdoba y en Sevilla”. Pese a que en las décadas posteriores a la conquista cristiana, Jerez permanece relegada, la ciudad vive un periodo de esplendor y “creatividad” en el siglo XV, cuando Córdoba y Sevilla “viven del pasado”. El motivo de que Jerez se convirtiera en el tercer centro artístico después de las dos capitales andaluzas fue el avance cristiano. “Cuando las fronteras se alejaron, Jerez pasó a ser un centro de primer orden en el arte medieval”.

Entre las muestras, alabastros de Nottingham y Londres (Museo Arqueológico de Jerez), la pintura gótica de corte italianizante (de la que Vargas-Machuca hablará este martes), el propio estilo gótico mudéjar, el revestimiento pictórico y la obra de los alarifes en la azulejería. “Se trata de una sociedad incuestionablemente cristiana pero tiene una sensibilidad estética multicultural que bebe de la tradición hispano-cristiana y musulmana”, concluye el investigador. Es el Jerez bajomedieval. Un diamante del que todavía nos queda mucho por pulir.

El mudéjar en Jerez, preguntas y respuestas (Tierra de Nadie Editores, 2021) se presentará el próximo jueves 3 de febrero a las 19:00 horas en los Claustros de Santo Domingo.

Sobre el autor:

Sebastián Chilla.

Sebastián Chilla

Jerez, 1992. Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla. Máster de Profesorado en la Universidad de Granada. Periodista. Cuento historias y junto letras en lavozdelsur.es desde 2015. 

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