Alana S. Portero: "Ser trans es ser una persona con dificultades para ser quien es, como le pasa a todo el mundo"

La autora de 'La mala costumbre' recibía esta semana el premio Almudena Grandes en La Rinconada, por una obra que revisa no solo la realidad LGTBIQ+, sino también la verdad en los barrios populares. "Nos están intentando hacer pasar lo conservador por lo fascista. Y eso no es así"

La escritora Alana S. Portero, con su premio Almudena Grandes, recibido este jueves en La Rinconada.
La escritora Alana S. Portero, con su premio Almudena Grandes, recibido este jueves en La Rinconada. MAURI BUHIGAS
08 de marzo de 2025 a las 20:15h

Una visión amplia: de la clase obrera a la realidad trans

Alana S. Portero (Madrid, 1978) se ha convertido en la voz de todo un tiempo, una visión sobre el mudo donde aborda la transexualidad, pero muchas otras temáticas. Una voz necesaria para comprender el mundo actual en el que vivimos, rechazando, por ejemplo, un discurso simplista sobre la clase obrera. Esta semana, ha recibido el premio Almudena Grandes que ha recuperado La Rinconada por La mala costumbre (Ed. Seix Barral), un retrato en los barrios de extrarradio del Madrid de los 80 y los 90, donde ella misma creció.

Historiadora, especializada en el medievo, su obra ha pasado por la poesía y otros géneros como el teatro, pero con su desembarco en la narrativa ha logrado traducir su obra a multitud de idiomas. Sobre este mundo actual y sobre la clase obrera, señala que no debe confundirse fascismo con conservadurismo: "Lo fascista es lo fascista, que implica violencia, que implica muerte, que implica odio y que implica un montón de cosas".

Ha agradecido este premio Almudena Grandes con evidente emoción.

Estoy muy feliz porque Almudena yo tuve la suerte de tratar mucho a Almudena, desde hace muchos años. Yo fui librera mucho tiempo y pasé muchas horas con ella en la Feria del Libro de Madrid. Venía muy a menudo a las dos librerías en las que yo trabajé. Es la escritora más transversal que ha habido en este país. Tenía un público intergeneracional, que yo podría compartir con mi madre, con mi hermano, con mi padre. En realidad, con cualquier persona. A mí me parece que cuando la cultura es cultura popular, es la cultura con mayúsculas. Pienso que Almudena era la representante más absoluta de la literatura popular en este país. Estoy muy contenta, me hace muchísima ilusión ganar un premio que lleva su nombre. Le tenía muchísimo cariño en persona.

Un premio que se ha recuperado tras su eliminación en Sevilla capital, y que justo se entrega el seis de marzo, en los prolegómenos del 8-M, lo cual entiendo que le da más valor. 

Dejar ir un premio como este, que es una celebración de la cultura, es de una escasez de miras importantísima y va más allá de lo político. Es pobre de espíritu. No acabo de entender muy bien. No me imagino, por ejemplo, un escenario en el que un Consistorio de izquierdas deje pasar el premio de Manuel Machado, que era un hombre conservador. Me parecería ridículo, me parecería una cosa absurda. Pues en este caso lo veo así.

"No entiendo qué hace saltar la chispa del odio contra las mujeres trans"

Por otro lado, la recuperación por parte de La Rinconada me parece un acto de justicia, de inteligencia. Tiene un componente reivindicativo. La cultura, cuando se mete en los territorios de la memoria y de la justicia, se convierte en otra cosa que es superior, eterna y diferente. Se puede hacer arte desde cualquier punto de vista y no es necesario mojarse si no se quiere. Pero me parece que cuando el arte entronca con eso, con los momentos políticos, con las necesidades del pueblo, creo que se dignifica.

¿Qué pensaría Almudena Grandes de este éxito que está viviendo usted en los últimos tiempos?

Me encantaría saberlo, la verdad. Almudena era una persona, por lo que yo le conocí, enamorada del diálogo, y si se quiere, de la discusión. Me consta que había algunos aspectos que tenían que ver con la ley trans en los que podía estar en desacuerdo. Pero siempre fue una persona extraordinariamente respetuosa. Cuando tenía que decir las cosas, las decía sin ánimo de hacer daño a nadie. Esa me parece que es la clave. Hay mucha gente interesada en que las personas no nos entendamos y esos son el enemigo. Porque se puede diferir, se puede discutir, pero al final todo se puede hablar. Creo que a Almudena le hubiera gustado la novela, estoy bastante segura. Y creo además que la defensa de clase que yo pretendía hacer en La mala costumbre le hubiera interesado. Me gusta pensar que le habría parecido algo digno de ser leído y algo digno de que funcione. Nos hubiéramos entendido bien.

