Todo es un poco surrealista, Bueno, eso es lo normal en Feria. ¿Lo normal en Feria es surrealista o es simplemente absurdo? Pueden elegir, no sabemos... El caso es que sale un plato de puntillitas de la cocina de una caseta bien, de las de comer de verdad... Total, que el plato, la ración, sale, se pasea y de repente vuelve. Este es el tipo dea cosas que lo más probable es que pase desapercibido, pero nadie sabe el motivo por el que el grupo en el que se encuentra este cronista repara en el plato de puntillitas de ida y vuelta. ¿Puede ser un plato de puntillitas de ida y vuelta, como el vino de Jerez que da la vuelta al mundo y que al parecer, eso nos dicen, le sienta estupendamente el paseíllo?
El caso es que a los dos minutos vuelven a salir las puntillitas. La misma camarera, puntillitas casi en alto, mismo paseo. De repente toda la reunión se paraliza y comienzan a cruzarse todo tipo de apuestas: a) la camarera va a conseguir entregar el plato a sus legitimos destinatarios; b) se lo va a endilgar a cualquier grupo que compruebe que, efectivamente, las puntillitas tienen una pinta estupenda; c) después de darse un nuevo paseo, las puntillitas van a volver a la cocina... Es muy fácil deducir que esas puntillitas van a volver a la cocina, eso lo sabe todo el mundo, pero aún así siempre mola ganar una porfia. Las puntillitas vuelven y vuelven –perdón por la reiteración, pero claro, este artículo se basa en ella– a salir. La escena se parece un poco a la de 'El Guateque', cuando ves que al camarero que lleva toda la fiestuqui emborrachándose ya le están apiolando en la cocina. La camarera ¡vuelve a salir! con su plato de puntillitas y directamente pasan los minutos ya no vuelve: no sabemos si las ha colocado a quien sea o, directamente, ha entregado el mandil y ha decidido irse a bailar, tirarse al mar o...
Como dirían Radio Futura (Radio Futura, con el revival que hay en Real, son 'cool' 30 años después) "vaya una idea de tirarse al mar...". El flamenco y el flamenquito, no confundamos, están bien, claro, es lo propio, pero cada vez más casetas optan por el grupito de pop rock versionero de los 80, 90 o tirar de DJ. Y hablamos de casetas normales, eh, no de esas que ya salen sin cocina, que ahora en el Ayuntamiento de Jerez se permite de todo, que cuando se revisen las ordenanzas municipales de la Feria va a haber que comenzar por redifinir qué es una caseta. Está muy bien una actuación de flamenco e incluso de flamenquito, pero en la feria no todo es "pa encalá, sí pa encalá" o tener celos de una puerta, que joder, parece el menor motivo... Total, que algo de pop-rock tiene también su demanda. Pop-rock, que hay que decirlo rápido, con determinación, que si se dice con dudas o levemente borrachito parece que dices otra cosa así como de fumar. Hay todo tipo de ofertas en el Real: la otra noche este cronista disfruto de una con música de la Creadence, los Kinks, los Doors... todo amenizado por un tipo bailongo con aspecto de mod, de haber sido mod –perdón, los mod nunca dejan de serlo... pueden tomar sopa con el anagrama de Fred Perry y todo– bailando eso que se llama Northern Soul, así semi acrobático, los mods siempre han sido los que mejor bailan...
Semi acrobático y todo... con lo guapa que eres se te perdona que lleves al bebé encima, en una manta anudada a tu espalda, mientras vendes algo de quincalla en la Feria. Bueno, en realidad no se te perdona, por muy guapa que seas, porque el bebé no tiene, no tendría que estar ahí en un mundo perfecto, por muy calentito que esté pegado a tu espalda. Eres tan guapa que una compatriota, te invita a unas almendras y las compartís las dos sentadas en la caseta mientras miráis no sabe muy bien a qué horizonte, el de la Feria en cualquier caso. Eres tan guapa que, en realidad, me dan ganas de comprarte toda la caja de pendientes y pulseras para que te vayas a tu casa y estés con el niño, pero, sabes una cosa, eso solo pasa en las películas, así que yo sigo bebiendo mi vino, pensando en lo guapa que eres y en lo difícil que a veces es todo. Para todos, no te creas. Al final, te levantas y aunque no te he comprado nada me dedicas una sonrisa. Sales afuera. Sigue la vida.
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