'Escairoom, de Cadi, Cadi' es el último de los ‘escape room’ que abre en la capital ambientado esta vez en el Cádiz del siglo XVI. Los jugadores se convierten en aventureros que en 60 minutos tienen que escapar de una habitación, a ser posible, con un tesoro.

La puerta de una típica casa del barrio de La Viña da acceso a una habitación que alberga nada más y nada menos que el legado de la Tacita de Plata. Eso es lo que uno se encuentra cuando accede al pequeño local de la calle Fermín Salvochea, número 5 de Cádiz, donde un mundo de posibilidades en forma de acertijos, claves y pergaminos aguardan a que ser descubiertos. Es el último de los escape room que ha abierto en la capital, tematizado esta vez en la historia de Cádiz.

Aquí todo se ha gaditanizado. Hasta el nombre. “Por la forma que tenemos de pronunciar escape room, parece que se dice escai y decidimos aprovecharlo”. El resultado: Escairoom, de Cadi, Cadi. Y es que si hay algo que une a Francisco y Rafael, además de una relación familiar, es su pasión por la ciudad. Pero para trabajar “o te vas de Cádiz o montas algo”, dice convencido Francisco. Y se lanzaron por esta actividad, el escape room, un juego de aventura físico y mental de origen japonés que propone a un grupo de jugadores encerrados en una habitación, enigmas y retos que deberán descubrir en un lapso de tiempo de 60 minutos.

Ambos, profesores de Infantil y Educación Física, estaban en paro y sin muchas perspectivas. Rafael llevaba tres meses preparando oposiciones en una academia pero “Susana [la presidenta de la Junta de Andalucía] dijo que al final no se convocaban las de Primaria. Me llevé tres meses para nada”. Francisco, trabajando muchos años en Port Aventura sabía que el futuro, de nuevo, podía estar lejos de su tierra, pero por su cabeza pasó montar una actividad como ésta. Conocía bien este mundo de su estancia en Cataluña pero se enteró que acababan de abrir uno en Cádiz y desechó la idea. “Y un día Rafa me llamó para tomarnos un zumito. Me extrañó, ¿qué querría?” Y no era otra cosa que proponerle abrir un negocio de estas características pero….más de Cádiz. “Ahí me di cuenta de que efectivamente no nos íbamos a hacer competencia los unos a los otros porque cada uno ofrecemos una historia”.

Y la de ellos rezuma Cádiz y gaditanismo por cada minuto de juego. Los participantes, de dos a seis, son unos aventureros que deben encontrar el legado que dejó el pirata Frances Drake en el siglo XVI cuando asedió la Bahía de Cádiz. Francisco y Rafael han cuidado además que hasta el mínimo detalle esté relacionado con la ciudad que aman: desde su logo, que es un pito de Carnaval, la llave con la forma de la Catedral, la imagen corporativa de dos aventureros –chico y chica- al estilo Indiana Jones, hasta el diploma final, con frase carnavalera incluida que no se puede desvelar. Se respira Cádiz además en cada rincón de su local porque todo ha sido encargado a empresas locales: la imagen corporativa a Calvichi's, el atrezzo a los artesanos de Artifex y la web a un diseñador gaditano.

Con su negocio consiguen además difundir la historia de la ciudad. Con más de tres mil años, “aquí hay historias para no terminar de contar”. Y esa es la clave de su tempranero éxito. Abrieron al público oficialmente hace dos semanas y antes pasaron por el CADE y la Cátedra de Emprendedores de la UCA. Le han dado muchas vueltas a la cabeza para poder hacerse un hueco en un mercado que aglutina a once escape room en la provincia. Pero es éste un mundo en el que el público hace incluso rutas por los diferentes establecimientos. Un verdadero turismo asociado a este juego. Un grupo de Rota fue el primero en inaugurar su negocio y sus próximos clientes llegarán de Jerez, Málaga y Madrid.

Con precios de promoción de apertura, cualquiera puede convertirse en aventurero por once euros. Cuentan además con bonos regalos y descuentos del 50% para aquellos que en los sesenta minutos reglamentarios no hayan conseguido encontrar el deseado legado y deseen intentarlo otra vez. No es fácil porque “la gente no va a pagar para resolverlo rápidamente” pero tampoco imposible. Los participantes van con walkies para estar en contacto con ellos que les pueden dar pistas para encontrar la manera de salir y con el reto cumplido. En todo caso, "la mayoría de los clientes son mujeres". Será que es una cuestión de ingenio. 

 

Sobre el autor:

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Vanessa Perondi

Periodista.

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