Alana S. Portero recibe el premio Almudena Grandes de manos de Luis García Montero. 
Alana S. Portero recibe el premio Almudena Grandes de manos de Luis García Montero.  MAURI BUHIGAS
Esta obra ofrece esa visión de qué es ser trans. ¿Cómo se puede describir en pocas palabras qué significa ser una persona trans? Vivimos en un mundo donde parece que ponerse en los zapatos de otra persona, la empatía, se ha ido perdiendo.

En realidad, es tan sencillo y tan complejo como es ser cualquier otra cosa. Ser trans es ser un ser humano con sus dificultades para llegar a ser quien se es, como le pasa a casi todo el mundo. Yo siempre digo que todo el mundo tiene un armario del que salir. Lo trans es, bueno, una tensión entre quién te dicen que eres y quién eres. Y ya está, y es la lucha por serlo, supongo. Pero yo no sé muy bien qué es ser trans. Yo sé lo que ha supuesto para mí y sé lo que supone para mucha gente. Y por más vueltas que le doy, conociendo las historias de muchas compañeras mías, de muchas mujeres trans, no entiendo qué es lo que hace saltar la chispa del odio. 

[Estamos también en WhatsApp, en Telegram y en Bluesky. Síguenos]

Porque no hay ningún desafío, nada tan complicado, ni tan agresivo, ni tan violento, ni tan desagradable, como para que haga saltar las alarmas de una manera tan brutal. Yo creo que el odio a lo trans en realidad es el odio a un montón de otras cosas que entran muy bien por el odio a lo trans. Es una excusa para seguir odiando a otras cosas. Lo que pasa es que es fácil odiar lo trans. No sé por qué.

Y no sé qué es ser trans. Yo sé lo que es ser una mujer a la que le dijeron que era un hombre. Y eso es todo lo que te puedo decir. Es parte de la condición humana. Y es tan sencillo y tan complejo como cualquier otro aspecto de la condición humana.

Portero, tras la entrevista.  
Portero, tras la entrevista.  MAURI BUHIGAS
Los barrios populares, cada vez, tienen un discurso más ultra, o menos progresista, o más conservador. ¿Hay posibilidades de reconciliación?

Absolutamente. Es que muy a menudo nos dicen que somos peores de lo que somos. Y el problema no es ser conservador. Yo tengo una relación bastante buena con la gente conservadora. El problema es ser fascista, que no es lo mismo. Nos están intentando hacer pasar lo conservador por lo fascista. Y eso no es así. Lo fascista es lo fascista, que implica violencia, que implica muerte, que implica odio y que implica un montón de cosas. Ser conservador está bien, no pasa nada. Hay quien tiene una visión conservadora de la vida y es estupendo. 

¿Se abusa de las palabras fascista? 

Pues quizá. Pero también es porque muy a menudo, desde el fascismo, se está intentando hacer pasar la parte por el todo. Y al final se intenta comparar. Te voy a poner un ejemplo que es un poco grueso. Se intenta hacer pasar a un hombre católico de misa diaria y de vida más o menos tradicional por un fascista. Y eso no es verdad. Siempre nos podemos entender. Quien no quiera entenderse con otra persona, ese es un fascista. ¿Cómo no vamos a tener la mano tendida hacia nuestros vecinos? Por supuesto que sí. Es que el día que dejemos de hacer eso, entonces sí que se acabó. 

Sobre la IA: "Soy medievalista, la imprenta ya me parece brujería, así que imagínate"

Hay que tender la mano siempre a la persona que tienes al lado, independientemente de que quizá el inicio de la conversación puede ser complicado. Pero siempre hay posibilidad de entenderse. Nos están intentando hacer peores de lo que somos. O nos están intentando hacer pasar por personas que se aguantan menos de los que se aguantan. Y no es verdad. Además, para vivir en el mismo mundo no es necesario estar de acuerdo en todo. Hay unas políticas de mínimos para vivir bien en comunidad. Y después cada uno tiene sus aristas. Y está bien tenerlas. Eso hace una sociedad plural. Eso es la democracia. La democracia es convivir. Quien no quiere convivir, no quiere la democracia. 

