La muerte de Tatiana Schlossberg, nieta del expresidente estadounidense John F. Kennedy, vuelve a situar a la familia Kennedy ante otra nueva página trágica. Schlossberg falleció este martes a los 35 años, según comunicó la John F Kennedy Foundation a través de un mensaje difundido en redes sociales en el que la familia expresó que “nuestra hermosa Tatiana nos dejó esta mañana. Siempre estará en nuestros corazones”.
Hija de la diplomática Caroline Kennedy y del artista Edwin Schlossberg, Tatiana era periodista especializada en medioambiente y madre de dos hijos: una bebé recién nacida y un niño de dos años. En noviembre había hecho público que padecía un extraño y agresivo cáncer de sangre, una enfermedad que, según relató entonces, le dejaba una esperanza de vida inferior a un año.
Una leucemia rara y una lucha sin tregua
Schlossberg explicó que sufría leucemia aguda mieloide con una mutación poco común conocida como Inversión 3, presente en menos del 2% de los casos y habitualmente asociada a pacientes de mayor edad. Este tipo de cáncer se caracteriza por la acumulación de células inmaduras en la médula ósea, lo que impide la producción normal de células sanguíneas sanas.
La enfermedad fue diagnosticada en mayo de 2024, apenas unas horas después de dar a luz a su segunda hija. Desde entonces, atravesó un proceso médico extremo que incluyó dos trasplantes de médula ósea, periodos breves de mejoría y, finalmente, tratamientos experimentales cada vez más agresivos. Todo ese recorrido quedó plasmado en un largo ensayo publicado en The New Yorker, donde narró su experiencia personal con una franqueza poco habitual.
Asesinatos y accidentes
Tatiana Schlossberg fue más allá del relato médico y conectó su drama íntimo con cuestiones de salud pública en Estados Unidos, aludiendo de forma crítica al papel de su primo Robert Francis Kennedy Jr., entonces nombrado ministro de Salud. En ese contexto, dejó constancia de su malestar con una frase que resonó con fuerza: “Es una fuente de vergüenza para mí –escribió sobre RFK Jr.– y para el resto de mis parientes más cercanos”.
Su fallecimiento se suma a una cadena de episodios trágicos que han marcado a los Kennedy durante décadas: el asesinato de John F. Kennedy en 1963, el de Robert F. Kennedy en 1968 y la muerte de John F. Kennedy Jr. en un accidente aéreo en 1999.