"Cuando se genera desilusión, la extrema derecha gana espacio"

Éric Toussaint, portavoz de Comité para la Abolición de las Deudas Ilegítimas, que lucha desde 1990 contra las reformas macroeconómicas neoliberales, habla sobre populismo, deuda y covid

Éric Toussaint, portavoz del Comité para la Abolición de las Deudas Ilegítimas: "Cuando se genera desilusión, la extrema derecha gana espacio".
Éric Toussaint, portavoz del Comité para la Abolición de las Deudas Ilegítimas: "Cuando se genera desilusión, la extrema derecha gana espacio".

Entre una reunión y otra —todas por Zoom o Skype—, el doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Lieja, Éric Toussaint, atiende a lavozdelsur.es. "Luego tengo un encuentro con el Foro Social Mundial", comenta. El Foro Social Mundial es precisamente una de las organizaciones sociales en las que participó desde su fundación. La contracumbre de Davos —el Foro Económico Mundial— y símbolo del movimiento antiglobalización y altermundista, se ha celebrado esta semana en México de forma telemática.

Autor de numerosos trabajos como Una mirada al retrovisor. El neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad (Icaria, 2010), Bancocracia (Icaria, 2014) o su última obra más reciente, Capitulación entre adultos. Grecia 2015: Una alternativa era posible (El Viejo Topo, 2020), Éric Toussaint es además el portavoz de la red internacional del Comité para la abolición de las deudas ilegítimas (CADTM), que lucha desde 1990 contra las reformas macroeconómicas neoliberales.

“Fue una victoria”, recuerda el politólogo y activista belga sobre su época como asesor del gobierno ecuatoriano de Rafael Correa con objeto de auditar la deuda de Ecuador en la Comisión de Auditoria Integral del Crédito (CAIC). No lo fue, sin embargo, el caso de Grecia, donde también intervino bajo el paraguas del Parlamento Griego en la Comisión de la Verdad Sobre la Deuda. Su fracaso lo achaca precisamente a la falta de “coraje” de los políticos que temen enfrentarse al orden económico neoliberal.

¿De qué hablamos cuando hablamos de deuda?

Hay varios tipos de deuda pero fundamentalmente podemos distinguir dos: la deuda pública y la deuda privada. La deuda pública es contratada por el poder público, y en ese nivel hay diferentes categorías, como la deuda soberana, emitida por el Gobierno central, garantizada por el tesoro público, o deudas de otras entidades públicas, como las de los municipios. Luego están las deudas privadas, como las de las familias —hipotecarias o de consumo—, las deudas de las empresas privadas, de grandes empresas, como Apple —muy endeudada—, y las de las pequeñas empresas, que se han visto muy afectadas con el covid, desde restaurantes a pequeños comercios.

"Una deuda ilegítima es una deuda injusta; para favorecer a una minoría ya favorecida o rescatar a banqueros"

Cuando decimos que una deuda es ilegítima queremos decir…

Queremos decir que es una deuda injusta. Es una deuda contratada con objetivos ilegítimos, por ejemplo, favorecer a una minoría ya favorecida o rescatar a banqueros que ya tienen una cantidad enorme de dinero. Según mi opinión, eso es contratar una deuda ilegítima. Un poder público que contrae deuda para comprar mascarillas o equipamientos médicos para combatir la pandemia es algo diferente, es legítima de algún modo.

¿Es populista un planteamiento político que hable de auditar la deuda pública?

No tiene nada que ver con el populismo. La auditoría es incluso una obligación. Cualquier organismo público, y también privado, tiene que ser auditado. El Estado tiene un organismo encargado de auditar sus cuentas…

La auditoría de cuentas.

En España, la auditoría de cuentas. El Estado tiene un organismo encargado de auditar su Presupuesto y las deudas y es algo totalmente normal en una democracia. Se trata de tener cuentas totalmente transparentes a la ciudadanía, y que ésta también pueda auditar el poder público. El control ciudadano es un ejercicio elemental democrático.

A nivel político hemos visto algunos Gobiernos que no han cumplido sus compromisos con respecto a la deuda. El caso más paradigmático fue Syriza en Grecia. ¿Por qué?