¿Se reconoce actualmente en esos barrios de los que se ha criado? ¿Siguen siendo los mismos o han cambiado? 

Es una pregunta compleja, porque hay un poco de todo. Están pasando muchas cosas a la vez. Creo que sí que se ha perdido tejido vecinal, esta idea de remar en la misma dirección para lo básico. Para mejorar los barrios, para mejorar la convivencia, para tener un centro de salud, un buen transporte y cosas así. Se ha perdido fuerza popular. Y eso sí se echa mucho de menos. Se ha ganado en condiciones materiales, claro, porque la vida no es como era; afortunadamente, es mejor. A mí me gustaría pensar que estamos en el camino de recuperar ese tejido, pero hay que hacer un trabajo muy directo. La política está teniendo lugar en las grandes cosas. Me parece que es lo pequeño lo que acaba siendo grande, no lo grande pequeño.

Portero y el periodista Martín Caparrós, ganadores del premio Almudena Grandes. 
Portero y el periodista Martín Caparrós, ganadores del premio Almudena Grandes.  MAURI BUHIGAS

Los barrios son tejido vivo, a mucha gente le pasan muchas cosas, y tienen necesidades muy diferentes. No se pueden tratar de una manera tan gruesa. Hay que hablar de políticas de viviendas. Pero políticas de viviendas que tienen que estar relacionadas con el paro del barrio en concreto. Hace mucha más falta política de lo pequeño, para que nos entendamos más. Porque lo grande siempre lleva un símbolo. Y cuando lleva un símbolo estamos jodidas. 

Trabaja actualmente en una novela relacionada con Andalucía y con Sevilla.

Tengo una relación bastante fuerte con Andalucía, de hecho mi pareja es de Sevilla. Conozco Andalucía. Mi siguiente novela está ambientada en Guillena, durante la Guerra Civil, pero con un punto de novela gótica. La madre de mi mejor amiga es de Guillena. Conocí la historia de las 17 rosas de Guillena, a las que asesinaron en la Guerra Civil. Me llamó mucho la atención. Siempre lo he tenido en la cabeza. Me apetece escribir sobre ello, pero viéndolo desde otro lugar, con bastante ficción, jugando con el mundo hiperrealista y un poco de magia. Andalucía, después de Camboya, creo que es el sitio con más fosas comunes.

Además, está toda la parte de la cultura sevillana. Para mí es muy importante cómo suenan los textos, hablar con gente. Es importantísimo, porque da la música al resto del texto. Se escribe mucho mejor así. Necesito empaparme también del entorno natural, que es una cosa que me interesa mucho, el territorio físico. Yo le doy mucha importancia.

"Tengo una relación bastante fuerte con Andalucía"

Cuenta que caminar es una forma de inspiración.

Para mí es importantísimo. Me contó una vez Pedro Almodóvar que se quedó atascado en un guion y se fue a dar un paseo. Una mujer le paró por la calle para hacerse una foto. Y le dijo: "Señora, no puedo, que estoy escribiendo. Discúlpeme". A menudo se escribe muy bien mientras se pasea. Se solucionan un montón de nudos. El territorio te da cosas.

Es, entonces, de las pocas personas de esta generación que sale a la calle sin auriculares. 

Está bien, porque hay que prestar el oído a lo que está pasando. Hay un eco en los sitios, aunque esté escribiendo sobre un periodo que no es el actual. Yo salgo sin auriculares.

En la cultura, existe cierta preocupación por la inteligencia artificial. ¿Usted cómo se la toma?

Me parece un juguete absurdo que nos va a hacer perder mucho tiempo y mucha calidad en las cosas. Supongo que tendrá sus aplicaciones científicas. Eso lo puedo entender. Pero en lo tocante al arte, me parece que no da nada. Las ilustraciones con inteligencia artificial me parecen de mal gusto, feas de verdad. Hay un lugar de lo humano al que no puede llegar la inteligencia artificial, y es justo donde está la cultura, donde está el arte. Supongo que será capaz de refinarse y escribir un texto coherente. Pero me parece que hay algún lugar al que no va a llegar. Soy medievalista. La imprenta me parece brujería, imagínate.

Sobre el autor

pablo fernandez quintanilla 0002 4 1000x574 (1)

Pablo Fdez. Quintanilla

Ver biografía

Lo más leído