El paisaje del río Guadalete, en El Puerto, está cambiando. Las grúas llevan unas semanas instaladas en la margen izquierda, justo frente al antiguo muelle del Vapor, donde se observa movimiento desde la otra orilla. En esta zona avanzan las obras de reconstrucción del tramo IV del muelle. Se trata de un proyecto impulsado en terrenos de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC) y que supondrá una inversión de 4,04 millones de euros (IVA incluido). La finalización está prevista para el primer trimestre de 2026.
El plan contempla rehabilitar un tramo de 160 metros de longitud, situado en el sector conocido como AA1. En su origen, este espacio estaba destinado principalmente al tráfico pesquero. Sin embargo, tras el traslado del recinto pesquero hacia aguas abajo de la desembocadura, esta parte del muelle quedó sin ese uso tradicional.
Ahora, la estrategia pasa por una nueva ordenación enfocada a actividades comerciales y recreativas, lo que exige infraestructuras adaptadas a esta transformación. En abril de 2022, una inspección técnica reveló daños graves en el muelle, principalmente por fenómenos de corrosión en las armaduras de vigas y losas, lo que precipitó la decisión de reformar por completo el tramo IV.
Nueva estructura para usos lúdicos y turísticos
El objetivo, según explica la Autoridad Portuaria, es doble: garantizar la funcionalidad para permitir el atraque de embarcaciones y, al mismo tiempo, adecuarse a un uso cada vez más lúdico y turístico, en línea con las futuras concesiones que se proyectan en las explanadas colindantes. Para lograrlo, la nueva estructura se ha diseñado con criterios que mantengan la estética homogénea de los muelles del Guadalete.
La obra está siendo ejecutada por la Unión Temporal de Empresas formada por ASCH Infraestructuras y Servicios S.A. y Ciomar S.L.. Incluye la demolición completa del muelle y la construcción de una nueva estructura con pilotes hincados, asegurando que la infraestructura resista y responda a las nuevas demandas del puerto.
La reconstrucción del tramo IV se considera un paso esencial en la transformación del puerto hacia una visión más moderna, sostenible y abierta al turismo, sin renunciar a su papel estratégico en la actividad portuaria de la Bahía de Cádiz.



