Miguel 'Chinini': "He sido muy feliz en la hostelería, me gustaba y lo disfrutaba"

Todo un personaje en Jerez, 43 años al frente del restaurante El Patio, cuenta con una larga trayectoria que inició por necesidad y que ahora ha merecido el homenaje de este gremio en la ciudad

Miguel 'Chinini', en la plaza del Arenal, en días pasados.
Miguel 'Chinini', en la plaza del Arenal, en días pasados. MANU GARCÍA

La hostelería desde la gestión y las relaciones públicas 

Miguel López Robles ‘Chinini’, 79 años de edad, toda su vida vinculada a la hostelería. No es cocinero, empezó trabajando en una tonelería. Por necesidad entró en el negocio y por consejo de un amigo. Empezó con un bar de copas en la calle Ávila, el Ester, donde habilitó un patio donde se reunía con sus amistades. De allí surgió la famosa caseta de la Feria, Amigos del Patio, que fue una de las más populares del Real y en la que no se escatimaba nada en su montaje y decoración; una caseta que ganó decenas de premios durante muchas ferias. El Patio fue el primer restaurante que organizó zambombas cuando en Jerez se contaban poquísimas, entre ellas, la de la Peña Colchonera.

Chinini como mote es una derivación de chiquitín, porque era bastante chico de tamaño y de edad. Así, la jefa de su madre, que era cocinera en una casa de la ciudad, le empezó a llamar Chinini. Y se le quedó para toda su vida. La hostelería le llegó tras dejar de trabajar en la tonelería porque cerró. Con el poco dinero que le dejó abrió el bar de copas o lo que antes de denominaba un pub o más castizo una ‘güisquería’. Empezó con 30 años en ese mundo hasta llegar a abrir el restaurante El Patio. En él estuvo 43 años, una etapa de su vida que repetiría, que fue intensa para él y donde fue muy feliz.

El veterano hostelero durante la entrevista.      MANU GARCÍA
El veterano hostelero durante la entrevista.      MANU GARCÍA

 

Miguel, lo de la hostelería le vino por necesidad pero solo poniendo copas, de cocina nada.

En el local de la calle Ávila donde empecé con un pub, tenía un patio donde nos reuníamos un grupo de amigos; le dimos un ambiente rociero. A ese patio, que estaba detrás, le pusimos Blanca Paloma. ue ahora Teníamos una pequeña cocina y mi esposa preparaba algunas cositas los fines de semana. Traíamos alguna actuación de flamenco. Ciertamente empecé en la hostelería por necesidad y porque un amigo me abrió los ojos para buscarme un futuro.

Se puede decir que en ese lugar nació la marca que le ha seguido toda tu vida laboral, El Patio y en la Feria la caseta Amigos del Patio.

Eso es, de ahí sacamos el nombre para montar la caseta en la Feria que tan popular fue y con la que ganamos muchos premios por el montaje que hacíamos.

No obstante, la Feria le dio mucho trabajo desde joven.

Con 17 años empecé a montar casetas en la Feria. Empecé con la de los Karkomedo, que era muy conocida y de las más antiguas en el Real. Mi jefe en la tonelería sabía que yo era muy aficionado a la carpintería y me mandaba al Hontoria para ponerme a trabajar con el recordado Miguel Ruiz, que era el presidente del club de amigos que montaba la caseta. Me llevé años instalándola pero cerró la tonelería, que me pagaba por el trabajo. Teniendo cuatro hijos tuve que buscar otras casetas para montarlas. Había que dar de comer a mi familia. Y así fueron la cosas hasta que decidimos montar la caseta Amigos del Patio, que la primera se instaló en un zona secundaria del Real pero conseguimos, pese a todo, el primer premio.

Fotografías que antes colgaban en El Patio con personajes famosos que lo visitaron.   MANU GARCÍA
Personajes y personalidades que visitaron El Patio: Felipe González, Manuel Chaves, María Barranco...   MANU GARCÍA
Sin embargo, el recorrido de ese negocio, el pub, no tuvo un final feliz para usted en lo personal.

Efectivamente, falleció mi esposa. Desde ese momento ya no quería aquel negocio ni bendito. Llevaba allí unos 8 años. Tras quedarme viudo seguí un tiempo hasta que mi hija tuvo un accidente que casi la mató estando conmigo en el bar. Y me dije que aquí ya no venía más. Le cogí pánico a aquello y concluí que no iba más pese a que el local era de mi propiedad.

De todas formas siguió en el negocio pero en otro lugar.

Cogí otro local por la zona de San Marcos, cerca de donde estaba La Habichuela, que era un restaurante muy popular por poner de comer barato y cosas caseras. Después de dos años me salió la posibilidad de coger un casco de bodega en la calle San Francisco de Paula. En ese momento comenzó la historia del Bodegón El Patio.

"El Patio fue el primer restaurante que organizó zambombas"

Bodegón que ha sido su casa durante 43 años, un negocio que llegó a ser muy popular en Jerez.

