Juan Herrera, así, en frío, no le suena a mucha gente. Luego es de esa gente a la que pones cara y, al final, cuando te dicen que es el creador de numerosos programas de radio y televisión, caso de 'El Hormiguero', pues ya dices... joer, aunque no veas habitualmente el programa. Juan y su mujer Pepa hace más de veinte años que tienen vivienda en Jerez, en el barrio de Santiago. "Vinimos por el flamenco, nos quedamos por las personas", dice Herrera, que ha accedido a ser el segundo conferenciante –casi cabría decir más bien 'conversador' entre amigos y allegados– del ciclo programado por Ilham Otky en MusArt, la tienda de artesanía que por un par de horas al mes aspira a convertirse en un lugar de intercambio de ideas con la ayuda de los negocios vecinos, que por ahora le dan cobertura logística (léase sillas).
Herrera habló, en general, del ingenio –como suena– aplicado al flamenco, a Jerez y a la vida en general. Su intervención fue un carrusel de anécdotas y, como le gusta a los periodistas, de titulares, uno tras otro, durante la hora larga de su intervención antes de compartir unos vinos de Jerez. Imposible hacer un resumen al uso de su intervención, así que allá van unas cuantas de sus perlas, veinte en total, de las que se pueden publicar, claro está, que el resto quedan en el secreto del petit comité que llenaba la tienda...
"En las universidades en España se estudia en el bar, como todo el mundo sabe". Sabido y experimentado en su día. Como se suele decir, aquí no se puede poner ni un perejil, salvo quizá que la universidad ha sido siempre también una gran escuela: la de aprender a jugar al mus.
"A mí no me interesa el papel (por el currículo), sino la obra". Este es un aviso para los jóvenes con máster que aspiren a conseguir un trabajo o unas prácticas audiovisuales. Para Herrera, el auténtico máster es más bien demostrar lo que se sabe hacer en un corto, ahí dice –y es el que sabe– que se ve el talento.
"Lo de que el rey emérito escriba un libro solo tiene sentido aquí". A mitad de camino del 'Spain is diferent' de Fraga, Herrera dice que lo del libro de Juan Carlos I es tirando a disparate... pero que en España puede pasar y a la vista está.
"¿Qué le dice el perro al hueso? Tú estás muy duro pero yo no tengo nada mejor que hacer"
"¿Qué le dice el perro al hueso? Tú estás muy duro, pero yo no tengo nada mejor que hacer". Estupenda frase, que enlaza con esa de Cela de "en España, el que resiste, gana". Herrera comenta que el aforismo se lo dijo, más que a él, a su perro –se llama Turrón–, una especie de "homeless, pero bien vestido" (como suena) en la puerta de un Mercadona de Jerez. El perro parece bastante inteligente, la verdad, y todo indica que entendió, igual que su amo, la enseñanza que lleva esta pequeña fábula.
"La gente de Jerez y la de Cádiz es igual de ingeniosa. Pero la de Cádiz tiende a sobreactuar y la de Jerez es más sobria". Cuidado, que Herrera con este aforismo viene a decir que al de Jerez no se le ve venir, que con los jerezanos hay que estar más al liquindoi (término de Cádiz, por cierto) en cualquier conversación.
"Los problemas se solucionan con ingenio o con dinero". De cajón. Como del dinero no hay mucho más que hablar, aquí Herrera tiró de diccionario para explayarse en las distintas acepciones que del término 'ingenio' da la RAE, con especial atención a definiciones como industria o maña. Pero, vaya, que no es tan fácil definir ingenio llegado el caso.
"Desconfío de la inteligencia, incluida la artificial, por eso bajo al ingenio". Consecuencia lógica del aforismo anterior, sobre todo cuando el autor acabca de reconocer que no las tiene todas consigo con su "lavadora inteligente", "coche inteligente" o "cerradura inteligente", artilugio este último que desaconsejó en términos absolutos, por cierto. Tanta inteligencia... mejor el ingenio.
