Martín Caparrós: "No necesito que me deseen la muerte; la tengo por allí, como todos"

El escritor argentino recibía esta semana el premio Almudena Grandes por 'El mundo entonces'. Recientemente, ha contado al mundo que padece ELA. "Milei ha venido a romper todo lo posible, a odiar todo lo posible"

Martín Caparrós, para la entrevista con lavozdelsur.es.
Martín Caparrós, para la entrevista con lavozdelsur.es. MAURI BUHIGAS
09 de marzo de 2025 a las 08:30h

Historia del presente

Martín Caparrós (Buenos Aires, 1957) es historiador, pero su profesión es la de periodista y literato. Un hombre de las humanidades, porque todo está conectado. Cuenta la vida que ha visto. Pero la genialidad no está en la forma de retratar, sino en la de ver. Lacrónica (Ed. Random House) recopila algunos de esos magníficos escritos de contar y ver, un avance en el género periodístico de la crónica, un paso más allá, con artículos elaborados por todo el mundo. Recientemente, ha dado a conocer su diagnóstico de ELA, y lo ha reflejado en un reportaje para El País, donde escribe desde hace años. 

Esta semana, junto a Alana S. Portero, ha recibido el premio Almudena Grandes, rescatado en La Rinconada tras ser eliminado en Sevilla. Atiende año y medio después a lavozdelsur.es. Desde entonces han cambiado muchas cosas. Como hacer público su diagnóstico, o que Javier Milei ahora preside Argentina. Aunque es el mundo el que no para de moverse. El mundo entonces (Ed. Random House), por el que recibe el premio en categoría de no ficción, es un ensayo que cuenta la realidad actual bajo el prisma del historiador.

¿Cómo se siente al obtener el premio Almudena Grandes? 

Me da, por supuesto, mucho gusto, tanto por la trayectoria como por la figura literaria y política de Almudena. Éramos compañeros de columna en El País, salíamos en el mismo friso, su cara y mi cara. Sobre La Rinconada, honestamente, sabía poco, pero me pareció muy convincente esto que dijo el alcalde [en el acto de entrega de premios], lo de que sus objetivos principales son hacer una buena política social y una buena política cultural. Me parece fantástico que haya espacios donde eso sea importante y este parece ser uno de esos. Yo me preguntaba, pero no sé si vale la pena preguntárselo: ¿qué pasará cuando el PSOE recupere Sevilla? ¿Dónde va a quedar el premio? ¿Lo van a hacer en la mitad de camino o cómo van a ser?

"Puede que lanzar esta criptomoneda termine con Milei"

Cuando hicimos la entrevista hace año y medio en lavozdelsur.es, faltaban apenas unas semanas para la segunda vuelta de las elecciones en su país, que acabaría ganando Javier Milei. ¿Cómo ve Argentina desde aquí? ¿Contento de estar en España?

Contento de estar en España estaba de todas maneras. Ahora estoy contento de no estar en la Argentina también, que es algo que no sucedía. Recién hablábamos de mi respeto por aquellos que hablan de políticas sociales y políticas culturales. Milei tiene mucho cuidado en aclarar que no quiere hacer ni políticas sociales ni políticas culturales. Ha dicho repetidas veces que la justicia social es un robo. Ha cerrado buena parte de las entidades culturales argentinas, como el Instituto del Cine o museos. Ha quitado mucho presupuesto a las universidades, a la educación pública. Eso, por supuesto, es grave.

Y no es lo peor, es alguien que ha bajado mucho los sueldos de los trabajadores públicos y también privados con el sistema macroeconómico que está imponiendo. Y después hace cosas así, como entre tontas y estúpidas, como lanzar esta criptomoneda. Puede ser que termine con él, no sé si en la cárcel, porque esa gente no va a la cárcel, pero que sí que termine con él. Porque ha sido una estafa de miles de millones de dólares y él es partícipe necesario en ella. 

Caparrós recoge de manos de Luis García Montero el premio Almudena Grandes.
Caparrós recoge de manos de Luis García Montero el premio Almudena Grandes.  MAURI BUHIGAS
En los últimos tiempos, en redes sociales recibe mensajes desde Argentina muy crueles. Sobre su enfermedad, principalmente. Medio en broma, siempre se ha dicho que los argentinos insultan bien. Pero esto es otra cosa. No sé si le duele.

