El Ayuntamiento de El Puerto ha lamentado profundamente el fallecimiento de Manuela Bautista Pérez, conocida cariñosamente como Manoli de Anydes, una de las figuras más destacadas de la solidaridad y el compromiso social en la ciudad.
Nacida el 1 de octubre de 1959 en El Puerto, Manoli dedicó gran parte de su vida a trabajar por quienes más lo necesitan, dejando una huella imborrable en la comunidad. Su labor ha sido reconocida por su entrega constante y su capacidad para transformar la vida de los colectivos más vulnerables.
Manoli era hija de José Bautista Romero, natural de Arcos de la Frontera, y Josefa Pérez Alfaro, portuense. Fue madre de dos hijas, Macarena y Fátima, y durante su vida adoptó a un hijo de origen marroquí, ampliando así su familia con un acto de compromiso y generosidad.
Desde muy joven conoció el sacrificio: con tan solo once años dejó los estudios para comenzar a trabajar y ayudar a su familia, una experiencia que marcó su carácter y su dedicación al servicio de los demás.
En 1988 inició su labor como voluntaria en Andad — Madres Unidas contra la Drogodependencia —, llegando con el tiempo a ocupar la presidencia de la organización. Su implicación con los proyectos sociales se consolidó a lo largo de los años, siendo reconocida por su compromiso constante.
Un cuarto de siglo con una gran labor
Durante veinticinco años presidió Anydes (Animación y Desarrollo), asociación dedicada a la atención de personas en riesgo de exclusión social, incluyendo drogodependientes, transeúntes, personas sin hogar y presos en tercer grado. Bajo su liderazgo, la organización impulsó talleres, cursos y casas de acogida en espacios como la Playa de la Puntilla, Urbaluz y la vivienda cedida por el Ayuntamiento en la Avenida de Valencia.
En 2014, la sede de Anydes se trasladó al Centro de Emergencia Social de La Florida, fortaleciendo aún más su capacidad de atención y su compromiso con quienes necesitaban apoyo. Su gestión permitió ampliar los recursos y mejorar la calidad de los programas destinados a la reinserción social.
Manoli fue una mujer de gran coraje, que abrió las puertas de su vida y de su casa para ayudar cuando otros no podían. Su entrega personal superó dificultades, escasez de medios y situaciones adversas, dejando un impacto profundo en la ciudad y en cada proyecto que emprendió.