Ten en cuenta que al principio en aquella zona no había nada, por no haber no había ni luz. Empecé poniendo algunas tapas pero viendo la aceptación que estaba teniendo di el paso a montar un restaurante y empecé a dar servicios para bodas y celebraciones diversas. En ese tiempo he pasado ratos magníficos y también amargos como cuando te llegaba el cliente de turno que venía a hacer la puñeta.

¿Cuál fue el secreto del patio para llegar a ser tan popular?

Sobre todo las amistades. Como tenía tantísimos amigos siempre a mi lado en los buenos y malos momentos, tiraron de más gente y así se fue haciendo famoso el restaurante. Además, la primera zambomba que se hizo en un bar fue la que organizábamos en el Patio. La hacía los lunes que era  el día de descanso pero abría por la noche para la zambomba. Entonces solo las organizaban algunas peñas como la Colchonera en la Cruz Vieja.

El Chinini posando junto al personal de la Taberna.    MANU GARCÍA
El Chinini posando junto al personal de la Taberna.    MANU GARCÍA
Además de las amistades y el buen ambiente, la cocina tenía que funcionar muy bien para que la aceptación fuera total.

No ahorraba en calidad. Compraba el mejor pescado de la Plaza y de Sallago. Sin embargo, vendía muchísimo solomillo de ternera que el cocinero que tenía lo hacía magníficamente con unas salsas exquisitas. No había solomillo suficiente para atender la aceptación de ese plato.

Entonces, usted fue más un gestor del negocio y un relaciones públicas.

Nunca pisaba la cocina. Solo trabajaba la barra y todo lo que era la charcutería.

¿Qué momento o momentos recuerda con más cariño de su vida en el Patio?     

Me acuerdo que hacíamos la fiesta de cumpleaños de un personaje conocido de la ciudad y que tenía como empleada en su casa a la Macanita, que era una niña. Se formaba un coro flamenco excepcional; esos días eran mortales por el gran momento que disfrutábamos. También echábamos ratos muy buenos con árbitros muy conocidos que llegaban siempre al Patio a comer aunque el partido lo tuvieran en Cádiz.

Enseñando un posavasos del primer bar que tuvo, el Ester.    MANU GARCÍA
Enseñando un posavasos del primer bar que tuvo, el Ester.     MANU GARCÍA
¿La hubiera gustado que el restaurante hubiera seguido funcionando?

Claro que sí. Lo cogió mi hijo Sergio pero quedaba poco tiempo para vencer el alquiler y el propietario propuso un enorme subida en la renta. Las cuentas ya no salían entre eso, los gastos propios y el personal empleado. No fue posible.

Si la vida empezara de nuevo, ¿seguiría en la hostelería?

Sin duda. He sido muy feliz con mi trabajo. Me gustaba mucho y lo disfrutaba; al final de mis años de trabajo me salía de la barra y estaba con mis amigos.

¿Qué queda hoy de aquella hostelería?

Ha cambiado mucho; de aquellas comidas caseras gracias a las cocineras que tenía no queda mucho. Ahora la gente sale muy preparada porque estudian para trabajar en las cocinas. Recuerdo que tuve a un cocinero que vino del Hotel Jerez y le encargué una berza para 40 personas. Me dijo que no sabía cómo se hacía, que no lo había cocinado en su vida. Eso sí, de salsas y otras cosas era buenísimo; era el que más solomillos vendía. Todos los días tenía que comprar cinco o seis piezas. Pero dónde quedan la sopas de tomate, los riñones al Jerez, el atún encebollado…

"Más de 300 cuadros" formaban parte de la abigarrada decoración del restaurante

Una de las cosas que hacía diferente al Patio era su decoración. Cientos de cuadros y fotos, pinturas algunas muy singulares como la serie dedicada a gente popular y entrañable de Jerez.

Soy muy aficionado a la pintura y cuando tuve dinerito compré cuadros que colgaba en el restaurante como la famosa serie de retratos que hizo Jologa entre los que estaban el Peña, el Pantoja, el Caco y junto a ellos yo mismo, mi hija y mi suegro para que nadie se enfadara. Esos me los pintó Juan Ángel González de la Calle, que tenía su estudio al lado del bar y adonde me iba a verlo trabajar. Me encantaba. También tengo pinturas de Bastos, de Pepe Molina…. Me gusta mucho la pintura y todos los cuadro los tengo en mi casa.

¿Y gente famosa?

Al Patio iba mucha gente conocida como artistas que llegaban al Villamarta, gente del flamenco y otros más notables como Felipe González, Manuel Chaves… de estos tenia fotos colgadas pero de los muchos que fueron allí no quería molestarlos. Pero sí, el restaurante fue un lugar donde paró mucha gente conocida.

Sobre el autor:

KIKO ABUIN 1

Kiko Abuín

Periodista.

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Comentarios (1)

Francisco de Cuartillo Hace 1 año
Un magnífico profesional y buena persona
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