"Tío Borrico es lo más parecido al blues de John Lee Hooker que vas a encontrar". Frase de juventud que, realmente, le contó un aficionado al jazz al propio Herrera, por entonces amante del blues del delta del Mississippi (y John Lee Hooker, claro). Se puede decir, de manera muy remota, que fue la primera vez que se acercó al flamenco. Luego vio a Paco de Algeciras (primer nombre artístico de Paco de Lucía), en un concierto al que fue como público otro grande como Manolo Sanlúcar, y "me entró curiosidad por el flamenco".
"Al principio me caían mal los de Jerez porque venían siempre (a Madrid) con dos palmeros". Está claro que en los primeros compases de su interés por el flamenco, Herrera no era de palma sordas. ¿Qué hacían en el escenario esos dos tipos? Sobriedad toledana de Herrera.
"Vine a Jerez por el flamenco, pero me quedé por la gente, por el ingenio de la gente". Declaración incontestable de amor a Jerez y sus gentes de Juan Herrera, que ya hemos utlizado (en versión reducida) al comienzo de este artículo. Pero hay más, mucho más: "Ese ingenio se puede aplicar al baile o a las papas con choco (...), es una civilización (la de Jerez) basada en la economía y la sencillez de los nudillos, del soniquete, de un ritmo que gana nuestra percepción".
"No quieren tu tiempo, quieren tu atención". Con esta frase se refiere Herrera al problema que supone hoy fijar la atención de las personas que están viendo algo en cine o televisión, sobre todo tras la eclosión de las redes sociales. Pone un ejemplo: antes un anuncio publicitario de 20 segundos solía tener 20 planos, hoy puede alcanzar los setenta...
"En Jerez tú no puedes ser espectador, aquí las cosas se hacen entre todos"
"En Jerez tú no puedes ser espectador, aquí las cosas se hacen entre todos". Qué más decir...
"El ser humano tiene dos metrónomos, el cardiaco y el de la respiración". ¿Y esto a qué viene? Pues a lo que Herrera denomina "la cadencia, el ritmo biológico... la cadencia es el secreto del cante de Jerez (...) El cante viene de la naturaleza, del trabajo en el campo, la guitarra viene después".
"La parte ingeniosa de la vida es la que merece la pena". Pues sí, de camiseta, pero sí.
"El ingenio nos humaniza y nos hace cooperar". Gran frase, sobre todo aplicada a cosas pequeñas. Allá va el remate: "El ingenio es modesto, no se mete en honduras, pero da para hacer una sopa de tomate o un gazpacho".
"Nadie ha caído en ello, pero el rock en España existe gracias a la Iglesia". Lo que se dice cambio de tercio. Herrera, que trabaja para la COPE, cae en que Rock FM es de la COPE y que en su día también lo fue Chapa Discos (este cronista debe reconocer que nunca fue más allá de que era un sello de la discográfica Zafiro dedicado al rock urbano. Que de quién era Zafiro, eso ya...).
"No me quiero morir sin la ilusión de que me despida la COPE". No es por nada profesional, sería solo por cerrar un ciclo. A Herrera le han despedido (casi) de todas partes y no ve justo que la Cope no lo haga en algún momento.
"Consultad todo lo que digo porque tengo mucha imaginación"
"En España no he conocido a más de veinte personas de izquierda". A este cronista no le parecen tan pocas, eh, pero no conoce las causas. Herrera, sí, dice que es una cuestión de tradición, que no hay gente realmente de izquierda porque nunca la ha habido. "En España hay miles de personas que dicen que son de izquierda, pero no lo son, la ideología no se adquiere", concluye. Es un análisis más que interesante.
"El Homiguero no es el programa que yo quería... pero es fruto de un pacto". Como todo. Eso sí, Herrera recuerda que la idea inicial era que las hormigas tuvieran un mundo propio onírico, infantil, que preguntaran a los invitados desde el desconocimiento absoluto de sus vidas por la sencilla razón de que ellos viven en otro mundo. Pues suena bien, sí.
"Consultad todo lo que digo porque tengo mucha imaginación". Jajaja, qué mejor manera de acabar una intervención –y ya puestos, un artículo– que sembrando la duda...