Testigos del ataque mortal de Barbate: "Las lanchas no eran de aquí y ahora el marrón le cae al pueblo"

Admiten que estuvieron en los muelles como "otros cien colegas" que avergüenzan a sus vecinos, pero aseguran que "ni todos" jalearon "ni la mayoría era consciente" de que estaban asistiendo a una ejecución

Juan Carlos Toro

JUAN CARLOS TORO / JOSÉ LANDI

Dos de los testigos del ataque mortal, al día siguiente en el puerto de Barbate, miran hacia el lugar de la tragedia.
Dos de los testigos del ataque mortal, al día siguiente en el puerto de Barbate, miran hacia el lugar de la tragedia. JUAN CARLOS TORO

Son cuatro de los jóvenes de Barbate, decenas, que vieron la tragedia en directo. Estaban allí, avisados, en la noche de este viernes 9 de febrero.

Fue la que será recordada para siempre porque varias potentes lanchas de narcos, refugiadas del temporal en el puerto, enfilaron una y otra vez a una pequeña neumática de la Guardia Civil hasta matar a dos agentes. Dejan tres huérfanos y viudas, con otro compañero herido grave.

En principio, forman parte de esa turba infame que jaleó el ataque, de ese grupo que avergüenza y espanta a sus vecinos, a todos los que han visto los vídeos que circularon inmediatamente por las redes sociales.

Ocultan sus rostros y sus nombres. Sólo dos acceden a ser fotografiados, encapuchados y de espaldas, abrumados. Hablan asomados al mismo muelle desde el que se vio el peor episodio que la guerra contra el narcotráfico ha dejado en la frontera Sur de Europa, en la costa de la provincia de Cádiz.

Aseguran, todos a una, en un descargo difícil de digerir, que "ni todos" los presentes animaron a los atacantes "ni la gran mayoría" fue consciente de lo que sucedió hasta horas después.

La primera duda es saber cómo supieron lo que pasaba, por qué se juntaron en el puerto. “Decían que la Guardia Civil iba a intentar sacar las lanchas de aquí. Igual que yo me entero, se entera un colega, y otro, y otro. Al final, viene todo el mundo para acá”, afirma el mayor señalando el pantalán.

Cuando se les pregunta cuantos serían los que se reunieron contestan mirándose, para reafirmarse, que “unos cien, igual más”. Apenas han pasado 16 horas y afirman que “la gente de Barbate nunca pensaba que iba a ver una cosa como esa aquí. No está bien, no está bien”, dice otro negando con la cabeza.

“Lo que pasó no es una cosa que se pueda jalear ni aplaudir nunca”, intercede el primero. “Hubo uno tiempo en el que el narcotráfico aquí en el pueblo era más duro pero ahora la cosa estaba bastante tranquila. En el pueblo hay mucha gente que ha vivido de eso y a lo mejor espera que vuelva”.

¿Paisanos que quieren que vuelvan los peores tiempos del narcotráfico a Barbate? “No sé, igual sí, para comer de eso. La verdad es que las lanchas no eran ni de aquí. Serían de La Línea o de Sanlúcar, yo que sé. De aquí, desde luego, no eran. La gente que las llevaba no era de aquí. Nosotros no tenemos nada que ver con eso pero ahora el marrón le cae a Barbate. Ahora, todo lo malo va para nosotros, para el pueblo”.

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imagen del lugar donde ocurrieron los hechos en el puerto de Barbate.  JUAN CARLOS TORO

Otro testigo coincide: “Ahora lo peor es para Barbate pero son lanchas que se refugian aquí cada vez que hay temporal. Había seis ayer [por el viernes 9, día del ataque mortal]. Eso era una pasada, seis lanchas. Como una atracción turística. La gente viene como si fueran monos de feria”.

Como otros vecinos de Barbate, los jóvenes se preguntan “por qué salió la Guardia Civil con una lancha tan pequeña a pararlos. Si hubieran tenido uno de los barcos grandes los habrían parado pero esa noche estaría en otro pueblo y salieron con la goma chica a intentar frenarlos”.

Cuando se les pregunta por la premeditación, la saña, en el abordaje, en el atropello, discrepan. Uno dice que los atacantes “si hubieran querido, los hubieran esquivado. Podían haberlo evitado, seguro”. Otro cree que “la lancha de los guardias intentó pararlos, normal. Yo tengo un vídeo en el que se ve que la lancha de los guardias intenta ponerse por medio”.

Como una portavoz de la Fiscalía durante una entrevista radiofónica, en la noche del viernes, tres de los testigos vinculan el ataque de Barbate a la muerte de un narco en Sanlúcar, en otro choque de lanchas, diez días antes. “Todo esto viene de ahí, de lo que le pasó a Marco”, afirman con el supuesto nombre de pila de la víctima del episodio precedente.

Uno de ellos teme que la violencia vaya a más a partir de esta tragedia: “A tiros, a tiros van a acabar las próximas veces ¿No has visto lo que ha dicho Abascal? La próxima vez que la Guardia Civil se vea así va a pegar tiros. Y no me extraña. Si creen que los van a matar, pues dispararán”.

Ya hubo disparos en la noche del viernes, en Barbate, “cuatro, cuatro tiros se escucharon pero serían disuasorios, cuando veían que se les venía la lancha encima”.

El mayor de los cuatro cierra su testimonio con una reflexión: “Los guardias civiles son trabajadores que tampoco querían estar ahí. Un jefe les llamaría y les diría que tenían que ir. Ellos se juegan la vida porque alguien que está por arriba les dice que tienen que ir”.

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JUAN CARLOS TORO / JOSÉ LANDI

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Comentarios (1)

Julio Lorente Goñi Hace 2 meses
Estas excusas suenan igual que las que hacen los palestinos que jaleaban a los terroristas de Hamas mientras violaban y asesinaban a mujeres y cuando les han caído las bombas dicen que ellos no eran. Vamos que nos conocemos.
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