Disfrutar y pasarlo bien en la Feria del Caballo de Jerez es perfectamente compatible con mantener una actitud sostenible desde la responsabilidad personal. Vivir la Feria a tope (en realidad, cualquier feria) y, al mismo tiempo, respetar los criterios ambientales, sociales y de gobernanza que definen el comportamiento sostenible –ir un poco más allá del civismo– es posible en un evento de gran magnitud no solo por las medidas en ese sentido que adopten las administraciones, sino también a partir del compromiso individual.
Pero… ¿Cómo podemos ser y/o comportarnos como ciudadanos sostenibles en un entorno de esparcimiento y en ocasiones, siendo realistas, de cierto desfase como es la Feria de Jerez? Le trasladamos esta pregunta a un profesional experto como Miguel Ángel Montaldo, CEO de la empresa jerezana de cumplimiento normativo ESG Compliance Corporate, para que nos dé unas pautas que vayan más allá del papel de las administraciones públicas, con el ejemplo de las acciones que se vienen desarrollando durante las dos últimas ediciones del Gran Premio de MotoGP desde la dirección del Circuito de Velocidad de la ciudad, en las que asesora su empresa.
Vamos a imaginar cómo sería una Feria del Caballo desde una actitud ASG (siglas de los criterios de sostenibilidad: ambiental, social y gobernanza… ESG en inglés) y vamos a hacerlo hablando de ejemplos sencillos, reales y aplicables. Porque la sostenibilidad no es algo lejano, es algo que empieza en nuestros gestos cotidianos.
El propio Montaldo va a ir agrupando bajo dichas siglas –la A, la S, y la G– esas pequeñas cosas, pequeñas decisiones, que podemos hacer a título individual y que pueden suponer una importante suma.
Tres siglas, A, S y G
A de Ambiental: por ejemplo, utilizar el transporte público o, si se va en vehículo privado, compartirlo, “habrá menos atascos, menos emisiones y un aire más limpio para todos”, afirma. También hay que usar correctamente los cubos de reciclaje (orgánico, envases, vidrio), un gesto sencillo que reduce el impacto ambiental. Allá va una consideración más específica: prestar atención a que los vasos que se nos ofrezcan en las casetas sean de vidrio y/o plástico reutilizable.
S de Social: en la dimensión social de los criterios de sostenibilidad nos recuerda que las fiestas deben ser inclusivas, seguras y respetuosas para todos. La accesibilidad también es responsabilidad colectiva, por lo que hay que colaborar con las personas con algún tipo de discapacidad. Además, Montaldo afirma que “si ves situaciones incómodas, machistas o agresivas, no mires hacia otro lado. En la Feria todos debemos sentirnos seguros. Acudir a los puntos violetas, informar a los cuerpos de seguridad o simplemente dar apoyo”.
Aquí también estaríamos hablando de educación, el trato con respeto y dignidad al personal que trabaja en casetas, baños, seguridad o limpieza son también sostenibilidad social. “Detrás de cada servicio hay personas que hacen posible la feria”, afirma este experto. En el caso de menores y personas mayores hay que asegurarse de que tengan lo necesario: agua, sombra, información.
De especial interés sería la distribución por parte del Ayuntamiento de las llamadas ‘pulseras centinela’. Recientemente, en otra fiesta multitudinaria como es el Carnaval de Cádiz, se distribuyeron 3.000 unidades y está comprobada su efectividad en la prevención de la sumisión química, agresiones sexuales y posibles robos derivados. “Ser un ciudadano ASG en lo social es, en resumen, pensar también en los demás mientras disfrutas”, dice Montaldo.
Por último, hay que hacer mención a la G de Gobernanza: “La G de los criterios ASG, que a veces suena más lejana, tiene que ver con la ética, la transparencia y el buen gobierno”, afirma Montaldo, que propone a la ciudadanía, en primer lugar, participar de forma activa en los debates sobre cómo mejorar la feria y las decisiones que de los mismos dimanan, caso de horarios, accesibilidad, seguridad o limpieza. Participar, opinar o proponer mejoras es parte de una gobernanza ciudadana activa”.
Más en el meollo feriante va la siguiente recomendación directa para quienes forman parte de una asociación o colectivo con presencia en el Real, ya que “puedes hacer que tu entidad promueva prácticas sostenibles: montar una caseta responsable, organizar actividades inclusivas o colaborar con ONG locales”.
En este apartado se recogería incluso prestar la debida atención y evitar el pago en negro o sin ticket, que son no solo derechos, sino deberes como ciudadanos.
Montaldo concluye afirmando que “ser un ciudadano ESG en lo relativo a la gobernanza es actuar con honestidad, transparencia y responsabilidad pública. En definitiva, se trata de construir, entre todos, una feria con alma... y con conciencia”.
Más allá del papel de las administraciones
Es cierto que el papel de la administración es fundamental para la concienciación, información y formación acerca de estas recomendaciones, en ocasiones de obligado cumplimiento, para “hacer entender al ciudadano de a pie que la sostenibilidad es una actitud al alcance de todos, que beneficia a corto, medio y, más aún, a largo plazo al entorno en el que vivimos y además contribuye sobremanera a que Jerez sea considerada como destino sostenible y siga posicionándose positivamente en el mundo del turismo y de los negocios como tal”, mantiene este experto. En definitiva, la Feria del Caballo es alegría, encuentro, arte y tradición. Pero también puede ser un ejemplo de cómo vivir una gran fiesta con conciencia de lo que realmente significa la sostenibilidad.
“No hace falta esperar a que lo hagan las instituciones: cada uno de nosotros puede aportar su granito de arena. Desde cómo te desplazas, a cómo consumes o cómo te relacionas con los demás. Porque una ciudad verdaderamente sostenible no se mide solo por sus políticas, sino por la actitud de sus ciudadanos. Así que este año, cuando te pongas el traje de corto o el vestido de flamenca, recuerda: tú también puedes ser un ciudadano ASG. Y hacer de nuestra feria un ejemplo para todos”, concluye Montaldo.