Me parecen sujetos despreciables los que me desean la muerte, para decirlo de una manera sintética. Por un lado, no necesito que me la deseen, la tengo por allí como la tenemos todos. Por otro lado, tampoco esto empezó con mi enfermedad, con el hecho de que la haya hecho pública. Esto empezó hace mucho y se agravó muchísimo con la llegada de Milei al poder, que tiene ahora legalmente un equipo de alrededor de 200 trolls que trabajan desde la propia Casa Rosada [sede del Gobierno argentino] haciendo este tipo de cosas. 

"Habrá que mirar a África con miradas suplicantes"

Están ahí, en nómina de la Casa Rosada, a pretexto de la Secretaría de Prensa y Difusión, o una cosa por el estilo. Y su negocio es el odio, no tienen mucho más que ofrecer, como quedó claro cuando el que ahora es presidente hacía campaña con su famosa motosierra. Él ha venido a romper todo lo posible, a odiar todo lo posible, y yo creo que no hay que dejarse engañar demasiado por eso.

Insisto, lo importante de lo que está haciendo no es eso, sino dejar a muchísima gente desprotegida, a la intemperie, cortar los subsidios a los comedores populares, dejar de dar remedios a los cancerosos, una cantidad de cosas que, por supuesto, son mucho más graves que un estúpido troll en Twitter o en cualquier otro lado. 

¿Se atreve a hacer predicciones sobre el mundo? ¿Cómo va a estar de aquí a cuatro o cinco años? ¿Lo reconoceremos? 

Yo creo que desde aquí a cuatro o cinco años, sí. Lo que pasa es que estamos en un momento curioso, porque ha pasado algo que hace cuatro, o cinco, o diez años, no hubiéramos previsto. Si tú me hubieras preguntado esto hace diez años, yo no podría haber previsto que ahora, en varios de los países más importantes del globo, o que creíamos más importantes del globo, hay gobiernos tan encarnizadamente de derechas o de extrema derecha. No lo vimos venir y por lo tanto ahora estamos en un momento de sorpresa y reacomodamiento.

¿Qué pasa con esto? ¿Podemos hacer algo al respecto o no? Creo que justamente por la brutalidad de este fenómeno, mucha gente se está replanteando un poco qué hacer y cómo hacerlo. Supongo que en unos años esto ya no va a tener el peso que ahora tiene, pero de predicciones están llenos los cubos de basura. Es extraño haber soportado que aquellos que quieren que todo vuelva a ser como hace 100 años o 150 años, se muestren como aquellos que van a renovar, que van a cambiar, que van a producir sociedades distintas, cuando en realidad lo único que quieren es volver a como eran hace décadas o siglos. 

Pasos atrás.

Eso es lo que creo, que los que realmente queríamos que nuestras sociedades fueran distintas, más justas, más igualitarias, no supimos prever y no supimos por lo tanto enfrentar. Ahora ya lo sabemos. Y creo, como te decía, que es el momento de recolocarse y empezar a trabajar de otra manera. Por otro lado, estaba pensando mientras te lo decía, que te dije "los países más importantes". Y yo creo que esto es una noción también del pasado. Pensar que Alemania, Italia, Francia, Estados Unidos, etcétera, son algunos de los países más importantes... Son algunos de los países que fueron más importantes durante 200 o 300 años. 

Caparrós, durante la entrevista.
Caparrós, durante la entrevista.  MAURI BUHIGAS

Pero yo insisto con lo que decía en El mundo entonces. Me parece claro que estamos en el final de lo que yo llamé en ese libro la Edad Occidental. Los historiadores hablan de Edad Antigua, Media, Moderna y Contemporánea. Y yo decía ahí que hablar de Edad Contemporánea es un disparate epistemológico. Todas las edades son contemporáneas de sí mismas. Dentro de algún tiempo, los historiadores que haya van a buscar un nombre para esta edad que ya no es contemporánea.

