Rafael Pousada Monteiro, hijo de padre gallego y madre brasileña, ha transformado su pasión por las artes marciales en una trayectoria reconocida en toda la provincia de Cádiz. Desde su llegada a España en 2006, su vida ha estado marcada por el esfuerzo, la constancia y la enseñanza de disciplinas como jiu-jitsu brasileño, judo y otras artes de combate, hasta lograr abrir su propio centro en Jerez.

"Llegué a España más o menos con 25 o 26 años. Tenía curiosidad por conocer Andalucía y ver cómo era aquí, porque siempre he tenido ese lado gallego y familiar en España y me gustaba el clima de esta zona", recuerda Pousada. Tras instalarse en Puerto Real y pasar por distintas localidades como Cádiz y San Fernando, comenzó a dar clases mientras estudiaba magisterio de Educación Física, ya que sus estudios en Brasil no estaban convalidados.
Su carrera docente en España comenzó de manera pionera en la provincia, introduciendo el jiu-jitsu brasileño, un arte marcial entonces poco conocido. "Empecé a dar clases donde podía, a veces en gimnasios con muy pocos alumnos, a veces en la calle, porque nadie conocía el deporte. Gastaba más de lo que ganaba, pero era puro amor al arte", confiesa el profesor.


Durante años compaginó la enseñanza con trabajos en seguridad y otros empleos, mientras difundía la disciplina por Cádiz, San Fernando, Puerto Real, El Puerto, Sanlúcar y Jerez. Su empeño contribuyó a que el jiu-jitsu brasileño se consolidara en la zona, y muchos de los profesores actuales pasaron por su equipo de formación.
En 2017 fundó, junto con Alberto Bremgartner, el equipo Fusión BJJ España, que ha logrado mantener un lugar destacado en competiciones nacionales. Entre sus últimos logros deportivos se incluyen el título de campeón en el Internacional Open Madrid 2018 (IBJJF) y campeón de España absoluto en cinturón negro 2019 (AEBJJ). Sin embargo, Pousada asegura que "siempre he priorizado la enseñanza sobre la competición, porque para ser buen profesor necesitas experiencia, pero también saber transmitirla".
El gran salto de un local propio
El gran salto llegó con la apertura de su propio centro en Jerez, ubicado en la calle Esla, cerca de la avenida Arcos. "Compré el local el año pasado, pero abrimos en septiembre porque había que hacer reformas. Ahora puedo dedicarme plenamente a la enseñanza y organizar las clases como quiero", explica. Actualmente cuenta con unos 50 alumnos, entre niños de Judo y estudiantes de Jiu-jitsu brasileño de todas las edades.
Pousada destaca que su método no se limita a enseñar técnicas de lucha, sino que busca aportar confianza y seguridad a sus alumnos. "El ambiente es familiar y sano. Aprendes a usar las técnicas de manera práctica, también como defensa personal. No se trata de golpear, sino de controlar y reducir situaciones de riesgo", señala, añadiendo que su formación incluye grappling policial y preparación física para seguridad privada.
Además de la disciplina física, Rafael subraya la importancia de la didáctica y el aprendizaje constante. "Para enseñar, no basta con ser cinturón negro; hay que formarse como profesor, conocer el cuerpo, saber cómo transmitir los conocimientos. Ese es el valor real de lo que ofrecemos en el centro", explica, reflejando su enfoque profesional y su vocación educativa.
Hoy, el Centro de Entrenamiento Rafael Pousada abre sus puertas como un espacio consolidado para la práctica de artes marciales y defensa personal en Jerez, con la intención de seguir creciendo y formando nuevas generaciones. "Sería genial que mi historia sirviera de ejemplo para otros, mostrar que con trabajo, constancia y pasión se pueden cumplir los objetivos", concluye el instructor.



