Vecinos y vecinas de la plazoleta Dr. Agustín Fernández, en El Puerto, se armaron el pasado fin de semana con escobas, recogedores y fregonas para adecentar su barrio. Denuncia un "abandono histórico" por parte del Ayuntamiento. Y decidieron actuar por su cuenta y poner en valor un espacio comunitario que, según denuncian, lleva años deteriorándose.
“Estamos hartas de ver la plazoleta llena de basura. Durante la primera campaña de Germán Beardo, hace ya seis años, vinieron por aquí e hicieron muchas promesas. Pero nuestros barrios están más abandonados que nunca”, explica una vecina.
Iniciativas ciudadanas
La iniciativa no ha sido un hecho aislado. En Malacara, otra zona de El Puerto, las acciones vecinales llevan meses siendo el motor de transformación del barrio. De la mano de la Asociación Vecinal Malacara-El Pinar, los residentes decidieron dejar de esperar respuestas municipales y tomar las riendas. “Han tenido seis años y no han hecho nada. La paciencia se nos ha acabado”, expresan desde la asociación. “Nos hemos autoorganizado para pintar y plantar en los arriates porque nos merecemos vivir en un barrio digno”.
La semana pasada, la asociación vecinal realizó su quinta intervención directa en la plazoleta Dr. Agustín Fernández. Para ello, los residentes aportaron pequeñas cantidades de dinero, piso a piso, con las que compraron pintura y materiales. Gracias a la implicación vecinal, los arriates de la plazoleta fueron limpiados, repintados y replantados con la ayuda de voluntarios del propio vecindario.
Más que limpieza: construcción de comunidad
“Es increíble ver cómo se construye comunidad con tan poco”, destacan desde la asociación. Aseguran que el esfuerzo colectivo ha unido al barrio en torno al bien común. “Las vecinas se han activado para organizarse, conseguir recursos y comunicarse con toda la gente de la zona. Son las mejores”.
El impacto de estas acciones también ha tenido eco en redes sociales. La asociación compartió un vídeo de la intervención que superó las 400.000 visualizaciones, una cifra destacable para una organización vecinal. El gesto no solo evidencia el abandono institucional, sino también el poder de las redes para amplificar estas iniciativas.
Desde la asociación vecinal subrayan que su objetivo va más allá de la denuncia. “No solo se trata de exponer el abandono del Ayuntamiento, también queremos mostrar que otra ciudad es posible. Si existiera una participación ciudadana real, tendríamos mejores barrios por mucho menos dinero”. Critican el gasto ineficiente del Ayuntamiento en pliegos de mantenimiento y paisaje urbano, cuya ejecución, aseguran, no se supervisa adecuadamente.
Una situación similar se vive en El Tejar, donde los residentes se vieron obligados a organizar una limpieza colectiva en la Plaza de los Geranios. La zona estaba cubierta de maleza, lo que provocó la aparición de cucarachas y ratas. Ante la inacción municipal, los propios vecinos decidieron actuar para mejorar su entorno y proteger la salud del barrio.