Creo que el nombre que le corresponde es Edad Occidental. En ningún momento de la historia hasta ahora, un pequeño fragmento del planeta tuvo tal hegemonía sobre todo el resto. Pero eso se está acabando. Por eso vale la pena empezar a nominarla y a aceptar que ya no es eso. Entre China y la India importan un tercio de la población mundial. Y rápidamente estos países que pensamos como importantes van a dejar de serlo. Todo consiste en ver cómo nos adaptamos los occidentales una vez terminada nuestra época de hegemonía a este mundo en el que la hegemonía va a estar en otra parte, muy lejos de aquí. 

Se acabó mirar por encima del hombro a África.

No, hay que mirarlos con miradas suplicantes quizás. A menos que encontremos una manera, qué sé yo, de hacernos más o menos necesarios como resort de vacaciones o vaya a saber qué.

Al igual que hemos preguntado a Alana S. Portero, ganadora como usted de este premio Almudena Grandes, me gustaría saber qué opina de otro gran cambio que ha llegado, la inteligencia artificial.

Estoy en un momento de cierto romance con la Inteligencia Artificial. Con uno de sus aspectos, por lo menos. A mí me interesan todos esos progresos técnicos, no me parecen temibles. Tiene que ver con eso que comentábamos hace un ratito en el escenario de que mucha gente, cuando el futuro no les ofrece promesa, lo sienten como amenaza. Y estamos en un momento en que tememos todo. Tememos la amenaza política, la amenaza demográfica, la amenaza ecológica y la técnica, que era lo que había quedado un poco fuera de este terreno de la amenaza, de algún modo se está volviendo amenaza a través de la inteligencia artificial. 

"Pensaba que iba a odiar la inteligencia artificial"

Hay cada vez más gente que dice: "Ah, nos van a dominar esas máquinas". Yo no solo no lo creo, sino que te decía, estoy en un momento así como de romance con la Inteligencia Artificial en su faceta musical. He descubierto una aplicación a la que yo le pongo una letra. Yo tenía un personaje que escribía tangos, unas novelas que aquí no se publicaron todavía, que es un personaje de los años 30, que entre otras cosas quiere ser autor de tangos. Hay como seis libros de este hombre publicados, y ahí aparecen los tangos que él trata de escribir. Alguno le sale, otro no, alguno lo termina. Y hace nada, hace 15 días, me hablaron de esta aplicación. Entonces, yo le pongo las letras de los tangos y en un minuto aparece un señor o una señora cantando esos tangos maravillosamente. Compone la música, hay un cantor o cantora que lo interpreta, y yo estoy escuchando lo que solo era una cantidad de trozos. 

Un retrato de Caparrós al acabar la entrevista.
Un retrato de Caparrós al acabar la entrevista. MAURI BUHIGAS
¿Se parece a algo a lo que había llegado a imaginar? ¿Esas músicas son las que tenía en la cabeza cuando escribió las letras para su libro?

Hay uno, que es al que hasta ahora más le he dado vueltas, que se parece bastante, es curioso. Yo me dije, pero no sé si es así, que quizás el ritmo de los versos como que de algún modo influya en la forma musical que toman, porque efectivamente hay uno que se llama Gil, que gil en argentino quiere decir como tonto, que el autor le dedica a Borges, porque Borges le quiere robar la novia, tiene una serie de problemas, y ese era el que yo había cantado con un grabador para ver cómo salía. Las versiones que me ha hecho esta aplicación se parecen bastante a lo que cantaba, es curioso. 

Yo pensaba que iba a odiarla también, porque todos los que nos dedicamos a escribir y a hacer cosas estamos muy preocupados. A mí me parece que se trata de usarlos. Como si uno hubiera estado preocupado porque apareció la máquina de escribir, y entonces dice que "la gente va a escribir con una velocidad imposible, ya no van a pensar más en lo que escriben", "ya no sé qué, ya no sé cuánto". Bueno, ahora ni siquiera existe la máquina de escribir, pasamos a otra cosa, y a otra, y a otra. Me parece que todo depende de cómo las usemos. ¿Un martillo es bueno o es malo? Si tienes que clavar un clavo, es bárbaro; si tienes que romperle la cabeza a alguien, no es tan bueno.

Sobre el autor

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Pablo Fdez. Quintanilla

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