Porque tienen miedo de enfrentarse a grandes empresas financieras, a bancos y a autoridades como la Comisión Europea, el Banco Central Europeo o el Fondo Monetario Internacional. Entonces, si no cumplen los Gobiernos con el compromiso de hacer transparentes las cuentas públicas y auditar la deuda, es porque siguen funcionando con el sistema. Más allá de la retórica, no quieren fricciones reales. En muchos casos con la retórica pueden denunciar el egoísmo de la CE, el BCE o el FMI pero nosotros no podemos quedarnos ahí, precisamos actos. Y cuando hablo de nosotros, hablo de la ciudadanía, del pueblo.

Eric Toussaint cordinó los trabajos de la Comisión de la Verdad Sobre la Deuda, creada por la presidente del Parlamento griego
Éric Toussaint cordinó los trabajos de la Comisión de la Verdad Sobre la Deuda, creada por la presidente del Parlamento griego.

¿Están los Gobiernos atados de pies y manos o realmente pueden poner en marcha mecanismos para auditar la deuda ilegítima?

Pueden, pueden, pero no tienen el coraje para hacerlo. Por eso siempre tomo el ejemplo de Ecuador. En 2007, Ecuador ordenó y creó una Comisión de Auditoría con participación ciudadana y cuatro órganos del Estado: el Ministerio de Finanzas, la Contraloría, la Comisión Anticorrupción y el Ministerio de Justicia. Había ciudadanos y organismos del Estado juntos para auditar la deuda. Esa auditoría duró catorce meses. Participé en ella, y viví una parte de 2007 y 2008 en Ecuador, analizando miles de páginas de documentos. Después de haber recibido nuestro trabajo, el Gobierno de Rafael Correa decidió suspender una parte de la deuda identificada con la deuda ilegítima. Fue una victoria contra los acreedores, que eran poseedores de bonos soberanos ecuatorianos. Así que es posible. Además, no hubo represalias contra Ecuador porque no hizo nada ilegal.

¿También es posible en Europa?

Claro, el problema de Grecia es que Tsipras adoptó, incluso con Varoufakis, una posición de sumisión a la troika. Ellos denunciaron a la troika a nivel retórico pero si se analiza lo que hicieron, no tomaron una posición fuerte frente a la injusticia de la troika y siguieron pagando la deuda. Fue un error que desembocó en un desastre para Grecia. Ahora la deuda pública griega supera el 200% del PIB, casi el doble que España.

"Los Gobiernos pueden auditar la deuda ilegítima, pero no tienen el coraje para hacerlo"

El hecho de que no se haya conseguido ningún avance en ese sentido puede suponer un peligro para la democracia.

El Gobierno, con su actitud cobarde respecto a los acreedores y de sus compromisos electorales, cometió un error. Eso lo explota la extrema derecha. Antes era Amanecer Dorado y ahora es un nuevo partido que se llama en español Interés Griego, una organización que se desarrolló en Grecia como consecuencia de la desilusión de la gente, que esperaban la acción de partidos jóvenes que decían luchar por la justicia social. Cuando se genera una desilusión, se da un repliegue de ideas racistas, chovinistas y autoritarias. Están ganando espacio. Lo vimos en los años 30 en Alemania y estamos asistiendo en una parte de Europa a este tipo de evolución. El domingo el candidato de extrema derecha de Portugal logró casi el 12%, algo que no había pasado nunca allí.

¿Cómo está afectando y cómo va a afectar la pandemia en esa línea? Parece que es un agravante…

Es un agravante. Igual que el virus, la deuda pública está aumentando de manera exponencial. Y lo hace con el apoyo de la Comisión Europea y del Banco Central Europeo, porque ellos no quieren que los Gobiernos implementen tasas sobre las grandes fortunas. Precisamente, escuchamos hace unos días el informe de Intermón Oxfam sobre el enriquecimiento de Bezos y de los más ricos. Hay que imponerles una tasa y, por ejemplo, eso es algo que está haciendo de forma muy tímida el gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Es verdad que al menos es un punto de debate, pero para mí hay que concretar.

Hace poco se empezó a aplicar la tasa Tobin sobre transacciones financieras en España. Como miembro del consejo científico de Attac, ¿qué opinión le merece?

Una tasa de tipo Tobin es fundamental, pero creo que realmente no se está aplicando. Es retórica una vez más. Esa tasa tiene que ser suficientemente fuerte como para impedir hacer que la especulación sobre títulos financieros sea posible. Y eso para mí es todavía un avance que debe ser conquistado.

Sobre el autor:

Sebastián Chilla.

Sebastián Chilla

Jerez, 1992. Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla. Máster de Profesorado en la Universidad de Granada. Periodista. Cuento historias y junto letras en lavozdelsur.es desde 2015. 

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